Cap 26

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-¿Cómo no te habías dado cuenta de que tu padre nos estaba investigando?- me pregunta Isabella cuando vamos corriendo por la calle hacia el hospital en donde trabaja mi padre. Yo me detuve en seco y causé que Isabella y Noah chocaran con mi espalda.

-¿Te diste cuenta tú?- le espeto enfadado.- Por si no te has dado cuenta, yo no controlo lo que hace y deja de hacer mi padre. Y él no me lo cuenta todo, tal y como yo tampoco lo hago.

-Pero...

-No he terminado- le espeto con furia.- Para que sepas, a mí me cabrea tanto como a ti que mi padre esté investigando esto, por dos razones: primero, él está intentando que nuestra existencia se ponga al descubierto y nadie, jamás, sería capaz de comprender lo que somos y nos cazarían, quizá sin éxito, pero aún así se convertirían en un verdadero dolor en el culo; segundo, él se está poniendo en peligro al investigar acerca de esto pues todos los ángeles de la muerte con dos dedos de frente se asegurarían de evitar que esta historia vea la luz, ¿y qué mejor manera que matando a mi padre?

-Lunático...

-¡No he terminado!- exclamo nuevamente.- Así que no me vengas a echar la bronca a mí, porque ¡yo no tengo la culpa!

-¡Vale! Lo siento, ahora sigue corriendo- me dice Isabella con culpabilidad. Yo no le dije nada y salí disparado hacia el hospital, el cual estaba a la vuelta de la esquina. No me detuve hasta que llegamos a la recepción. La recepcionista me miró con desaprobación, pero se mostró sorprendida de verme.

-Drake, qué sorpresa- dice Catalina, una enfermera de la primera planta con quien tuve un rollo alguna vez. Ella me abrazó con cariño y yo le sonreí no queriendo ser un pesado al soltarme de ella bruscamente.

-Hola- la saludo sin mucho interés. Ella frunció el ceño y luego miró tras de mí y vio la cara de furia de Isabella. Ella se suelta de mí incómoda.

-Lo siento, no sabía que tenías novia- dice y se escabulle por otro pasillo. Yo suspiré y miré irritado a Isabella. La cogí del brazo.

-Oye, no soy de tu propiedad. No te pongas como una loca cada vez que estoy con una amiga.- le espeto comenzando a cansarme de sus malditos celos. Isabella se soltó de mí y me dio la espalda, cruzando sus brazos.

-Drake, ¿en qué puedo ayudarte?- me pregunta Kelsey, la recepcionista.

-Necesito hablar con mi padre. Es urgente- le digo con alarma. Ella ni siquiera se inmuta ante mi tono de voz.

-Él está ocupado en este momento, así que vas a tener que esperar unos minutos- me dice dejándome claro que no valía la pena discutir, pues no iba a conseguir una oferta mejor.

Me di vuelta enfadado y me quedé de piedra con lo que vi. El rubio que me había secuestrado estaba pasando justo en frente de la puerta del hospital. Cruzamos una mirada y él sonrió con burla, desapareciendo en el callejón al lado del hospital, el cual llevaba a una puerta trasera.

-Isabella- digo saliendo disparado en pos del rubio.

-Lo he visto- me dice ella corriendo a mi lado.

Ambos nos internamos en el callejón y yo abrí la puerta. Me detuve de golpe, pues justo en ese momento pasaban tras paramédicos con una camilla y un chico ensangrentado. Los paramédicos hacían lo que podían para mantener al chico respirando y corrían lo más rápido que podían. La idea era salvarle la vida, lo demás no importaba.

Isabella chocó conmigo y yo perdí el equilibrio y caí de boca al piso. Quedé sangrando de la nariz, pero no le presté mayor atención y salí corriendo hacia las escaleras traseras. Subí cuatro pisos sin detenerme y empujé las puertas con rudeza. Salí al pasillo y me encontré con el rubio corriendo por delante de mí con un puñal en la mano. Mierda, al parecer había venido a matar a mi padre, pero yo no estaba dispuesto a dejar que eso sucediera.

Conspiración (Crónicas del Nigromante 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora