Capítulo 38.

768 26 4
                                    

Caminamos rápidamente atravesando el pasillo que nos separaba del camerino de Harry. Liam abrió la puerta apresurado y entró, yo entré detrás de él.

Allí lo vi, recostado boca arriba sobre el sofá, en completo silencio y oscuridad. Mi corazón de contrajo al verlo así, tan solo y triste.

-Sal de aquí.- me dijo inexpresivo incorporándose.

-Harry, tengo que decirte...

-No me importa lo que tengas que decirme, Jessica. Sal de aquí.- volvió a decir, con un volumen de voz un poco más elevado.

-Dame sólo un minuto, Harry... ¡Es importante!

-¡No quiero escucharte!- exclamó tomándome del brazo y llevándome afuera del camerino.

-Harry, espera, escúchala...- dijo Liam intentando frenarlo.

-¡No te metas en esto!- le gritó. -Y tú, respóndeme una cosa... ¿Cuántas veces fueron?

-¿Qué?- pregunté confundida.

-¿Cuántas veces me engañaste así, Jessica? ¿Cuántas otras veces te acostaste con Chirstopher, eh?

-¿Qué estás diciendo, Harry? Yo no sería capaz de...

-¡Pero lo hiciste! ¡Lo hiciste, y quién sabe cuántas otras veces más fueron!

-Harry...- susurré a punto de quebrarme. Por primera vez en muchos días me miraba a los ojos. -No digas eso, por favor...

Suspiró, sin quitar sus ojos de los míos.

-Yo...- murmuró con la voz quebrada. -Yo te di todo de mí, Jessica... y tú...

-Harry, escúchame, por favor...- dije casi sin voz.

-¡Tú terminaste siendo una zorra, al igual que Melrose!- gritó.

-Harry...- oí la voz regañadora de Zayn detrás de mí. Me volteé rápidamente; todos los que trabajaban en ese estudio estaban allá atrás, observándonos, escuchándonos.

Tuve que tragarme todas las lágrimas y ese nudo que se formaba en mi garganta para poder hablarle.

-Así que... es eso lo que piensas de mí, ¿eh?

-No.- murmuró acercándose a mi rostro. -Es eso lo que eres.- dijo, esta vez escupiendo cada palabra. Mantuvo sus ojos fijos en los míos durante interminables segundos, hasta que yo devié la vista en un estúpido intento para que no viera mis lágrimas. -No quiero volver a hablar contigo, Jessica. Si vamos a tener que seguir trabajando juntos, al menos haz que esto sea sencillo para ambos y mantente alejada de mí.- dijo entrando al camerino y cerrando la puerta en mi cara al terminar. Suspiré mientras las lágrimas comenzaban a caer de mis ojos.

Liam se acercó nuevamente y comenzó a golpear la puerta.

-¡Harry, abre, no entiendes, esto es muy importan...

-No.- indiqué tomando su brazo. -Déjalo.

-Pero, Jessica...

-No se lo digas. Él ya tiene las cosas claras.- dije, dándole la razón a mi orgulloso subconsciente que me indicaba que saliera de allí enseguida.

Él, confundido, dejó de golpear la puerta.

Tomé mis cosas y regresé a casa, sintiéndome peor que esa mañana. Harry me odiaba y no comprendía lo que en realidad pasaba, pero yo no entendía eso en ese momento, y sus palabras me habían lastimado horriblemente. No me importaba el hecho de haber sido humillada ante tantas personas y ante los mismos miembros de One Direction, solo me importaba lo que él pensaba de mí en ese momento.

...

Luego de toda una tarde llorando, sintiéndome perdida e impotente, finalmente creía ver una pequeña luz de esperanza para mi vida.

Emma había estado conmigo, acompañándome como siempre. No sé qué habría pasado conmigo si ella no hubiera estado allí. Cuando logré calmarme, comenzó uno de sus largos y sabihondos discursos.

-Jess... debes hacerlo.- murmuró finalmente. -Estando allí nunca podrás superarlo, amiga. ¡Trabajas con su ropa! Necesitas cambiar de aires, alejarte de todo esto... No te hace bien estar así, Jessie. Créeme, dentro de un tiempo todo volverá a ser como antes, pocas personas recordarán lo sucedido y Harry encontrará a alguien más, ¿qué pasará contigo entonces?- me hizo pensar. Tenía razón, una vez más. -Debes hacerlo...

-Lo sé...- murmuré tomando mi teléfono. -Tú... vas a acompañarme, ¿cierto?

-Claro que sí, si tú quieres.- sonrió. Yo asentí.

Totalmente decidida marqué el número y esperé unos cortos momentos, en los que pude pensar un poco en lo que diría. Me respondió, y luego de un corto saludo, fui directamente al punto.

-Yo... quiero saber si aún te interesa tenerme en tu empresa... Me encantaría poder trabajar contigo en París, Lyla.

Never Let You GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora