Tomaron armas, munición y un par de linternas, Sam y sus dos acompañantes descendieron por aquel agujero, los demás encontraron una escalera en un almacén y la colocaron justo cuando entraron.
Habían llegado a una sección llena de tuberías, todo estaba lleno de maleza y agua, caminaron entre la oscuridad escuchando su andar en el agua y el chillido de las ratas al pasar por sus pies, habían caminado alrededor de cinco minutos y no había señales de Mariana.
—¿Qué tan largo está esto? —preguntó Peter, él iba atrás de Noah y Sam.
—No lo sé, tal vez...
—Silencio —Sam cortó las palabras de Noah, levantaron sus armas y observaron cin duda.
—¿Qué ocurre?
—¿Oyeron eso? —se quedaron callados un par de segundos y finalmente lo escucharon, una respiración. Caminaron lentamente hacia donde provenía la respiración, Sam se adelantó y encontró un cadáver, tenía la quijada destrozada y exhibía un agujero en su frente.
Mariana asomó su cabeza tras el cuerpo.—Sam... —pronunció temblando, él le quitó el cadáver de encima y se agachó para verla. Tenía unos golpes y su sien estaba llena de sangre.
—Gracias al cielo, estás a salvo —la miró de pies a cabeza, estaba completa—. ¿Puedes levantarte? —ella negó con la cabeza, mostró su pierna derecha y descubrió su tobillo, estaba hinchado y posiblemente fracturado.
—Déjame —Noah le entregó su rifle a Peter y con sumo cuidado levantó a Mariana y la cargó en sus brazos como si fuera una princesa, una malherida y llena de suciedad.
—Excelente, vámonos —un zombie salió de la nada y derrumbó a Peter, el muerto estaba lleno de raíces y su aspecto era como si ya formara parte de la naturaleza. Peter tomó una pistola de su cinturón y le voló la cabeza, la negra sangre le cayó en el rostro.
—¿Estás bien? —Sam lo ayudó a levantarse.
—Sí —se limpió el rostro— Vaya mierda.
En ese momento, un coro de sonidos guturales y bramidos hicieron eco en la oscuridad. Apuntaron la luz de las linternas y contemplaron a toda una horda llendo a toda prisa hacia ellos.
—¡Corran! —Sam disparó contra los muertos y siguió a sus compañeros en la carrera.
A la cabeza, Peter disparaba contra todos los infectados que emergían de todas partes, siguieron corriendo hasta que vieron algo, una luz, sobresaliente en el techo, el agujero por donde entraron.—Rápido, rápido —Peter llegó a la escalera y trepó con rapidez, dejó sus armas y estiró su mano.
Noah llevó a Mariana hasta él y la subieron.Sam seguía disparando contra todos los muertos que se acercaban, cada estallido iluminaba en la oscuridad a los cadáveres andantes. Hasta que se le agotaron las balas.
Corrió directo a la escalera y de un salto se sujetó, para después comenzar a trepar con rapidez.De repente sintió como un grupo de manos lo jalaron a la superficie, para después terminar tendido en el suelo con el corazón a punto de estallar.
—¿Estás bien? —Noah, Ann y Lizz lo miraron con preocupación.
—Eso... eso creo —Noah le tendió la mano y lo ayudó a levantarse.
Mariana estaba tendida en el suelo, algunas personas estaban junto a ella y la revisaban.—Gracias —dijo ella, le dieron una botella de agua y bebió la mitad en cuestión de segundos—. Gracias, a todos...
-No pasa nada -volteó y observó a Lizz, ella se alejaba a la tienda de ropa. Corrió hasta la tienda y la encontró con una mirada seria y los brazos cruzados-, Lizz...
Ella se acercó y le dio una bofetada.
—¿Por qué hiciste eso? —ella lo tomó con ambas manos y le propinó un beso inigualable.
—No sé si eres un héroe... o un estúpido —se despegó un poco de él, y se quitó la camiseta y bajó sus pantalones, estaba nuevamente desnuda—. ¿En qué nos quedamos?
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LA CEPA: DOMINACIÓN (En Edición)
Science FictionSegunda parte de LA CEPA. Meses después de la llegada de los sobrevivientes a Fuerte Esperanza, finalmente su vida parece marchar por el buen camino. Pero todo cambiará cuando un asesinato desencadene una serie de eventos catastróficos, en los cuale...