-¿Qué rayos te pasa?- preguntó mi hermano, después de observarme fijamente durante los últimos 20 minutos.
-¿A mí? Nada, sólo... estoy cansada.- respondí jugando con los cubiertos.
-Entonces no entiendo por qué te despertaste tan temprano, tenías el día libre.- Beck rió.
-Lo sé, es que... no tenía sueño en ese momento.- dije sin levantar la vista del plato, pero consciente de que Beck me estaba observando.
-En serio. ¿Qué te pasa, Jess?
-No es nada, de verdad.- sonreí, me levanté y caminé hasta la sala, rogando que no me siguiera para continuar con las preguntas. No era nada agradable tener que contarle a tu hermano mayor que te enamoraste de su ex mejor amigo que ahora es su amigo otra vez, pero que ahora es famoso por ser tan talentoso, tierno, dulce, lindo, etcétera, se besaron pero ahora él no quiere nada contigo y te sientes sumamente estúpida e inmadura. No es agradable.
-Dime que te pasa.- oí su voz justo detrás de mí.
-Nada...
-¡Entonces no entiendo por qué has tenido esa cara toda la mañana!
-¡Estoy cansada, Beck! Déjame en paz, ¿quieres?- suspiré dejándome caer en el sofá grande. Él se sentó junto a mí tranquilamente. Esa paz con la que siempre hizo todo era hartante.
-¿Es... sobre Emma?- preguntó acariciando mi cabello. Me acerqué a él y me recosté en sus piernas.
-No...
-¿Sobre papá y mamá?
-No...
-¿Sobre tu nuevo trabajo?
-Erm, algo así...
-Es Harry, ¿cierto? Debí imaginarlo...- rió. -¿Quieres contarme qué pasó con él?- preguntó nuevamente. Asentí un tanto insegura, no quería hablar con Beck de lo que me estaba pasando, pero debía hacerlo. Necesitaba desahogarme.
Terminé contándole, con detalles y todo, y terminó siendo muy bueno para escuchar. Nunca había descubierto esa cualidad de él, y más adelante me sería de mucha ayuda tenerlo conmigo. Pocas veces hablamos de cosas realmente importantes o siquiera serias. Esta vez fue diferente, y no fue tan difícil de explicar como yo pensé, Beck escuchó cada palabra mía en completo silencio. Sabía que debía tener algo bueno detrás de esa imagen tan desarreglada, por algo Emma lo amaba tanto.
Al terminar mi relato, guardó silencio durante unos momentos.
-No sé que decirte, Jess...- dijo sin dejar de acariciar mi cabello. -Yo... no lo sé. Creo que no estaba preparado para esto.
Reí.
-Beck, no tengo 13 años...
-Sigues siendo mi hermana menor y lo serás por el resto de tu vida, quieras o no, niña.- replicó, haciéndome reír más. -Y, con respecto a Harry... no te hará daño, te lo aseguro. Sé que no se ve como un muy buen chico, pero es genial y siempre fue muy considerado y atento, con cualquier chica...
-¿Quieres decir que me trata como a cualquier chica?
-Yo no dije eso, me refiero a que nunca lo verás maltratar a alguna chica... o al menos no será intencional. Debe tener alguna buena razón para lo que te dijo, Jess. Tal vez lo hartaste.- bromeó, razón por la que golpeé su brazo en modo de juego.
-No creí que quisieras escucharme con mis problemas amorosos.- reí.
-Eres mi hermana, no quiero. Creo que vales demasiado para cualquier hombre que haya sobre la faz de la Tierra, pero no puedo oponerme a tus sentimientos. Harry es un gran chico, siempre lo fue... Creo que deberías hablar con él, ¿no crees?- preguntó observándome, yo negué con la cabeza. Él sonrió, y estaba a punto de hablar otra vez cuando sonó el timbre de la puerta de entrada.
Beck se levantó del sofá y fue a abrir: era Harry. Qué oportuna coincidencia.
Mi tan comprensivo hermano no tuvo mejor idea que hacerlo pasar hasta la sala donde me encontraba aún sentada, ya que quería "hablar" conmigo. Hurra.
-Hola, Jess - sonrió al asomarse por la entrada de la sala. Lo primero que vi en él fue un gorro gris cubriendo su cabello y una chalina del mismo color alrededor de su cuello, impidiendo que se viera siquiera un centímetro de su piel. ¿¡Viene a mi casa a hablar después de haber tenido un piyama party con esa perra!? Descarado. Blanqueé los ojos al notarlo.
-Bien, yo los dejo solos.- dijo Beck saliendo hacia quién sabe donde.
-¿Podemos hab...?
-¿Qué pasa, Harry?- pregunté secamente interrumpiéndolo.
-Yo... quería hablar contigo. Ayer no tuvimos ni un momento y...
Bufeé.
-Ni siquiera te acercaste a mí anoche.
-Lo siento, es que... Todo esto es tan extraño... Ya no sé qué está pasando con nosotros y...
-No hay un "nosotros", Harry. Somos tú y yo, por separado.- me senté otra vez en el sofá. Él me siguió e hizo lo mismo.
-No quiero que estés molesta conmigo, Jess. Escucha, sé que tal vez no fui muy... sensible ayer...
-No... No lo fuiste.- sonreí con sarcasmo interrumpiéndolo.
-Es que... no quiero lastimarte, no podría perdonármelo. Sabes que te quiero muchísimo, crecimos juntos, como hermanos... Y es así como te quiero; como a una hermana. Si vas a estar en una relación seria con alguien, esa persona debe amarte especialmente. Yo... en este momento no estoy para nada seguro de lo que siento. Y no solo con respecto a ti, sino a todo en general. Estoy muy confundido y no puedo ver nada claramente, ¿entiendes? Te mereces a alguien que esté seguro de lo mucho que te ama, que te lo demuestre y... que te merezca, Jessie. Lo que pasó el viernes fue un tonto impulso, y lo siento muchísimo. Quiero que sigamos siendo amigos, sólo eso. ¿Qué dices?- dijo extendiéndome un papel.
Suspiré.
-Sí, tienes razón...- sonreí tomándolo. - ¿Y esto?
-Es una invitación, a una cena en mi casa. Para remediar lo que ha pasado en estos últimos días... El sábado a las 8.- sonrió. -¿Te espero?
-Seguro.- reí mirando el papel. "Chef Harry te deleitará con sus más famosos platillos. Sábado, a las 8pm", mas abajo una pequeña inscripción escrita a mano "Berry Ville 1736". - Wow, la dirección de Harry Styles. Mucha gente mataría por esto, ¿sabes?
-Lo sé, y tú te lo ganaste.- me guiño. ¿Por qué tan adorable?
-Okay, voy a cuidarla para que nadie la vea.- reí. -Y te veré allá el sábado.
-Qué bien, entonces... no tengo nada más que hacer.- se acercó a mí. Quedamos a pocos centímetros, podía sentir su tibia respiración chocar contra de mi piel. Se acercó un poco más para besar mi mejilla y se fue, sin decir nada más.
No podía ser su amiga, no quería ser su amiga... Pero debía hacerme a la idea: Harry no era para mí.
Desde esa conversación todo volvió a ser "normal", como antes lo era, y NO se mencionaría el asunto del beso y todo eso. Tampoco habíamos hablado de Melrose, de su obvio desprecio hacia mí ni de su sospechosa conducta -que más bien era una idea mía-. Lo que hiciera con ella era asunto suyo, y las consecuencias serían su responsabilidad. No debía preocuparme por lo que hiciera Harry, a él no le importaba lo que a mí me pasara, pero ignorarlo me era muy difícil; casi imposible. Aunque quisiera desmentirlo, lo amaba. Amaba a Harry, y solo quería verlo bien. Si él iba a estar bien con ella, okay. Debía aceptarlo aunque me doliera muchísimo.
ESTÁS LEYENDO
Never Let You Go
أدب الهواةTal vez fue el destino, tal vez fue una mera casualidad, pero algo los unió. ¿Realmente ese algo iba a separarlos una vez más? ¡SEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE EN MIS HISTORIAS! Mil gracias a las lectoras <3