Segunda Viñeta: La Mamila

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Yu-Gi-Oh! Es propiedad exclusiva de Kazuki Takahashi hasta el fin de los tiempos.

¡Mejor tarde que nunca! *--------*9 Esta viñeta es casi un One-Shot.

—.—

— ¿Cuál fue la causa de muerte?

VIH, Señor Kaiba. El recluso con quien compartía la celda se imputó haberlo contagiado tras una sucesión de violaciones por vía anal. Los detalles fueron repugnantes...

Mi estómago es un revoltijo. Sólo cuidar bajo el celo de una mirada a mi hijo Ryōsuke quien parece divertirse con un plushie de mi Dragón Blanco de Ojos Azules, aminora el malestar trasformado en náuseas. Empero, se curvilínea en mis labios una sonrisa socarrona.

Otro punto final no podría terminar mejor la existencia de aquel aborto concebido: violado, minusválido y con SIDA.

—Agradezco la información.

— Es nuestro trabajo, Señor. Como podrá deducir, es usted el único "familiar" aunque sea postizo, de modo que no hemos procesado los trámites de sepultura sin consultar con usted las indicaciones para...

—Que los gusanos sean su sepultura, pese a que incluso ellos son compañía inmerecida.

—Comprendo...

—Buenas noches.

Cierro la llamada, indispuesto a escuchar cualquier otro posible alegato. De súbito la rabia me enfogona la sangre. Gracias a ese pedazo de excremento, Yura está postrada en cama y siendo nebulizada.

Las secuelas de la hemorragia interna suscitada por el disparo, cobraron la eficiencia de los pulmones más que de cualquier otro órgano enmarcado en la zona del pecho. El Doctor Tsuda, a quien dicho sea de paso he condecorado como el médico de la familia, me reprochó con sabiduría el haber solicitado el alta prematura que acentuó, entre otras cosas, como la causa principal de la detección tardía de aquel fallo pulmonar.

Me culpé de todo donde ningún ojo pudiera observarme y le pedí perdón a ella cuando la única luz nocturna era el brillo de nuestras miradas.

Ella contestó no tener nada de que perdonarme, atribuyéndole toda la culpa a quien en este instante debe estar siendo devorado por los gusanos de la carne. Seguí culpándome de todas maneras, llegando al extremo de no atreverme a mirar, por casi una semana, su rostro.

Pero la Yura que conocí no es la misma mujer que duerme en mi cama todas las noches.

Me obligó a confrontarla. Nos gritamos, nos insultamos, nos echamos en cara algunas culpas, nos quitamos el peso de otras y al final hicimos el amor como si esa madrugada hubiera sido nuestra primera noche de bodas.

Ryōsuke muerde las fauces del plushie, llenándolas de baba, verle me pone al corriente de la realidad. Miro el reloj en sala cuyas manecillas señalan las seis de la tarde. Tiene hambre, por ello babosea el peluche.

Cruzo la sala para llegar hasta el andador donde él juega, agachándome consigo empujar las ruedas, llevándolo conmigo a la cocina. Abro la parte superior del refrigerador, donde ya están preparadas tres mamilas con antelación. Extraigo la de tapa color azul previo a volver a cerrar la puerta de la nevera, mientras la agito, siento las manitas de Ryōsuke tironear la tela negra de mi pantalón. Cortesía del andador se me acercó, habiendo dejado el plushie tirado en el suelo.

Me mira con ojos cristalinos, los labios chorreando baba y alzando las manos me pide que lo cargue. Quito la tapa azul antes de obedecer su súplica enternecido, dándole la mamila que él succiona como si la boquilla fuera su mañana. En verdad tenía mucha hambre.

Alimentándolo escucho los pasos del doctor Tsuda asomándose por las escaleras. Desalojo la cocina con Ryōsuke en brazos queriendo saber si la nebulización finalizó.

—Todo salió bien, Seto. —Después de todo lo que ha hecho por mi familia, lo premié con el derecho de llamarme por mi nombre—. La Señora Kaiba se encuentra en perfecto estado.

— ¿Puedo subir a verla?

— Por supuesto, y el pequeño también— procura hacerle un gesto cómico a mi hijo—. Llámame en caso de cualquier otra emergencia.

—Gracias, quería preguntarte...

— ¿Cuántas veces pueden hacer el amor?— bromea guiñándome un ojo, calentándome las mejillas con la pregunta.

— ¡Por supuesto que no!— Miento. ¿Acaso fui tan evidente?

— Tranquilo, hijo, esa pregunta no te hace un enfermo sexual. Es tu esposa, hombre. —Se avecina, palmeándome un hombro—. Si bien el sexo equivale a una o más horas de ejercicio corporal, la liberación de endorfinas durante el orgasmo no sólo constituyen un analgésico para la relajación, sino también un bálsamo para todo el cuerpo. Tener intimidad no es un riesgo. — Me sonríe con placidez.

—Gracias por todo.

— A tu orden siempre, hijo. Ahora ve, tu esposa espera por ti y el nene.

Asintiendo a modo de reverencia, me encamino hacia los peldaños en cuyo tránsito Ryōsuke se termina la mamila pero se queda jugueteando con el chupete, por eso no lo retiro ni cuando llego a la habitación, donde el semblante cansado de Yura me apuñala el pecho.

— Seto... — murmura mi nombre con tanta devoción—. Le has dado de comer, que alegría, estaba algo preocupada— sonríe, pero yo sé que todavía está algo mareada—. Ahora que se terminó la mamila, debes virarlo sobre tu hombro y darle unas palmaditas en la espalda para que eructe los gases.

Le quito la mamila a fin de colocarla sobre el gavetero, hago todo tal cual me lo ha indicado. Dándole las palmaditas me siento a su lado en la cama.

— ¿Cómo te sientes?

— Algo mareada pero mucho mejor.

Justo cuando pienso estamparle en los labios un beso sutil, Ryōsuke eructa su primer gas al tiempo que siento en mi hombro el desliz de un líquido frío.

— Seto, ¿revisaste las onzas de leche en la mamila antes de dársela?

—... No...

— Eso lo explica todo...

—.—

¡JAJAJAJAJAJA! ¡Primero Ryūsei y ahora Ryōsuke! xDDDDDD 

Twins vs Kaiba xDDDDD

Perdonen la actualización tardía, por poco y no lo subo. :'(

¡Pero lo hice larguito para compensarlos! *------*9 Es casi un One-Shot (Tiene 920 palabras, pero NO 1000)

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER/VOTAR/COMENTAR! ¡Esperan la otra mañana, si Dios quiere! *-------------* *------------*

Amor Blanco A Través De Unos Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora