Cap 22

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Estaba anocheciendo cuando llegué a la casa de Drake con la culpa carcomiéndome por dentro. Pero, aunque suene a una mala excusa, es que era demasiado para poder digerir de una sola vez. Yo pensaba que lo que escondían era algo gordo, y de hecho sospeché que tenía que ver con fantasmas, pero jamás se me pasó por la cabeza la verdadera envergadura de este secreto. ¡Ángeles de la muerte!

En cuanto Drake terminó de contarme todo lo que sucedió, yo salí pitando del lugar. Choqué con Noah y él me miró desconcertado ante la cara de horror que debí haber puesto. Drake acababa de contarme que uno de esos días Noah había muerto y que con sus poderes él lo había vuelto a la vida y que ahora Noah también podía ver a los ángeles de la muerte.

¡Era demasiado!

Y no pude aguantar más, por lo que en cuanto se me presentó la oportunidad me marché cagando leches del instituto y me dirigí a la consulta de mi abuelo. Necesitaba su consejo y sabía que él era el único que podía ayudarme. Cuando había necesitado información de fantasmas él no se había reído, me había ayudado y no tenía dudas de que me ayudaría nuevamente.

No me equivoqué. Lo que más me costó fue acceder a su habitación. Y no podía esperar hasta la noche para colarme nuevamente. El problema había sido que esta vez la enfermera que entró en la habitación de mi abuelo de noche la vez que le hice una visita nocturna, me reconoció. El fin de semana había venido también a visitar a mi abuelo, pero esa vez no había estado la enfermera y no me pusieron más trabas para entrar. Esta vez me dieron la media bronca, la cual no pesqué demasiado pues estaba impaciente por ver a mi abuelo. Ellos debieron notarlo porque me dejaron pasar con la advertencia de que si volvía a colarme de noche no me dejarían pasar nuevamente.

Mi abuelo me escuchó atentamente y me recordó que él había dicho que Isabella no era humana.

-Pero abuelo... ¿Es que tú sabías lo que ella era desde un principio?- le pregunto desconcertado. Mi abuelo no se había mostrado en absoluto sorprendido. Él se había limitado a asentir.- ¿Por qué no me lo dijiste?

-Hay cosas que es mejor que no se sepan- afirma mi abuelo con misterio.- Las personas que pueden ver a los fantasmas, también tienen la capacidad de ver ángeles de la muerte; pero esas criaturas son diferentes. Es como si todos nosotros, los videntes, supiéramos que no debemos hablar de ello. Los humanos no deberían saber que existen esas criaturas. No deberían verse involucrados con ellas. ¿Por qué? Porque es ponerse a jugar con fuego: más peligroso aún, con la mismísima Muerte.

-Eh... Abuelo, los fantasmas también son criaturas...

-Son espíritus que no pudieron pasar al otro lado- dice mi abuelo con firmeza.- En cambio los ángeles de la muerte son criaturas inmortales que le vendieron su alma a la Muerte para convertirse en asesinos. Ellos son la mano ejecutora de la Muerte. No sé si me entiendes.

En ese momento recordé las palabras de Drake:

-"Los ángeles de la muerte no son asesinos. Son los guías. Ellos no matan. Los ángeles de la muerte estamos para ayudar a los espíritus a pasar al Otro Lado. Nosotros no tenemos nada que ver con el suceso de morir. Pero es cierto que trabajamos para la Muerte. No cambiamos a través del tiempo, pero sí que podemos morir... Pero al no tener alma, nosotros al morir no vamos a ningún lado, dejamos de existir simplemente."

-No abuelo- digo con firmeza y él me mira sorprendido. Yo estaba furioso. Por mucho que mi abuelo me ayudara y todo, descubrí que Drake era mi amigo y que no me había querido contar nada porque no quería que yo me viera envuelto en toda esta locura. Su vida se había visto completamente arruinada desde que habían intentado matarlo, y él no quería que me pasara lo mismo.- Mira, sé que Isabella es un ángel de la muerte y todo eso, pero ella no es mala ni nada. Los ángeles de la muerte no son malos... O, bueno, no todos.

Conspiración (Crónicas del Nigromante 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora