Otra vez sola

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Me gustaría decir que mantuve la cordura hasta el final, pero estaría mintiendo. Asimilar mi ruptura con Gonzalo tomó tiempo; me costaba soltarme y empezar de nuevo sin él. Mi vida entera giraba a su alrededor, ¿como hacia para sacarlo de cada plan, de cada objeto, de cada día? Gonzalo era mi vida (y lo digo de forma literal). Creo yo, que lo más difícil de dejar a alguien (o que te dejen, en mi caso) es la vuelta a la realidad. Cuando tienes una pareja te acostumbras a sus mensajes, sus visitas, su familia se convierte en tu familia, y viceversa. Tu mundo de pronto tiene que ver con esa persona y el de esa persona, con todo lo que tiene que ver contigo. Al momento de una separación, caemos en cuenta de todo lo que los unía, y ahí es donde todo comienza a complicarse. Cada palabra, cada aroma, cada lugar, trae recuerdos imborrables que bloquean la posibilidad de alguna vez superar aquel sentimiento.
Para comunicar que con Gonzalo habíamos terminado, paso un día. Me tomé un día para mi, lejos de todo y todos, para pensar y analizar todo lo que nos había llevado a eso. Parecía un mal sueño...
Gonzalo nunca se alejó. Luego de terminar, siguió hablando conmigo diariamente como era costumbre. No lo hacia por amor o porque aún tuviésemos oportunidad de volver, lo hacia para percatarse de que no estuviese "mal" ni "enferma". La culpa lo carcomía...

Volver a clases y mirarlo rodeado de sus amigos me dolía. Ya no podía buscarlo, pretender que todo esta bien era absurdo, ya nada volvería a ser igual. No me intente hacer daño, solo el que ocurrió el día de la ruptura. Por lo profundo del corte debí usar bandita blanca grande que envolvía mi muñeca completa, evitando que fluyera mas sangre. Gonzalo me miraba el brazo siempre que tenía oportunidad, para cerciorarse de que todo estuviera bien. Además de ese corte y los golpes, no me hice mas daño, no estaba bien hacerlo y no iba a ganar nada. Aquel día había explotado y no era para menos, había sido un shock terminar tan repentinamente con Gonzalo... Volví a buscar mi soma, porque Agustina no debía flaquear en ningún momento. Yo debía ser fuerte, comportarme como alguien que era capaz de afrontar todo, sin derrumbarme, demostrarle a Gonzalo que con o sin él, yo podía ser feliz.
Mi vida no cambio casi... Seguí saliendo a fiestas con mis amigas, seguir yendo al colegio, seguí metida en las redes sociales.... En fin, mi vida siguió siendo la misma, la única diferencia era que Gonzalo no estaba en ella.

A casi dos semanas de haber terminado con Gonzalo, mi animo iba en caída. Lloraba mas seguido, como que mi estabilidad me estaba durando poco. Pensaba mucho en Gonzalo, en lo que habíamos vivido, y la razón por la que habíamos terminado. ¿Era verdad que yo no servia para estar en una relación? O ¿acaso había algo más detrás de esa repentina decisión? Mil preguntas carcomían mi mente y mi imaginación me torturaba. Los días siguieron pasando y nuestras fotos de pronto ya no existían. Éramos el recuerdo de una pareja, solamente eso. La depresión me saludaba diariamente y me invitaba a estar con ella, nunca acepte, no era lo correcto. Con mucha fuerza de voluntad mantuve mi ánimo, no me deje caer en ningún momento, hasta aquella noche en la que si no morí fue de pura suerte.
Eran aproximadamente las 20hrs, mis tareas y deberes eran demasiado y mi tiempo libre casi no rendía para que yo los terminase a tiempo; sin embargo aquel día me tomé unos minutos de descanso. Entre a mis redes sociales y las actualice un poco... El punto es que, en ese minuto que tome para actualizar Twitter un mensaje inesperado me cambio la noche.

Adrián Gutiérrez 16:12 : hola Agustina, necesito hablar contigo algo importante. En lo que puedas, comunícate conmigo 

Espero recuerden a Adrián; aquel amigo de Gonzalo que había estado conmigo en aquella fiesta de la que ya hablé. Aquel mensaje me sorprendió mucho y en el instante en que lo leí supe que algo no estaba bien...

Agustina Vertoli 20:24 : Hola Adrián, ¿sucede algo?
Adrian Gutiérrez 20:31 : Imagino como debes de estar sintiéndote en este momento, con todo lo de Gonzalo
Agustina Vertoli 20:35 : no... O sea, estoy normal, no me importa lo que haga él
Adrián Gutiérrez 20:38 :bueno entiendo, en realidad yo también haría la vista gorda, pero no puedo creer lo que nos hicieron, no sé como hay gente tan basura
Agustina Vertoli 20:38  : ya va, no entiendo
Adrián Gutiérrez 20:40 : ¿aún no estas enterada?
Agustina Vertoli 20:41 :  ¿de que? Habla adrián
Adrián Gutiérrez 20:43 : Gonzalo y Griselda, mi ex novia, ahora están juntos. Son una pareja, hace tres semanas que son novios. Yo recién me entero y por lo que veo, tu igual...

Cuando era pequeña tenía crisis asmáticas y cada tanto mi respiración fallaba. La mas fuerte que tuve, fue cuando tenía 8 años... Estaba con mis compañeros de clase sentada en frente a una ventana. Era un día lluvioso, de esos que parece que el cielo se caerá. Habían muchos truenos, rayos y relámpagos. Esperábamos que nuestros padres nos recogieran en el colegio, y mientras eso pasaba jugamos a contar los truenos. De pronto se les ocurrió correr bajo la lluvia y yo me uní a la travesura. Comenzamos a correr por todo el patio de recreo, de un lado a otro bajo la incesante lluvia. En un instante mi respiración se cerró por completo. Sentí un dolor muy intenso en el pecho y mi vista se nubló. Caí al suelo sobre mis rodillas. Intenté con todas mis fuerzas inhalar tan solo un poquito de aire, pero no podía. Inhalar por la boca tampoco me servia. Según mis compañeros, aquel día me torne de un color morado enfermizo, a causa de la falta de oxigenación. Sé que perdí el conocimiento y acabé internada por una semana en la clínica, después pude continuar con mi vida normalmente, con algunas restricciones, claro esta.
Aquella noche, luego de que Adrián me contara lo que estaba sucediendo volví a experimentar lo que con el asma; con la diferencia de que no estaba corriendo bajo la lluvia con amigos, estaba cayendo en lo mas profundo de una crisis nerviosa que terminó de llenar mi historial médico. La cereza que decoró el pastel, la gota que derramo el vaso... Volví a caer.


¿Puedo llamarte amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora