¿Mal Entendido?

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Yu-Gi-Oh! No me pertenece, es propiedad de Kazuki Takahashi.  

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Los días transcurrían con normalidad para todo habitante de la ciudad Domino, excepto para Seto y Yura, quienes pensaban que avanzaban con extremada lentitud. Dicho pensamiento se debía a que en los días posteriores a su encuentro no habían tenido otra oportunidad para verse de nuevo: Yura ya no trabajaba en la cafetería, por lo tanto ya no podían verse allí, una excusa convincente para verse era la de ir a visitar a Mokuba, pero eso implicaría que los demás se enteraran de su accidente, cosa que disgustaría a Seto, además de que conociéndolos quisieran ir a verle también provocando que ellos dos no tuvieran un espacio a solas. Podía decirle a su familia que iría a visitar a Mara e irse a ver a Mokuba en su lugar, pero a ella no le gustaba estar mintiendo a cada momento, aparte de que no quería que su familia sintiera que ella le tenía más cariño a la otra.

Seto, por su parte, debía atender a Mokuba. A pesar de haberle dado el alta, aún tenía una pierna enyesada y su abdomen no había sanado por completo. Añadiéndose el hecho de que debía estar atento al suministro de los medicamentos indicados por el doctor.

A pesar de que no se habían visto con regularidad, ambos se comunicaban a través de sus móviles en horas de la madrugada, para facilitarle a Yura ocultar el de ella. Como estaba sucediendo en ese preciso momento:

-Me alegra escuchar que Mokuba está mucho mejor.- comunicaba Yura a Seto a través del celular.

-Sí, aunque en ocasiones se resiste a tomar las pastillas.- agregó Seto.

-Es normal. Algunas personas aborrecen medicarse vía oral, creo que él es una de ellas.- aclaró Yura.

-Supongo que tienes razón.- concedió Seto.

-Sí, la tengo. ¿Qué tal van las cosas en la compañía? ¿Pudiste llegar a un acuerdo con el ingeniero?- preguntó Yura, refiriéndose al inconveniente que Seto le había contado respecto de un ingeniero con el que estuvo en desacuerdo para iniciar la construcción de una nueva atracción en KaibaLand.

-No. Ese incompetente se creía muy astuto pero al final no le resultaron sus pretensiones de sobrevaluar la obra. No llegamos a ningún acuerdo por lo que tendré que empezar a buscar otro ingeniero. Salvo ese inconveniente todo está bajo control.- hizo saber Seto.

-Ya veo. Pero lo importante es que la obra se construya.- añadió Yura.

-Si. Se llevará a cabo, ya verás.- dijo tajante Seto.

-De eso no tengo duda.- contestó Yura al percibir seguridad en las palabras.

-Espero que tampoco dudes en asistir al torneo mañana.- dijo cambiando de tema repentinamente.

-Bueno... Seto, la verdad es que...- comenzó a tratar de explicar Yura pero la voz de él la interrumpió.

-La verdad es que nos veremos mañana.- dijo. Esperando escuchar de ella que eso sucedería, que ella no le diría lo contrario.

-Lo que sucede es que...- un segundo intento de parte de Yura y otra interrupción cortesía de Seto.

-Lo que sucede es que vendrás al torneo. No puede pasar por tu mente la idea de faltar. Debo verte.- dijo como si de una orden se tratase.

Había esperado toda una semana limitándose a platicar con ella a través del móvil, tratando de calmar sus ansias de verla con la atención a su hermano y el trabajo sin tener resultados provechosos, al menos no con el trabajo. No podía permitir que el encuentro de ambos se pospusiera más. ¡No, bajo ningún precepto!

Amor Blanco A Través De Unos Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora