En El Ojo De La Tormenta.

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Yu-Gi-Oh! No me pertenece, es propiedad de Kazuki Takahashi.

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Los rayos del sol aparecieron despertando a toda persona que habitaba la ciudad Domino. Dentro de las personas que reaccionaron ante esta llegada, se encontraba Yura, quien como siempre se levantó temprano para asistir a su trabajo después de haber disfrutado de un rico desayuno al lado de su familia y de haber acompañado a su hermano y amigos a la escuela. Después de agotar todas las calles que la distanciaban de su lugar de trabajo finalmente llegó hasta el y se dispuso a empezar su labor.

Por su parte, el CEO de la Corporación Kaiba se hallaba iniciando de manera habitual su día de trabajo. Se encontraba en su oficina tecleando su portátil cuando escuchó el sonido del teléfono y precisó tomar la llamada de inmediato.

-¿Bueno?- respondió.

-Señor Kaiba, su hermano Mokuba está en la línea y pide hablar con usted. ¿Desea tomar la llamada?- informó Isono desde la otra parte del teléfono.

-Por supuesto que sí, siempre que mi hermano llame transfieran la llamada de inmediato.- respondió tajante Seto.

-Sí señor, como ordene.- respondió Isono, después de ello sonó un pitido indicando la transferencia de la llamada que inició con la alegre voz de Mokuba.

-Buenos días hermano, espero no haberte interrumpido en tu trabajo.- expresó.

-Para nada. ¿Qué se te ofrece?- preguntó Seto.

-Sólo quería informarte que no voy a desayunar en casa, iré a la cafetería donde trabaja Yura y me preguntaba si querías acompañarme.- reveló al fin Mokuba.

De sólo escuchar el nombre de ella su corazón comenzó a reaccionar.

-Me encantaría, pero con mi ausencia aquella tarde y los trámites del Torneo quedó mucho trabajo pendiente que no puede posponerse, de modo que por hoy no voy a poder acompañarte.- expresó con palpable desilusión.

-Comprendo hermano, pero igual nos vemos al almuerzo, ¿verdad?- preguntó Mokuba.

-Haré todo lo posible porque así sea. Por cierto Mokuba, ya que veras a Yura... podrías...-

-Sí puedo dejarle saludos de tu parte, hermano.- expresó juguetón Mokuba, siendo capaz de predecir la petición.

Sonrió complacido al ver cuán su hermano le conocía.

-No me había percatado del grado en que me conoces. Pero ya que puedes darle mis saludos, me gustaría que también le preguntaras si tiene teléfono celular. ¿Puedes?- cuestionó, a sabiendas de que su hermano no se negaría.

-Por supuesto que sí, hermano. Bueno, ya voy a colgar para no seguir interrumpiendo tu trabajo para que así tengas tiempo para almorzar. Nos vemos.- contestó.

-No olvides lo que te pedí.- recordó, después de que su hermano respondiera con un ''No lo haré'' colgó el teléfono.

...

Yura se encontraba cabizbaja saliendo de la cafetería donde laboraba. Su jefe había decidido hacer una reducción de personal puesto que había invertido mucho dinero en la realización de la cafetería y esta, a pesar de que asistían muchas personas, no reponía la inversión que había hecho, por ello acabó siendo despedida. Afortunadamente, le pagaron todas sus prestaciones laborales.

Seguía cabizbaja cruzando las calles hasta que vio a una multitud correr hacia un mismo lugar a presenciar lo que parecía ser un accidente. Movida por la curiosidad, se dirigió allí y pudo comprobar que efectivamente había sucedido un choque entre vehículos. Su corazón le hizo sentir un vuelco de dolor en el pecho y sus fuerzas flaquearon al reconocer que uno de los vehículos afectados era en donde Seto y Mokuba se transportaron la última vez que asistieron a la cafetería. Con gran nerviosismo se aproximó al vehículo sin importar lo que las personas allí le decían.

Amor Blanco A Través De Unos Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora