Dependiente.

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A veces manejo términos médicos tan profundos que me asusto, pero yo la verdad es que lo que sé, es porque lo he experimentado. Como por ejemplo, cuando la laguna mental aprendí el comportamiento de la memoria en las idas al psicólogo. Me apropie mucho de dichos términos para explicar siempre todo con mayor claridad. Yo psicología paso, pero en tantas idas y venidas de psicólogos distintos y un psiquiatra infanto-juvenil, aprendí sobre un estado psicológico que yo estaba creando: Dependencia emocional.
Para aquellos que no sepan que es la dependencia emocional, dejen que medio explique, porque tampoco soy experta en el campo. La dependencia emocional no es mas que lo que su nombre indica, es la necesidad de tener a otros para "sobrevivir".
Si con eso no están totalmente saciados, acá otra definición:
"Es un estado psicológico que se manifiesta en las relaciones de pareja, familia o amistad. Estas relaciones se caracterizan por ser inestables, destructivas y marcadas por un fuerte desequilibrio, donde el dependiente se somete, idealiza y magnifica al otro. Para el dependiente esta situación afecta de forma negativa a su autoestima, y a su salud física y/o mental."
Si todavía no están conformes, indaguen. Internet esta a disposición de todos.
Volviendo a lo que comentaba antes, al leer la definición de dicho termino psicológico, es fácil pensar "esta bien Agustina están hablando de ti" y si, justo esa era mi situación. Analicemos un poco.
Estas relaciones se caracterizan por ser inestables y destructivas. Desde que había comenzado con Gonzalo habíamos llevado una "relación" completamente inestable. Comenzando con que no teníamos una situación establecida, éramos "amigos con derechos." Mas adelante si, nos habíamos hecho novios, pero seguíamos manteniendo la relación destructiva e inestable. Nos destruíamos mutuamente, mental y físicamente.

A este punto ustedes dirán que yo tengo todo claro, que incluso cada instante con Gonzalo tuvo un nombre y algún detalle psicológico, y la verdad es que no. No todo... Pues nada en la vida tengo claro, siempre estoy indagando, descubriendo, reconociendo que nadie es igual a nadie y que la gente siempre te va a sorprender de buena o mala manera. Nunca terminamos de conocer a las personas y eso lo aprenderemos en la vida misma.
Reconozco que todos los diagnósticos médicos eran exactos y que tal vez haber hecho caso a los tratamientos al pie de la letra me hubiera evitado mucho. Porque recapitulemos, era una persona que sufría de un Trastorno de Ansiedad, que había caído varias veces en profunda depresiones. Me auto-flagelaba y auto-mutilaba. Había creado una dependencia emocional inmensa hacia otra persona. Yo era todo un combo sorpresa. La cajita feliz con el juguete, eso era yo. Nunca sabias con que ibas a encontrarte, capaz eso era lo que atraía a las personas hacia a mi.

Quiero hablarles sobre las personas que me rodeaban al comienzo de la historia, porque hablo solamente de Gonzalo y habían muchas mas personas. No daré profundos detalles, solo lo necesario para entender que tan mal estaba.
Rose, mi amiga del alma ya no me dirigía la palabra, la había remplazado totalmente por Gonzalo. No me perdono que yo hubiese aceptado a Gonzalo luego de lo del cine, y se alejó de mi...
Pato y Lulú, también habían creado distancia. Yo les preocupaba, siempre me lo hacían saber, pero les aterraba acercarse. Me apoyaron hasta un punto, pero se cansaron. Como todos.
Angeles se dio cuenta de que no puedes ayudar a quien no quiere ser ayudado. Me dio la espalda hasta el punto de decirme "Si tu quieres mejorar, hazlo por ti, no por el". Angeles, Pato, Rose, Lulú, todas me querían, y querían lo mejor para mi, pero yo estaba ciega y todo lo veía errado cuando era correcto. Agradezco que mis amigas se alejaran de mi antes de que yo explotase, nunca quise arrastrarlas conmigo... Si alguna leyese esto, les pido perdón desde el fondo de mi alma. Perdón por haberlas apartado de mi vida, aun sabiendo que ustedes querían verme feliz. Perdón por haber sido tan miserable con quien solo quería mi bien.  Perdón por los insultos, las peleas, las malas caras que se tuvieron que llevar de mi parte. En serio perdón.
Mi mamá había entendido que hiciera lo que hiciera no alejaría a Gonzalo de mi, así que dejó de oponerse. Mi mamá me temía. Si alejaba a Gonzalo de mi, ella sabia que yo llegaría hasta los extremos mas impensados y sabia que si lo dejaba a mi lado yo seguiría acabándome. Mi mamá estuvo atrapada en un dilema existencial en el que cualquier decisión podía quitarle a su única hija.
Mi papá me apoyaba en todo lo que quisiese, menos Gonzalo. Por eso mis discusiones con el se eran constantes y repetitivas.
Si todavía no ha quedado claro, yo estaba sola. Solo tenía a Gonzalo, a absolutamente mas nadie.
Ilógicamente cuando tenemos una relación con alguien valoramos hasta el momento mas pequeño junto a esa persona, tanto asi, que nos olvidamos de los que ya estaban con nosotros antes de todo... A veces pensaba que era MEJOOR estar sola, que no necesitaba a ninguna persona salvo a Gonzalo para ser feliz. Pero estaba errada.

Llegar al colegio y sentarme sola, me dolía. No tener con quien hacer los trabajos grupales, me dolía. Desayunar, almorzar sola, me mataba. Estar en un lugar lleno de gente y aún así estar sola, me producía nauseas. Sentarme al lado de mis antiguas amigas y notar como me miraban con sus ojos tristes, con su lastima, y escuchar susurros, me producía desesperación. Escucharlas reír me descontrolaba. Se reían de mi, de mi desgracia. O tal vez se reían del imbecil que se había caído por las escaleras aquella tarde, da igual. Se reían y yo hacia mucho que había dejado de reír. Mis compañeros me veían distante. Muchos de los que nunca me habían tomado en serio me hablaban, buscando algún chisme que contar después de mi. El malhumor y yo nos hicimos amigos. Había dejado los ansioliticos y no me sentía cómoda sin ellos. Inventaba crisis de nervios para que mi mamá me diera uno y así mantenerme "calmada". Comencé a ir mal en mis estudios, no prestaba atención en clase, todo lo hacia mal. No estudiaba, no obedecía ninguna orden. Ya no me maquillaba ¿para que? Gonzalo me amaba tal cual era. No me arreglaba ni siquiera el cabello. Mis ojeras iban siempre conmigo al colegio, al igual que mi malhumor y mis ganas de morir.
Cuando nadie me miraba me acercaba a las barandas de las escaleras e imaginaba que me lanzaba desde ahí. Imaginaba el escándalo en el colegio, a mis amigas llorar. Imaginaba a mi mamá destrozada...
En mis momentos libres pensaba métodos para dañarme, para sufrir. Ya no lloraba. Ya no reía, ya no era yo. Detrás de todo esto estaba Gonzalo. Con él estaba "bien". Con él me permitía ser yo, me permitía llorar y reír. El era mi día, mi noche. Gonzalo era mi vida entera. Parecía que mientras mas sola mejor todo con el. Mejor eran nuestras conversaciones, mejores eran nuestras salidas, mejor era el sexo. Todo había cambiado para bien con Gonzalo, pero para mal en mi vida. Y apenas hoy puedo verlo...
No me volvió a golpear, solo fue aquella vez en el cine. No lo volví a golpear tampoco. Prometimos no hacernos daño.
Pero él nunca cumplió esa promesa...

¿Puedo llamarte amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora