Era una mañana fría y de cielo nublado, el sonido de las aves en el cielo era suficiente para ahogar los lamentos de la muerte que camina a pasos arrastrados.
Todos se encontraban a orillas de la carretera, camuflados entre los arbustos y la maleza, esperando a que el dichoso convoy apareciera.
Aquel soldado les había dado la ruta que seguiría el convoy, solo era cosa de esperar y ver si era cierto.De entre los arbustos una bella mujer apareció, se acercó sonriente atrás de Sam.
—Pst, Sam —pronunció la mujer entre susurros.
—¿Quién demonios eres tú? — preguntó con un volumen de voz más alto y apuntando su AK-47 hacia la mujer. Sam se había adelantado un poco para ver la ruta y encontrar algunos escondites para así tenderles una emboscada a los soldados de la Hermandad. Así que su unidad llegaría después, más nunca pensó que habría un ''elemento'' nuevo en ella.
—Soy yo, Mariana —respondió ella mostrando una gran sonrisa.
—¿Mariana? Cielos, te ves hermosa... —ella sonrió al sacudir su cabello. Tomó su arma y se cubrió a un lado de Sam.
—Sabes nunca te di las gracias por haberme salvado...
—Tú me salvaste, no me debes nada.
—Por favor, permíteme debolverte el favor, por mí culpa tienes esa cicatriz—. Una cicatriz desde la ceja hasta la mejilla fue lo que quedó después de haber asesinado a los skulls-, ya sé, tú me debes un favor, y yo uno, así estaremos a mano.
—Con que sepas usar eso —miró su rifle de asalto—. Estaré bien —el silencio fue destruido por el cantar de los motores, una hilera de vehículos apareció en la carretera—, ¿ese es el convoy? —se preguntó a sí mismo sin sentirse muy convencido.
La hilera de vehículos constaba de; dos jeeps militares con artilleros y ametralladoras calibre cincuenta, después algo extraño, un autobús escolar lleno de civiles, después, un vehículo anfibio militar y al final, otro autobús.
—¿A-atacamos? —preguntó Noah desde la radio.
—Negativo, hay... hay que seguirlos...
—¿Por qué? —nadie esperaba aquella respuesta.
—Hay civiles —tomó sus cosas y junto con Mariana llegaron al challenger, ya estaban los demás.
—¿Civiles? —Noah entró de copiloto.
—Sí, están a bordo de los autobuses, esto no cuadra Noah, ¿por qué habría civiles en un convoy militar? —no esperó respuesta simplemente aceleró. Si días atrás Peter y Jonathan no hubieran asaltado una gasolinera seguramente hubieran seguido el convoy a pie.
Siguieron el convoy durante veinte minutos, hasta que los vehículos se detuvieron en Las ruinas; los restos y despojos de lo que alguna vez fue un pueblo aledaño a la ciudad. Tuvieron que detenerse unas calles antes para no ser vistos por ellos, bajaron y fueron directamente al lugar donde se detuvieron. Al llegar una sorpresa apareció, no estaban los jeeps militares, solo estaban los autobuses y el vehículo anfibio.
—¿Qué hacemos? —preguntó Jonathan.
—No lo sé, esto es demasiado extraño creo que...
—Debmos actuar ahora —le volvió a decir Jonathan. Su insistencia y todo la confusión de la situación hicieron que Sam comenzara a desesperarse.
—Bien, revisa el primer autobús, que Peter te cubra —dijo alejándose del grupo para respirar.
—¿Te encuantras bien? —Ann lo notaba realmente tenso, así que se acercó para ayudarlo.
—Esto no está bien, piensa Sam, piensa —farfulló en voz baja—. ¿Por qué habría autobuses llenos de civiles en un convoy militar? ¿Por qué los jeeps no están?
A cada pregunta Jonathan se acercaba más y más al autobús.
—¿Por qué tomaron esa ruta tan obvia? ¿Por qué estarían tan desprotegidos, sabiendo que podríamos atacar... los...? —miró a Ann con terror, esa pregunta dio la clave a todo el enigma, Sam volteó a ver a Jonathan abriendo la puerta del autobús—. Es una trampa...
Jonathan abrió la puerta del autobús, y observó a todos los civiles, atados, con la boca y los ojos tapados.
Volteó a ver al conductor, un hombre encadenado, con la boca tapada, y un chaleco lleno de explosivos.—Oh mierda... —Jonathan mostró una cara de absoluto terror y antes de él o Sam pudieran gritar, el autobús explotó...
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LA CEPA: DOMINACIÓN (En Edición)
Ciencia FicciónSegunda parte de LA CEPA. Meses después de la llegada de los sobrevivientes a Fuerte Esperanza, finalmente su vida parece marchar por el buen camino. Pero todo cambiará cuando un asesinato desencadene una serie de eventos catastróficos, en los cuale...