LA CEPA: DOMINACIÓN (En Edición)

6. La pequeña Lily

Ann intentó disparar contra la criatura, pero esta se le abalanzó con fuerza y la derribó. Colocó sus manos alrededor de su pecho mientras la criatura intentaba morderle el rostro.
Sam golpeó a la criatura justo en la espalda, y esta pareció molestarse, lanzó un golpe contra él y lo arrojó lejos, pareció que la criatura se había interesado en Sam.

Corrió emitiendo un ensordecedor grito, y saltó con fuerza, de no haberse quitado, Sam hubiera sido destrozado, igual que la pared tras él.
Una vez que la pantalla de humo se desvaneció, todos pudieron admirar la manada de perros, quienes gruñían y ladraban al ver al infectado. La criatura volvió a rugir, y fue cuando un perro se le abalanzó.
El zombie atrapó al perro sujetándolo con fuerza del hocico, y con una fuerza descomunal lo partió a la mitad frente a todos los otros miembros de la manada.

El infectado rugió logrando espantar a todos los perros como si fueran una inofensiva banda de cachorros.
Sam alcanzó la ametralladora mientras el infectado estaba distraído, cortó cartucho y disparó sin piedad contra la bestia. Aquél monstruo se estremeció con la ráfaga de balas que recibió, pero aún así se mantuvo en pie.

Llegó hasta Sam, lo levantó sujetando su ropa, y cuando estuvo a punto de morderle el cuello, Ann apareció tras de él y lo atravesó con un pedazo de metal. La criatura rugió de ''dolor'' aparentemente.

—¡La cabeza o la columna! —gritó la niña desde el almacen. Ann desenfundó su pistola, y disparó la última bala atravesando su cráneo, la bestia cayó inerte al suelo.

—¿Estás bién? —se acercó a él y lo revisó, un chorro de sangre brotaba de su frente.

—Sí, solo es un rasguño —respondió levantándose.

—Yo estoy bien, no se preocupen —dijo Peter riendo mientras limpiaba los escombros y los vidrios que tenía regados por doquier.
Todos rieron ligeramente, en alivio al acabar con esa cosa, Ann volteó al almacen y ella seguía ahí.

—¿Cómo es que sabías matarlo?

Horas más tarde, el grupo estaba sentado frente a la hoguera, ya estaba oscureciendo y no había señales de ellos.

—Ya deberían haber vuelto —comentó Daryl, estaba bastante asustado.

—Ten paciencia —contestó Noah arrojando mas leña a la fogata.

—Escuchamos disparos, ¿qué tal si les pasó algo malo?

Ante todo el nerviosismo y las dudas de sus compañeros, Noah se mantenía tranquilo, incluso tenía dibujada una sonrisa de absoluta confianza.

—¿Nos extrañaron? —todos volteron a ver, y vieron a sus tres amigos a salvo, algo heridos, pero a salvo. Muchas preguntas eran lanzadas hacia ellos, pero ninguno hablaba.—Chicos, queremos decir algo —dijo Sam con una gran sonrisa.

—¿De qué se trata? —Diana era una de las más inquietas.

—Chicos, ella, es Lily —una pequeña mostró su rostro, aún nervioso, por encima de las piernas de Sam, todos se quedaron con los ojos bien abiertos.

—Hola... —dijo la pequeña con un volumen a penas perceptible mientras abrazaba aquél oso de peluche sin un ojo.

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