Detente.

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¿Por qué regresas constantemente a mi? ¿Por qué no me olvidas del todo? ¿Por qué no me dejas olvidarte?

Un día estás, todo renace. Al siguiente desapareces y dejas todo resquebrado con tu paso. ¿Disfrutas herirme?

Permití que me quisieras, que vinieras y fueras, pero me cansé de tu inconstante desprecio y tú inmensas ganas de destrozarme la vida.

Sin ti, todo continúa normal. Pero a tu llegada, reaparecen sentimientos que creí olvidados, que pensé ya no existían dentro de mi.

Termina de irte de mi vida.
No hagas mucho ruido.
No reclames ni exijas, solo vete.
Destroza el mundo de alguien más.

Aparta tu mirada de  mis labios.
No son tus labios, son míos.
Soy de mi pertenencia, nunca tuya.

Revuélcate en tu miseria con esas chicas a las que no les importa no ser tu prioridad.

Yo quiero todo de ti, no las migajas.
No te necesito en mi vida.

Te extraño en tu ausencia.
Te anhelo durante tu presencia.

Eres un constante punzar en mi vida. Hoy estás, mañana no, y yo así no me permito querer.

Amo la constancia y la persistencia.
Amo los encuentros con sabor a despedida. Y las despedidas con anhelo de un nuevo encuentro.
Adoro el amor en su medida completa, no en porciones controladas y residuos de otros amores.

Vete y solucióname la vida; o quédate pero no me destruyas más, te lo pido.

¿Puedo llamarte amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora