CAPITULO 3

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JUEVES, DICIEMBRE 24


Jace

— No sé si sea buena idea que conozca a tu familia.

La miro de arriba abajo y suelto una risotada, que seguramente malinterpreta. Sin embargo, el hecho de que su vestido de cuero rojo, delicadamente ceñido al cuerpo, la haga ver tan despampanante, solo logra ponerme aún más nervioso de lo inicial.

— Te ves genial, todo saldrá bien.

— No puedo dejar de pensar que esto está demasiado ajustado para una cena familiar. Sucede que mi amiga Kim lo eligió para mí con la excusa de que los animales darían su aprobación, pero es que a todos les gusta el rojo, supongo.

— Espero que no hayas matado a ninguna de tus mascotas para crearlo.

— No crío vacas, ni cerdos.

— Era una broma, amargada.

Asiente, aun nerviosa.

La señora Thompson espía desde la ventana nuestra conversación, ansiosa por conocer a la chica. Le tiendo mi mano para, en un intento de caballerosidad, ayudarla a subir el par de quisquillosos escalones que dirigen a la entrada de mi casa, temeroso de que tropiece con sus zapatos de plataforma. Toco el timbre y mamá es la que abre, con un montón de mujeres menopaúsicas intentando mirar tras ella. Ah sí, las amigas de mamá.

— Oh —exclama—, es más bonita de lo que pensé.

Decido que no es un buen comentario para iniciar una conversación, pero April no lo nota.

— Me llamo April Hoult —se presenta— Soy la...

— Esposa de mi hijo —sonríe— Ya lo sé, linda. Pasen.

El salón está aún más lleno que en todas las navidades pasadas. Hay docenas de personas esparcidas por todo el lugar cumpliendo distintas tareas o entreteniéndose de distintas formas. Amigos de mis vecinos, hijos de mis vecinos, incluso una chica trajo a su cachorro, quien parece disfrutar jugando con Karla. Algunos invitados ya descansan junto al extenso comedor, de vez en cuando tomando algún bocadillo de este. Así que pienso que es mejor presentarle primero a Warren.

— Hola chico, ¿Quién es esta linda señorita que te acompaña?

Noto las mejillas sonrojadas de April y sonrío.

— Es mi esposa, hombre.

— Vaya, que buen partido.

Se limpia la mano del uniforme para tendérsela educadamente.

— No puedo decir lo mismo —asegura ella, divertida.

Warren se echa a reír.

— Muy graciosa —ironizo— ¿Algo de beber?

— Agua está bien.

Me alejo de ella un segundo para ir en busca de un vaso. Es gracioso como, aun en una casa llena de gente, el ambiente resulta tan familiar y el pueblo más allá de estas cuatro paredes tan frio y desierto. Hay algunas parejas que no había visto nunca; por ejemplo, la hija del señor y la señora Jackson, quien parece haber roto cualquier regla de su hogar y haberse emparejado con Quentin Miller, un agradable chico que toca la guitarra en una esquina de nuestro café para ganarse la vida. También veo a mamá demasiado conversadora con un hombre canoso que, según yo sabía, era el ex padrastro de los Thompson. Intento ahuyentar la idea de que él no es un hombre bueno en lo que se respecta a rumores que corren por el vecindario, será mejor dejarlo para después. Una canción bastante familiar comienza a sonar en el estéreo, Quentin da un beso rápido a Vanessa Jackson justo antes de hacerla levantar para bailar, y mamá sube el volumen dándome una mirada melancólica. "Only You" de The Platters era, sin dudas, una de las canciones favoritas de papá.

April: No te enamores de la apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora