ELECTROKINESIS

46° NO VUELVAS A HACERLO

Mi casa... Parezco ET, el extraterrestre, pero esta es mi casa, aquí crecí con mis tíos, aquí me enamoré.

DANIELA!

Cogí rápido mi teléfono, estaba apagado, lo puse a cargar y esperé a que se encendiera.

...

27 llamadas perdidas.

3.326 mensajes de WhatsApp

32 notificaciones de Twitter.

La gente ya no sabia por donde buscarme, me metí en la conversación de "Mi enena".

*MANSAJES DE DANIELA*

D: ¿Donde estas?
.Eee
.Eeeee
.Mi novio pasa de miii
.Andrés !
.Por favor me estoy preocupando
.Voy a tu casa
.Abremeeeeee!
.He estado en tu casa, no estabas
.Salté por el jardín
.Pero la puerta estaba cerrada.
.Dios Andrés!
.DA SEÑALES DE VIDA POR FAVOR

Y como estos un sin fin de mensajes iguales, los grupos también me estaban buscando, me sentía muy mal, pero no era mi culpa, me habían secuestrado dos veces! Una esos chiflados y otra esas chifladas.

Me di una ducha que me dejó como nuevo, me puse mi chándal gris, una camisa de tirantes y mis deportivas, y salí a correr un poco por el barrio. De camino iría a casa de Daniela, tenía unas ganas inmensas de abrazarla, de alzarla con mis brazos y darle un largo beso.

Corrí lo más rápido que pude, mis pulsaciones iban a toda velocidad, mi respiración se agitaba cada vez más las farolas por donde pasaba se encendían.

Di un ultimo sprin hasta llegar a la ultima farola de la avenida. Me apoyé en ella y la farola estalló, me daba igual. Estaba ya harto de todo, iba a desatarme, no podía aguantarlo más, nada van a conseguir de mi, no estoy solo. Y si esos imbéciles intentan hacerme algo o a las personas que quiero se las tendrán que ver conmigo, estoy harto de esconderme, de huir de mis problemas, de dejar que otras personas me protegieran ya no! No más! Estaba llegando a mi tope, nadie me iba a parar ahora! Defenderé lo que es mio, y a las personas que quiero.

... Personas que quiero ...

¡DANIELA!

Corrí calle abajo. La electricidad bajaba por mis brazos, a mis pies, la sentía en la yema de mis dedos, por suerte nadie me vio.

Llegué a la casa de Daniela, y toqué el timbre dos veces y después otra. Escuché como una silla rechinaba al ser arrastrada por el suelo y unos pasos rápidos se acercaban a la puerta y esta se abrió.

Daniela estaba... Hermosa... Tenía en su pelo una trenza, su rimen se había estropeado, había estado llorando, el corazón se me rompió en miles de cachitos.

Me apresure a abrazarla! Pero un golpe en seco me lo impedió, me había dado una cachetada, sentí el ardor en mi mejilla, me apresure a tocarmela, dolía, la mire confundido, temía una expresión de pánico en su rostro y había roto a llorar de nuevo.