CAPITULO 21

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DOMINGO,ENERO 24

April

Mis manos se mantienen apoyadas en su pecho, observando una venda desgastada y un montón de tatuajes. Su respiración entrecortada le obliga a entrabrir los labios, y nos quedamos en silencio, incluso con un toque de diversión en el aire. La vida se hace intensa y recorre mis venas. Romper las reglas, ultimamente, es uno de mis fuertes.

- Nunca habia tenido tanto sexo en mi vida.

Casi puedo ver como se sonroja, y rio un poco. Su cuerpo se mantiene inmovil bajo el mio, y observa fijamente mi cabello caer por mis hombros, casi acariciando su piel.

- ¿Cuantas horas hemos estado repitiendo esto una y otra vez? - murmura.

Me encojo de hombros, suspirando. Se supone que lo hariamos una vez, y que luego pretenderiamos que el acontecimiento fue un simple desliz por los efectos del alcohol. Sin embargo, perdí ĺa cuenta de las veces que he dicho que es hora de irme y me he dispuesto a buscar mi ropa, porque simplemente vuelvo a caer.

Kim me llamó para decirme que está embarazada, que la echaron de casa y que, por más incorrecto que sea, no debo decírselo a Alex. Después, Alex me contó que terminó su relación con Georgia por pensar demasiado en mi amiga, admitiendo que la extraña y que, bajo ningún concepto, debo mencionárselo a ella. Jace reprobó el proyecto final de una de sus clases en la universidad, y Luke perdió su empleo. Sumando a todo eso, el hecho de que ya no puedo retardar más el tener que entrar a mi vieja habitación para vaciarla.

Parece que mientras más se incrementa el estrés, más aumenta la necesidad.

El ático, prácticamente hasta el tope de cajas y de ropa empacada a presión en las maletas, se siente vacío al pasar los minutos. La jaula de Chuck se encuentra en la mesa de la cocina, y el estante con mis libros ya está desarmado y listo para mover. Solo queda la ropa en mi vieja habitación, y nosotros, que no parecemos querer salir de aquí.

- ¿En serio haremos esto? - pregunta, luego de un rato.

Mis manos se deslizan hasta sus hombros desnudos y mis dedos recorren los números romanos de su hombro.

- ¿Que cosa? - murmuro.

Siento su tacto en mi cintura, sentada a horcajadas sobre él en un intento de autocontrol.

- ¿En serio estamos tan destrozados emocionalmente como para tener sexo en busca de calmar el dolor? - pregunta finalmente.

Contradiciendo sus palabras, tira de mi hacia el, dejando que mi rostro roce con la delicada superficie de sus pecas.

- Yo soy la destrozada emocionalmente aqui, Jace. Y ya tengo demasiado de contestar preguntas y recibir comentarios motivadores. Asi que si, dejaré que los problemas salgan al mismo tiempo que desaparece mi ropa. - aseguro, dejando un beso provocativo en sus labios. - Aqui la pregunta es si tú realmente quieres hacer esto.

Rie, casi con ironia. Aferra sus brazos a la curva de mi espalda y se coloca sobre mi en un movimiento brusco. Su respiración entrecortada se mezcla con la mia.

- Tengo culpa - susurra - De alguna manera debo sobrellevarla.

Me besa antes de que pueda decir nada. Destrozados, ambos estamos destrozados. Tengo un anillo no familiar en mi dedo que le pertenece, un acta de matrimonio accidental y una apuesta por ganar. He demostrado muchas veces que mi intencion no es tener algo con Jace Cartter, pero el hecho de estar completamente destrozados opaca cualquier tipo de buena decisión.

Sus manos van al borde de su camiseta, que cubre mi torso hasta los muslos. Y se dispone a deshacerse de la unica prenda de ropa que, en mas de veinticuatro horas, me he dignado a usar.

April: No te enamores de la apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora