¿Recuerdan la vez de los fuegos artificiales?
¿La ultima vez que habíamos tenido?
Recuerdo haber sentido mariposas revolotear por mi estomago de una manera patética y hermosa a la vez. Recuerdo haberme sentido feliz y confundida al mismo tiempo. Recuerdo haber cambiado la forma de verlo. Esta vez no es tan distinta, pues el cosquilleo en mi estómago seguía ahí. Mi corazón latía a mil por minuto. Tenia la certeza de que podía sentirme segura. Él iba con lentitud y suavidad,como si quisiera asegurarse de que yo estaba ahí con él y hacerlo mas duradero y pues si...ahí estábamos haciendo el amor al igual que aquella vez, tal vez siendo aun solo amigos o asegurándonos de que somos algo más.
Luego de varias embestidas y que nuestros gemidos se mezclaran en la habitación, pudimos llegar al limite, él mantenía esa sonrisa tierna en su rostro y luego de finalizar con un maravilloso beso, quedé completamente segura de que no había nadie mas con quien preferiría estar en este momento,el sabia hacer un momento sensual y tierno a la vez, él era perfecto, él era el único para mi.
(...)
El ruido de las hojas sacudirse con brusquedad y de las gotas de lluvia pegar contra mi ventana aun eran totalmente audibles, y la luz de los relámpagos se escabullían por mi persiana.
Habíamos acabado hace un rato y nos encontrábamos tumbados en la cama sin hacer nada más que hablar como locos, como si no hubiésemos hecho el amor hace unos minutos con la lluvia afuera,como si no estuviésemos desnudos en la misma cama,solo como de costumbre.
Su mirada estaba fija en el techo, estábamos cubiertos por la misma sábana. Él tenia un brazo bajo su nuca, su mandíbula relajada y una hermosa sonrisa en su rostro. Lucía relajado y feliz mientras me contradecía con respecto al encuentro incomodo de Ryan y su madre en la fiesta de primavera.
— ¡Claro que recuerdo bien eso! —exclamé con obviedad— Pero no éramos amigos en ese entonces, nos comenzamos a hablar un mes después —expliqué.
— Tienes memoria de pez ¿Como puedes recordar siquiera como nos conocimos?
— ¡Lo recuerdo bien! escucha...—continué apoyando mi cabeza en su pecho— Te habías mudado a mi vecindario cuando ambos teníamos once o doce años, tu casa quedaba justo al lado y tu ventana daba directo a mi balcón. Yo acostumbraba a irme ahí a llorar y a hablar sola como tonta, cada vez que tenia peleas estúpidas con mi madre. Ni siquiera nos conocíamos en ese entonces, tú solo eras el chico nuevo de al lado y eran las tres de la mañana, mis sollozos no te dejaban dormir y te levantaste enfadado a mandarme a cerrar la boca, pero luego de una pequeña pelea terminaste diciéndome que dejara de llorar y pasándote a mi balcón para consolarme y decirme que las niñas lloronas no son tan lindas como las que sonríen.
Lo recordaba perfectamente, su pijama era azul y negra, su cabello no me dejaba ver bien sus ojos y era mas claro de lo que es ahora, su nariz se me hacia bastante llamativa por alguna razón y desde ese día recuerdo haber pensado que él era un chico muy dulce.
—Río— Si, lo recuerdo, yo solía espiarte todos los días, te había oído hablar sola miles de veces mas y me parecías...linda pero esa vez me moleste porque era de madrugada y quería dormir, mientras tu llorabas como nunca, pero no fui capaz de discutir mucho contigo porque pues estaba algo enamorado de ti.
—Yo no te gustaba en ese entonces —dije— Me habías contado esa misma noche que te gustaba Lissie y no sabias como hablarle.
—Que bobo era —Dijo para si mismo— pues si, ella me gustaba pero tu me gustabas más, es decir, no es que me gustaran las dos al mismo tiempo, si no que cuando te veía sabia que tu no me prestarías atención pero —hizo una pausa— ¿Recuerdas la vez que me dijiste que había alguien mas y que por esa razón no estabas segura si querías seguir con Connor?
—Si, hace unas semanas cuando ambos se pelearon.
—Si, yo te dije que siempre había alguien, ya sabes, me refiero a alguien que esta siempre metido en tu cabeza, alguien que te quita la respiración, de quien siempre has estado enamorado y sabes que es imposible —tomo mi mano entrelazando nuestros dedos y dirigiendo su mirada hacia mi— Tu siempre has sido ese alguien para mi.
Soltó nuestras manos y tomando mi mejilla,acercó sus labios rozándolos un poco con los míos para luego besarme de la manera mas dulce capaz de hacer. Tomando mis labios entre los suyos, devolviendo ese cosquilleo a mi estomago, haciéndome sentir que el mundo podría desaparecerse en ese momento y que no me importaría siempre y cuando no interrumpiera ese momento.
—¿Eres mía? —preguntó separando sus labios un poco— Me refiero a ¿eres realmente mía?
Le observe unos segundos, le dirigí una pequeña sonrisa para transmitirle confianza y lo atraje hacia mi para que no se separan mucho nuestros labios y seguir compartiendo el mismo aliento.
Entendía a lo que se quería referir, tal vez quería asegurarse que después de esto no tendría ojos para alguien más y me quedaría con él y definitivamente lo haría, me quedaría a su lado.
—Tuya —murmuré sonriendole—. en todos sus sentidos.
Luego de esto Kyle me sonrió ampliamente y uní nuestros labios en el beso de hace unos segundos atrás.
¿Somos amigos aun?
Claro que lo somos
¿Solo amigos?
Podría asumir que esto va más allá de eso, más allá de amistad. Y aunque lo nuestro no es precisamente lo más romántico, lo más apropiado o lo más estable, pues no hay nada definido entre nosotros, una cosa para mi si es segura y es que somos el uno para el otro.
Sin embargo Kyle me pidió ser su novia dos semanas después en la ruleta de la fortuna en el parque de diversiones, luego de haberme comprado un enorme peluche de panda al notar que no podía ganarlo jugando a los dardos porque su puntería había resultado pésima.
Estábamos en lo mas alto y la ruleta se había detenido, el lucia feliz y nervioso a su vez y de un momento a otro, dando rodeos como de costumbre y jugando con mi mano, la cual estaba entrelazada con la de él, luego de pedirle que fuera al grano finalmente me pregunto si quería ser su "chica" observándome con una mirada suplicante de "Te amo, ten piedad, di que si vamos, yo te acabo de comprar un panda" también agregó una pequeña excusa «Ya sabes, para poder tener una verdadera excusa para besarte y sentir celos cuando le hables a otros chicos» esas exactamente fueron unas de sus palabras a lo que reí y accedí por su puesto.
A veces ese "alguien" perfecto para ti suele estar muy cerca, realmente cerca y no siempre logras notarlo. Por suerte logré verlo justo a tiempo, cuando aun seguía estando a mi alcance y tendría que estar loca para no verme dispuesta a estar a su lado, por lo más raro que fuera lo nuestro, luego de haberme dado cuenta de que él siempre ha estado ahí para mi.
FIN.
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MY SEX INSTRUCTOR || EDITANDO.
Teen Fiction-No te veo emocionada -reprocho esta. -¿Por que debería estarlo? Es solo sexo... -¡No es solo sexo! ¡Para nadie es solo sexo!