Cap 3

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-¿Para qué te pasan todas estas cosas aburridas?- le pregunto a Drake mirando cómo su profesor de legua se ponía a escribir un poema en la pizarra como un ejercicio de cosas por completo inútiles en la vida. ¿De qué le servía a Drake saber cómo se contaban las sílabas en un poema? Tener esos conocimientos no le enseñarían a sobrevivir a un ataque de un ángel de la muerte, o si alguien intenta secuéstralo no lo ayudarían a liberarse.

Drake me ignoró completamente y siguió escribiendo tranquilamente en su cuaderno como si yo en verdad no existiera, aunque sabía muy bien que él siempre estaba pendiente de lo que yo hacía. Yo sonreí. Yo lo atraía, estaba segura que lo hacía. Él me atraía a mí, de ahí que le entregara toda mi energía para que él pudiera regresar a su cuerpo. De ahí a que yo me quedara conectada a él.

-No aprietes tan fuerte el lápiz- comenta Noah inclinándose hacia adelante, hacia Drake, quien lo miró interrogante y luego mira el lápiz con el que escribía. Lo apretaba tan fuerte que el lápiz ya tenía unas pequeñas trizaduras. Al instante lo soltó como si lo hubiera electrocutado y el lápiz rebotó sobre la mesa.

-No me vayas a echar la culpa que no he hecho ningún comentario hiriente ni nada por el estilo- afirmo y Drake hace como si no me hubiera escuchado.

-Es que Isabella me estaba hablando- murmura hacia Noah, quien lo mira comprensivo. Yo me cabreé, tomé el estuche de Noah y se lo lancé a la cabeza.

-Y tú Drake, no porque me tires indirectas me voy a callar. Simplemente no me ignores- le digo poniéndome a solo unos centímetros de su cara.

-¿Qué quieres que haga?- murmura entre dientes volviendo a tomar su lápiz para no llamar la atención.- No es como si fuera normal que esté hablando solo.

-Drake, no estarías hablando solo- le digo con dulzura. Tomé su mano con el lápiz y escribí en su cuaderno:

"Estarías hablando conmigo"

Drake soltó el lápiz de golpe y luego resopla, coge el corrector y borra lo que yo acababa de escribir. Cuando se da cuenta que no vale la pena, arranca la hoja de cuajo y se pone a escribir todo desde un principio. Yo solté una risita. Cogí su mano y escribí con él la materia, solo que mucho más rápido de lo que él podría haberlo hecho. En un minuto, estaba todo listo, aunque la letra era diferente.

-Gracias- escribe con lápiz mina y yo sonrío. Era la primera vez que se dirigía directamente a mí en público, y aunque no me lo hubiera dicho, ya no me estaba ignorando y eso era genial. No me había dado cuenta de hasta qué punto me importaba que él no me ignorara.

-No hay de qué. Y puedo seguir haciéndolo si te sigues portando así de bien conmigo- afirmo y él rueda los ojos borrando la palabra con su goma.

-Drake, ¿te encuentras bien?- le pregunta su compañera de banco, causándome una oleada de celos tremenda. Ella sí podía hablar con tranquilidad con Drake, y todo porque ella tenía cuerpo. Por primera vez desde que soy un ángel, deseé volver a ser humana.

-¿Por qué lo preguntas?

-Es que últimamente te has estado comportando muy raro. Y ahora escribes cosas que no tienen nada que ver en el cuaderno, como si estuvieras hablando con fantasmas o cosas así- comenta ella mirando a mi chico preocupada.

Yo lo estaba viendo todo rojo. Ella no tenía derecho a hablar con MI Drake. Era mío. Solo mío, de nadie más.

Me acerqué a ella y le empujé la silla, botándola de buena gana. Drake la miró horrorizado y luego me lanzó una mirada asesina por lo que había hecho. Yo lo miré airadamente, sin dejar que su mirada me afectase tal como lo había hecho.

Conspiración (Crónicas del Nigromante 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora