Adiós (Mi) Gonza

101 5 0
                                    


13:57 Gonzalo Ordoñez: Estoy algo deprimido...

14:20 Gonzalo Ordoñez: No quiero que pienses que todo esto es por ti, en absoluto es así. Desde que te conozco mi vida ha cambiado de muchas formas, para bien o para mal. Hacía mucho que nuestra separación era una opción, pero siempre había algo que lograba que cambiara de opinión. No diré que el tiempo a tu lado fue en vano, porque cada instante valió la pena; incluso tus momentos de locura tienen importancia en nuestra historia. Sé que tu no ves las cosas igual que yo, pero de hace un tiempo para acá he estado sintiendo que ya no estábamos juntos por amor, que lo nuestro era compromiso. Antes moría y esperaba la hora en la que podía verte y abrazarte, actualmente me daba igual si te veía o no. Créeme que lo que menos quiero es que salgas lastimada de todo esto... Tal vez yo no funciono para un noviazgo, o tal vez seas tu la que no sirve para estar en una relación, el punto es que lo nuestro ya no da para más. Tenía miedo de tomar esta decisión y que todo resultara un desastre, que terminaras de nuevo con crisis y en depresiones constantes, capaz por eso me tomó semanas pensar que haría con todo esto. Es increíble saber que hace mucho dejaste de lastimarte, espero que nunca más lo vuelvas a hacer. Tu eres más que un par de navajas mi niña. Eres la persona más IMPORTANTE que conozco; tan genuina, tan real que provoca mirarte un día entero. Tu risa acompañaba mis sueños cada segundo. Si había algo que amaba de ti eran esas carcajadas que lanzabas de vez en cuando. Odio tu llanto y tus desequilibrios mentales. Amo a la Agustina que ríe, que se divierte, que es sincera consigo misma y que por sobre todo no necesita  a nadie a su lado para sentirse completa. Muy probablemente me arrepienta más adelante de esta decisión, pero hoy firmemente creo que es lo mejor. Lo único que hago es lastimarte y hacerte sentir mal casi siempre y no te mereces eso. Nada de lo que alguna vez te dije es mentira, si eres la mujer de mi vida, eres la primera, la inigualable. Así no estemos juntos debes saber que te amo como a nadie. Un año y dos meses a tu lado bastó para darme cuenta de que nunca habrá otra como tu. Sé feliz por encima de todas las cosas. Sé feliz por ti. No quiero enterarme que te estas cortando otra vez o que estas internada por alguna crisis. Tu eres fuerte y puedes con todo, recuerda eso.. Si la ansiedad amenaza con aparecer piensa mucho el auto-control que has venido trabajando, no recaigas bebé, por favor... No seas prisionera de ti misma. Te quiero, te adoro, te amo de un modo inexplicable. Aunque todo este acabado quiero que sepas que siempre estaré ahí para ti. Cuídate mucho, adiós bebé 

16:00 Gonzalo Ordoñez: Agustina ¿estas bien? Me preocupa que no hayas respondido. Aparece

22:54 Gonzalo Ordoñez: AGUS!!!!! 

23:10 Agustina: Esta todo bien. Adiós, cuídate... No te preocupes por mi.


No había soma que valiera la pena. No habían antidepresivos, no habían ansioliticos, no habían tratamientos ni terapias que lograran sacar aquel dolor de mi alma. Un fuego quemaba mi pecho, un nudo me cerraba la garganta. Quería llorar y no lo hacia, no podía. Samantha no atendía el teléfono, necesitaba a alguien con desesperación. Mi vista se nublo por completo, no podía diferenciar nada, todo de pronto se tornaba negro. Mi cuerpo temblaba y no por frío. De pronto mi vieja yo estaba sentada a mi lado acariciándome el cabello diciéndome que todo estaba mal y que yo lo sabia. Las tijeras me llamaban casi a susurros. Tirada en el suelo de mi habitación, con las uñas clavadas en mi cara, ahogándome con la ganas de llorar. Tomé las tijeras y sin ver, las clave en mi muñeca derecha provocando una cortada de 3mm de profundidad. Un grito ensordecedor recorrió mi habitación. Salí casi arrastrándome hasta la cocina donde me esperaba una botella de vodka, la tomé como si no hubiese mañana. En menos de una hora la botella estaba vacía, tal como yo. Mi mamá me encontró en aquel estado tan deplorable y salto sobre mi. Lavo la cortada con agua y jabón. Me echó alcohol produciéndome un dolor peor que cuando me había producido el corte. Me apretaba la muñeca con fuerza, forzando la sangre a salir. No hubo noche como aquella. Yo era un zombie, no lloré en ningún momento, parecía fuera de este mundo.. 

Mi mamá me abrazaba y lloraba junto a mi. Aquella noche me dormí casi de madrugada, pero no descansé... 



¿Puedo llamarte amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora