Cap 13

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Isabella se dejó caer en el banco del parque desanimada. Todo el trayecto hacia allí, ella había estado completamente pensativa, ignorándome olímpicamente. Aunque aquel detalle me dio igual. Yo también estaba muy ocupado intentando aceptar el hecho de que estoy atrapado en mi forma de ángel de la muerte y no puedo recuperar mi cuerpo.

Pateé el banco con rabia e Isabella se sobresaltó, mirándome por primera vez desde que salimos de la casa de Michael. Él no había querido escuchar nada del asunto y prácticamente nos echó a patadas de su casa en cuanto Alicia hubo desaparecido completamente. Él simplemente no quiso escuchar nuestras explicaciones (las cuales no eran muchas que digamos porque ninguno de los dos entendía demasiado de lo que estaba sucediendo últimamente).

-¡Dios Drake, ¿qué te pasa?!- exclama Isabella irritada. Yo rodé los ojos y me senté a su lado en el banco y apoyé mis codos en mis rodillas y mi cara en mis manos. Me quedé en esa posición un rato, recordando todo desde que vi a Michael y a Alicia siendo atacados por tres ángeles de la muerte sin razón alguna.

Ellos estaban en un callejón, ajenos al hecho de que tres hijos de puta intentaban asesinarlos solo con decir sus nombres. Sabía que ellos podías oírlos, pero solo cuando los Llamaban. También sabía que ellos no iban a ser capaces de resistirse por mucho más tiempo. Yo sabía muy bien lo difícil que es ignorar un Llamado, por no decir imposible.

-Isabella...

-¿Mmm?

-Oye, dime, ¿es posible resistirse a los Llamados de un ángel de la muerte?- le pregunto con curiosidad. No me entraba en la cabeza que nadie fuera capaz de resistirse. Eso no me parecía lógico.

-Por supuesto- afirma Isabella sin darle mucha importancia al asunto.- Por esa razón los ángeles de la muerte Llaman y no matan.

Yo la miré interrogante sin entender a qué demonios se refería con eso. ¿De qué estaba hablando? Cuando a mí me había Llamado Jehan, yo sentía como si él me estuviera matando, y para un Llamado, era matar.

-Mira, esto es complicado, pero lógico.- dice Isabella exasperada.- Los ángeles de la muerte no pueden matar directamente. Está prohibido. De hecho, tampoco es posible. Por esa razón los humanos no pueden tocarnos cuando tenemos nuestra verdadera forma. Cuando usamos nuestras armas, éstas atraviesan a los humanos como si las armas fueran de aire.

>>En cambio, un Llamado es simplemente eso, un llamado. Es una forma de engatusarte. Y sí, nuestros Llamados tienen poder, pero es que si no los tuvieran, nadie moriría en accidentes o tras enfermedades, porque no habría nadie que los llevara al Otro Lado, que hiciera que el espíritu saliera del cuerpo.

-Un momento, ¿me estás diciendo que si no existieran los ángeles de la muerte, nadie podría morir?- le pregunto atónito. Eso era ridículo.

-No me has entendido.- afirma Isabella.- si no existieran los ángeles de la muerte, la gente moriría, pero sus espíritus quedarían atrapados en sus cuerpos hasta que su esencia desapareciera. En otras palabras, cuando los humanos murieran, quedarían atrapados en sus propios cuerpos hasta que no quedara nada de ellos.

-Espera un segundo. Eso no tiene ningún sentido- afirmo irritado.- Si tú afirmas eso, ¿cómo es que cuando Noah murió, su espíritu salió de su cuerpo sin más?

-Estaba en la presencia de un ángel de la muerte. Bueno. De hecho éramos tres... Y tú. Seas lo que seas- afirma Isabella.- Así que, no son solo nuestros Llamados los que desvinculan el espíritu y el cuerpo de una persona, sino que, también, es nuestra presencia en el momento de la muerte.

-Vale...Entendí, o eso creo.- afirmo desanimado. Ahora yo era un ángel de la muerte y tenía que aprender lo que más pudiera de ellos en esos momentos. Recopilar información. O algo por el estilo. Lo que era raro, porque estaría intentando aprender más acerca de mí mismo.

Conspiración (Crónicas del Nigromante 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora