Cap 4

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Volaba a unos metros por encima de Drake. Hacía horas que me decía que debía marcharme de su lado para nunca regresar, pero con solo de pensar en eso se me desgarraba el pecho. Llevaba llorando en silencio bastantes horas, pero Drake no se había dado cuenta porque, ¡oh!, me estaba ignorando. Ese pequeño detalle me enfurecía a sobre manera, lo que me hacía llorar con aún más ganas por la impotencia de saber que no podía hacer nada con respecto a eso. ¿Por qué tenía que ser tan injusta la vida? ¿Por qué no podía ser yo una humana normal?... O mejor, ¿por qué no podía ser Drake un ángel de la muerte para que pudiéramos estar juntos para toda la eternidad?

Pero no, al maldito destino se le ocurrió que yo debía quedar prendada de un humano... Maldita sea, ya llevo horas pensando en Drake como el objeto de mi amor. No puedo haberme enamorado tan pronto. Es decir, lo conozco desde hace tres días, un parpadeo en comparación mi larga existencia. De hecho, toda su vida es un parpadeo en comparación con la mía propia. Yo viviría por siempre, él moriría en unos pocos años más y yo me volvería a quedar sola.

Cierto, todavía quedaba la posibilidad de que Drake se convirtiera en un ángel de la muerte al morir, pero eso era bastante improbable. Hace siglos que no se crean nuevos ángeles de la muerte porque según la Muerte ningún humano merece la pena últimamente. Nadie quiere hacer tratos con la Muerte porque no piensan en ella como en una entidad sino como en un suceso. Tras el cambio de los tiempos hay cada vez menos humanos que sean crédulos en lo que a la vida y la muerte respecta.

Claro, es mucho más fácil encontrar hadas o elfos que hagan tratos con la Muerte, pero es que ellos viven con lo increíble todos los días desde que nacen hasta que perecen. Los humanos se han separado tanto del resto de las criaturas mágicas refugiándose en la ilusión de que ellos controlan de verdad el mundo, que ya no eran capaces de ver realmente. Ellos ven lo que quieren ver, y eso nos separa completamente de ellos. Ya las criaturas mágicas podemos vivir con ellos, pero solo fingiendo ser como ellos, cosa que no del todo complicada. Los humanos no ven la verdad ni aunque la tengan en frente de las narices. Son patéticos.

Por lo que, gracias a eso, es muy poco probable que Drake se convierta en ángel de la muerte. De hecho es poco probable que se vuelvan a crear ángeles de la muerte otra vez. Somos los que somos y ya no habrán más. Eso es lo que a mí más me tinca.

-¿Y qué vas a hacer con respecto a Isabella?- pregunta Noah de pronto y yo los miro sorprendida de que ellos estuvieran hablando de mí.

-No lo sé. No creo que pueda llevarme bien con ella si se empeña en arruinarme la vida. ¡Natalie cree que soy una especie de imán de fantasmas! Y después me pongo a gritarle cuando ella es invisible para los demás. ¡Quedé como un loco!

Los miré atónita. ¿De verdad le estaba arruinando la vida a Drake? Quizá por eso él fuera tan pesado conmigo. Lo único que yo estaba haciendo era molestarlo. Cayó una lágrima por mi mejilla. Fui una tonta. Con mis comentarios en los momentos más inoportunos y mi ataque de histeria-celos, le estaba haciendo la vida imposible a Drake sin la ayuda de mi hermano Jehan. Apuesto que ni él sería capaz de molestarlo ni la mitad de lo que yo lo hacía.

-¿Está ella aquí?- pregunta Noah buscándome en vano con la mirada. Él no sería capaz de verme a no ser que yo no quisiera que lo hiciera. Y justo en estos momentos me alegraba de verdad de permanecer invisible.

-No lo sé, no la he visto desde hace rato- comenta Drake encogiéndose de hombros mirando para todas partes y deteniéndose a mitad de camino con el ceño fruncido.- Lo que es bastante extraño porque ella no me deja solo en ningún momento.

-Quizá decidió que era hora de marcharse y te dejó continuar con tu vida- comenta Noah sonando esperanzado. Yo rodé los ojos. Acababa de decidir que me daría a mí misma otra oportunidad como el ángel guardián de Drake. Intentaría cuidarlo, pero sin molestarle. No hacerle la vida miserable por hacer cosas que él se verá obligado a responder sin poder hacerlo.

Conspiración (Crónicas del Nigromante 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora