Torneo de Fin de Semana y Encuentro Inesperado.

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Yu-Gi-Oh! No me pertenece, es propiedad de Kazuki Takahashi.

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Se hallaba en su compañía terminando los preparativos finales para organizar el Torneo de Fin de Semana. Ésta era su más reciente estrategia para el mercado de los juegos. Para participar en el Torneo sólo se requerían 100 yenes y ser un duelista de nivel 4 o inferior. Habiendo escogido ese nivel pensando en los duelistas novatos, como un modo de que estos se volvieran, poco a poco, más fuertes.

Sentado en su escritorio, dio fin a sus labores por ese momento y alzó su mirada hacia el techo para descansar su cuello ya agotado por las horas pasadas frente al computador. Por un momento, se quedó contemplando el techo, blanco y plano. Al mirar dicho color, recordó era el mismo color de pelo de aquella chica desconocida que había visto en aquella cafetería aquella vez y que lo había hecho cuestionarse a sí mismo.

Por un momento, visualizó su rostro, y junto con él, aquella cálida sonrisa que le regalo esa mañana. Sin saber con exactitud el motivo, sus facciones se relajaron.

Se freno así mismo.

Él había asistido a reuniones donde se hallaban mujeres hermosas y de alta clase, los negocios le habían dado a conocer mujeres de sociedad que le habían hecho propuestas tentadoras para cualquier hombre, todas las cuales había rechazado sin pensarlo dos veces. Pero, ninguna de las mujeres ya mencionadas ni ninguna que antes haya conocido, le había hecho sentirse tan atraído como se sintió con aquella joven, que aunque odiaba admitirlo deseaba volver a ver y conocer.

Varias veces se encontró a punto de salir de su Corporación para ir a aquella cafetería sólo a verle, cuestionándose así mismo por querer hacerlo. Pero nunca podía salir, siempre ganaba el trabajo. El hecho es que se sentía extrañamente atraído por una chica que no conocía, que sólo había visto una vez.

-Tonterías.- dijo para sí en voz baja.

-Hermano, toda está listo ya. El Torneo puede empezar en cualquier momento.- anunció Mokuba, entrando a la oficina.

-Bien, entonces que dejen todo listo para empezar a las dos de la tarde sin retraso alguno.- sentenció Seto.

-Sí, hermano.- contestó sonriente Mokuba.

Seto se levantó de su escritorio, tomó su maletín para marcharse y Mokuba lo siguió para dar la orden a los técnicos.

Mientras iban de camino, pensó en sus expectativas sobre el Torneo. Si tenía éxito, organizaría uno todos los fines de semana. A medida que los duelistas avanzaran de nivel, pondría nuevos retos.

Por un momento su mente pensó en la posibilidad de ver a la chica en aquel evento. Se reprendió al instante, desechando el pensamiento.

...

Se encontraba en su hogar, tomando una difícil decisión. Ya había llegado de semana y ella no sabía con precisión que ropa ponerse. En ese instante, un jovencito de baja estatura, con el pelo verde y unos ojos anaranjados entró a la habitación:

-Hermana, hoy es el Torneo de Fin de Semana. Recuerda que prometiste llevarme.- recordó el pequeño.

-Sí, Shogo, lo recuerdo. Pero tú también recuerda que jamás he roto una promesa y mucho menos a ti.- le respondió guiñándole un ojo.

-Lo sé. Por eso te quiero tanto.- se abalanza sobre ella, da un beso en su mejilla.-Pero es que con el trabajo pensé que no lo recordarías.- respondió Shogo.

-Eso también lo sé. Pero de todas maneras debo ir porque un viejo amigo y unos amigos me invitaron a ir.- respondió, colocándolo encima de la cama.

Amor Blanco A Través De Unos Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora