Adios Martín

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Eran mediados de noviembre y yo estaba rota. Lloraba incansablemente todas las noches. Había terminado con Martín, quien hacía ya 9 meses era mi novio. No hablaremos detalladamente de Martín, pues no fue él (ni es, ni será) el protagonista de esta historia, porque ni yo lo soy. Martín y yo, nos habíamos conocido cuando recién empezaba el secundario, y luego de 2 meses de conocernos, tratarnos y convivir juntos, nos habíamos hecho novios. Eramos novios de colegio, es decir, nos veíamos solamente en el colegio, nunca salimos, nunca me visitó, ni yo a él; fuera del colegio, solo nos manteniamos comunicados por whatsapp o por twitter. Y no era porque yo no quería conocer a su familia o poder salir con él, pero era él quien había hecho nuestra relación de esa forma. Terminamos porque me engaño, con una chica de mi colegio. Sufrí, me dolió (pero más adelante, me di cuenta de que no había conocido aún el dolor de sufrir por una amor). Nunca lo deje que se explicara, para mi, eso no tenia explicación ni solución. En fin, estábamos a mediados de noviembre, a eso del 16 más o menos, yo tenia 15 años cuando eso y recuerdo cada día como si fuese ayer. Estaba destrozada, como dije antes. No tenia ganas de salir, ni de ver a mis amigas, ni de compartir con mi familia, solo quería llorar, lloraba por idioteces tal vez, nunca realmente era por Martín.

En esa soledad, decidí dedicarle más tiempo a mi twitter, porque, desde la ruptura ni siquiera había entrado. Comencé a tweetear sobre lo "basura" que era el amor y sobre lo hipócrita de la confianza y un montonazo de locuras más. Recibía bastantes notificaciones, así que dejaba que mi celular sonara un buen rato hasta ir revisar. Cuando por fin me digne a abrir mis notificaciones tenia un mensaje:

18:25 Gonzalo: hola

22:10 Agustina: hola

22:15 Gonzalo: como andas?

22:16 Agustina: bien supongo, tu como estas?

22:17 Gonzalo: bien, en serio? no pareciera

22:18 Agustina: por?

22:19 Gonzalo: tus tweets

22:23 Agustina: no es nada, ya sabes, corazón roto

22:25 Gonzalo: Eres muy hermosa para estar sufriendo por un corazón roto

Un total extraño había logrado sacarme una sonrisota en un par de minutos. Sabia que seguía a varias personas que no conocía, era consiente, pero jamás pensé establecer alguna conversación con ellos, porque, me parecía peligroso. En esa ocasión, me atreví a contestar por dos razones, la primera, estaba totalmente sola y necesitaba tal vez, concentrarme en alguna otra cosa, y la segunda razón, Gonzalo era uno de los chicos a los que seguía que eran terriblemente guapos. Aunque nunca lo había tratado, sabia alguna que otra cosa de su vida; como que vivía en mi misma ciudad y en que zona exacta vivía (cosas de chismes).  La conversación se alargo bastante, hasta que me tuve que ir a dormir, porque al día siguiente tenia un tormento al que enfrentarme, si, el colegio.

Así fueron pasando los días, yo me mensajeaba con Gonzalo casi todas las noches, era una persona muy simpática y siempre tenia temas de conversación. Me trataba bastante lindo, me decía cosas que me sacaban sonrisas, como "que linda eres" o "estoy feliz porque estoy hablando contigo". En una semana y media el gran amor que sentía por Martín había desaparecido y yo, tenia mis ojos puestos en alguien más, Gonzalo. Me parecía algo absurdo la idea de que me gustase alguien a quien no conocía en persona, pero así era.  Me gustaba capaz, lo lindo que me trataba o, lo bien que escribía, o el interés que siempre tenia en mi, la cuestión es que día a día solo deseaba que se conectase para hablar con él.

Pasaron exactamente 2 semanas y media y me digne a contarle a mis amigas sobre este chico maravilloso. Le conté primero que a nadie, a Rose, mi mejor amiga; y por consiguiente a Pato, mi otra gran amiga. Estábamos sentadas en un recreo cuando comenzamos a hablar sobre Gonzalo, les conté lo lindo que era conmigo y lo guapo que era. Les mostré incluso una foto, y ahí, fue cuando todo se puso patas para arriba... -Gonzalo Ordoñez?- dijo Pato mientras me arrancaba el celular para poder ver más de cerca la foto, -si, ¿que tiene? ¿lo conoces?- dije poniéndome nerviosa. Pato me miro confundida, me entrego el celular y me dijo: -Gonzalo Ordoñez estudia aquí.

¿Conocen la frase "fui al cielo y vine"? Ese día tuvo todo el sentido del mundo. No solo vivíamos en la misma ciudad, si no que también íbamos a el mismo colegio sin saberlo, o bueno, al menos yo no lo sabia...

Pase ese día y los que siguen intentando encontrarlo en la multitud. No quería decirle que sabia que estábamos en el mismo colegio, quería darle la sorpresa de toparlo y saludarlo, pues era obvio de que el no sabia, nunca me lo había comentado siquiera... Era lunes, casi mitad de la mañana, deseaba que el día se acabara rápido, detestaba estar en el colegio. Estaba sentada con Pato en el suelo de la entrada del colegio, conversando y riendo un rato. Estaba cansada de buscar a Gonzalo en el colegio, así que decidí pedirle a Pato que si ella lo veía, me dijese. Pato me propuso que, aprovecháramos antes de entrar a clases y fuésemos a buscarlo, y así fue. Pasamos los 20 minutos que duraba nuestro recreo buscándolo, hasta que por fin... -Agus, voltea disimuladamente, esta detrás de ti, su mochila es negra.- dijo Pato, quien me estaba agarrando de la mano. Todo ser humano sobre la tierra sabe que, un "voltea disimuladamente" significa "voltea ahora y haz que todos se den cuenta" y eso hice, me gire de inmediato. Gonzalo no era la única persona que tenia una mochila negra (gracias Pato) pero lo reconocí al acto. Estaba sentado con dos chicos más; los chicos se reían y se divertían, mientras el estaba sentado callado y revisando su celular.  Tanto él, como yo ese día vestíamos uniforme de deporte, lo cual me parecía buenísimo, porque eso significaba que estaríamos juntos en el periodo de educación física. 

STOP AQUÍ, se lo que están pensando, ¿como esta tonta jamás se percato que estaba en el mismo colegio y en el mismo periodo con el chico de su sueños? la respuesta es simple "no lo sé." La verdad no sabía como nunca lo había visto ni por accidente... Ahora que recuerdo, nunca me había preguntado en que año estaba, ni cuantos años tenia hasta ese momento, hasta ese lunes. Sabía algo, no podía ser mayor que yo, puesto que, por Martín y Efigenia (una amiga en común que tuve con Martín) conocí a la gran mayoría de los que cursaban el año superior al mio, qué era el ultimo antes de salir del colegio, obviamente tampoco estaba en el mismo curso que yo, así que imagine que cursaba 4to año y que era de mi edad, porque yo siempre fui un año menor a mis compañeros; mientras todos rondaban los 16, yo aún tenia 15. Estaba tan concentrada mirando a Gonzalo, que no note que había sonado la campana y que estaba retrasada para mi periodo de educación física.  Con Pato ubicamos a Rose, y nos dirigimos al patio, donde nos esperaba ya el profesor. Comenzamos con un calentamiento sencillo, mientras el profesor ordenaba que haríamos en el resto del periodo. Se le ocurrió la brillante idea de que, 5to año compitiera con 4to año en un amistoso juego de voleibol. Nos sentamos todos en el suelo a esperar que, el profesor de 4to año fuese con sus alumnos hasta el patio para comenzar el partido y fue ahí, donde casi me desmayo. Entre los alumnos de 4to estaba él, Gonzalo; quién cuando me vio, coloco una gran sonrisa y me grito desde el otro lado del patio "Hola Agustina."

¿Puedo llamarte amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora