Capítulo 13.

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-Haz algo, Harry...- murmuró Niall acercándose a nosotros.

-¿Y qué quieren que haga? Le dije a Jess que no quería nada con ella, ya no tengo ninguna alternativa...

-¿Que hiciste qué? Qué idiota eres, hermano. ¿Por qué hiciste eso?- preguntó Louis gritándome en un susurro.

-No sé... Yo... creo que... ¡Oh, no lo sé!- respondí nerviosamente viendo la escena. Esperaba que él se alejara en algún momento, pero no lo hizo. En realidad, hizo todo lo contrario.

Narra Jessica.

La peor parte ya había pasado, ya estaba dentro de esa fiesta. Harry y yo no habíamos intercambiado ninguna palabra desde hacía más de una hora, y no lo haríamos en el resto de la noche, probablemente.

Para mi suerte los próximos dos días no tendría que trabajar, ya que los chicos tendrían días libres. Eso significaba que no vería a Harry hasta el lunes después de terminar allí, eso me facilitaba las cosas un poco más.

Ya se me había advertido sobre la poca diversión que había en eventos como ese a los que hacían llamar fiestas. No se había equivocado en nada, esa fiesta estaba horriblemente aburrida. Por suerte estaba Kendall conmigo, de otro modo habría sido insoportable estar allí.

Después de mucho rato de conversar, ella fue a retocar su maquillaje al tocador, dejándome sola en la barra. Durante algunos momentos me dediqué a observar los diferentes aperitivos que habían sobre ella, nada se veía comestible.

-Si me permites una sugerencia, prueba con los canapés de champiñones.- dijo una voz masculina señalando una bandeja que los contenía.

-No me gustan los champiñones, creo que mejor paso.- sonreí volteándome para encontrarme con un rostro... algo conocido. Era alto, de cabello rubio oscuro y ojos color miel. Me sonreía con simpatía. -Además, si sigo comiendo no voy a caber ni en mi propia ropa...- dije acomodándome en el banco dispuesta a conversar con él.

-Pues a mí tampoco me gustan los champiñones, pero estos canapés son deliciosos.- tomó uno y lo acercó para darle un mordisco. -Y creo que, no importa cuánto comas, no dejarás de verte hermosa.- me guiñó haciendo que me sonrojara evidentemente. Rió y tomó otro canapé -Pruébalo.

-Está bien,- dije tomándolo. -pero si no me gusta y tengo que vomitarlo, tú serás el responsable.

-Me parece lo más justo.- sonrió otra vez. Simplemente lo mordí, tratando de no sentir el sabor. No pude no hacerlo en realidad.

-Esta cosa es deliciosa.- reí terminando de masticarlo. -¡Me encanta!

-Sabía que así sería.- sonrió tomando una de las copas que ya estaban servidas.

Lo observé un momento. Estaba segura de ya haberlo visto antes.

-Disculpa mi torpeza, pero, ¿de dónde te conozco?- pregunté. Él pareció sorprenderse.

-Yo... Yo soy Christopher Lowejoy.- respondió un poco desconcertado.

Chris Lowejoy, qué idiota soy. Actor famosísimo. Era obvio, su rostro era único -y lindo-, y toda la ciudad estaba llena de carteles de él en distintos comerciales. Era la estrella del momento... ¡y yo no lo reconocía! Bien hecho...

-Oh, claro... lo siento, Chris, soy muy mala para recordar a las personas y además...

-No te preocupes.- rió -Tú eres la nueva novia de Styles, ¿cierto? Jessica, si no me equivoco...

-¿Que yo...? No, claro que no.- reí intentando ocultar mis nervios. -Digo... soy Jessica, pero... él no es mi novio.- sonreí segura.

-Oh, perfecto... Entonces, será mejor que me des tu número.- rió. Este chico sí que sabía cómo agradarle a alguien en pocos minutos.

Estuvimos hablando durante largo rato. No sé qué era mejor; estar hablando con una muy linda celebridad con la que podía conversar sobre casi cualquier cosa, o la cara de Harry viéndonos. No nos sacó la mirada de encima en ningún momento, lo que me ponía feliz.

Luego de varias canciones movidas que nadie bailaba, comenzaron a sonar algunos lentos.

-¿Bailas?- preguntó extendiéndome la mano.

-Yo... no soy muy buena con esta música.- respondí sonriendo.

-Ni yo, y te aseguro que nadie de aquí sabe bailar canciones lentas... ¡Pero igual lo hacen!- rió. -Vamos...- observé a Harry, obviamente nos estaba mirando. -Si quieres le pido permiso para sacarte a bailar.- sonrió.

Me levanté del banco y, tomada de su mano, comencé a caminar hacia el centro de la pista que ahora estaba repleta por parejas. Puse mis manos en sus hombros, él me acercó a si tomándome de la cintura y comenzamos a mecernos al suave compás de la música. Era agradable estar así, y nadie notó que nunca antes en mi vida había bailado lentos, ni siquiera yo lo recordé. Miré a mi alrededor disimuladamente, a lo lejos pude ver a Harry, conversando con Melrose. ¿Qué demonios hacía ella ahí? No tengo idea. ¿Qué hacía Harry hablando con ella? Tampoco sé. Intenté no darles importancia y fingir que no me afectaba. ¿Debía meterse en todos los sitios a los que fuera, acaso? Hundí la cabeza en el hombro de Chris y me quedé allí durante algunos momentos.

-Oye... ¿no quieres ir a algún lugar mas cómodo y... privado?- preguntó él alejándome un poco.

-¿Disculpa...?

-Sí, ya sabes... Vivo a pocas calles de aquí y...

-¿Qué? ¿¡Estás loco!? Cariño, acabo de conocerte.- me alejé bruscamente de él, llamando la atención de algunas personas que se encontraban junto a nosotros.

-No seas anticuada.- murmuró riendo. -Vamos, será divertido...- me guiñó.

-¿Quién crees que soy? ¿Una de las tantas que te tiras por día? Lo siento, no creí que fueras así, de otro modo me habría alejado al principio... Con permiso.- dije comenzando a caminar fuera de la pista de baile.

-¡Jessica, espera! Yo... lo siento, no...- intentó excusarse mientras yo me alejaba.

Tomé mis cosas y salí al fin de esa condenada fiesta, aún los chicos no se habían presentado, pero no podía seguir estando adentro ya más.

Debí quedarme en casa con la excusa de estar enferma.

Never Let You GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora