San Valentín es una de las fechas más lindas. Es mi día favorito, tenga o no tenga pareja... Como toda romántica, disfruto las películas amorosas que transmiten en esa fecha, adoro ver a los novios entregar ramos de rosas a sus novias, llenarlas de detalles y de mensajes lindos. En fin, disfruto mucho esa fecha. Siempre he sido participé de que, estos detalles se deben tener día a día con las parejas, pero bueh, cada quien a lo suyo. Mis San Valentín no habían sido gran cosa, siempre me quedaba en casa, comiendo helado y mirando Diario de un Pasión o él Titanic. En aquella oportunidad debía ser distinto, estaba con Gonzalo y tenia la esperanza de que el día fuese inolvidable, pero me equivoqué.
Un día previo a San Valentín había salido con Gonzalo a cenar. Fuimos junto a su mamá y algunos familiares, la cena si fue inolvidable. Durante toda la noche se comporto como un caballero; me ayudaba con la silla, abría las puertas por mi, entre otras cosas que me dejaban sorprendida, nunca se comportaba así. Para San Valentín me había ingeniado una salida con mis amigas y Gonzalo, obviamente. Preparé todo con mucha determinación, analice cada detalle, todo debía salir perfecto, pero no... Una hora previo a encontrarnos en el lugar que yo tenia designado, Gonzalo se retracto.
18:41 Mi Gonza: No podré ir. Disfruta tú, te amo. Feliz día.
Eso fue todo. No hubo explicación ni excusa, solo un "no" que retumbo en mi cabeza toda esa noche. Me encerré en el baño a llorar. Estaba llena de impotencia y confusión, pero mi soma tenia que estar presente así qué me retoque el maquillaje, me puse muy linda y fui a buscar a Pato y a Lulú para nuestro paseo. Aquella noche fue una de las mejores con mis amigas. Disfruté muchísimo, reí a carcajadas, hasta quedar sin aire. Llegué a mi casa a las 3 de la madrugada, cansada y un poco tomada. Siempre que yo salia le informaba a Gonzalo la hora de salida y la hora en la que llegaba a casa; pero en aquella oportunidad lo ignoré ¿Para que dar explicaciones si él nunca las tenía para mi? Aquella madrugada me dormí al instante en que toqué la cama. No quería saber nada de el mundo y en especial, no quería saber nada de Gonzalo.
La verdad es que no dormí mucho. Desperté muy de mañana para acompañar a mi mamá a hacer ciertas diligencias. Mi teléfono marcaba 15 llamadas perdida de Mi Novio, pero no devolví ninguna. Estaba furiosa con él. Estaba decepcionada. Nunca fui orgullosa ni fuerte cuando de Gonzalo se trataba, pero debía hacer el mayor de mis esfuerzos. Luego de un día agotador de acompañar a mi madre, llegar a mi casa y mirar a mi cama tan solitaria me producía placer. Tomé un baño y me senté a leer La Sonrisa de las Mujeres. Mi mamá me preparó un té, conversó un rato conmigo y luego me dejó sola en casa.
Llamada Entrante... Gonzalo Ordoñez
-Aló- contesté algo somnolienta.
-¿Donde estas?- preguntó alterado Gonzalo
-En mi casa, ¿por?
-Necesito verte amor, necesito hablarte
-En 20 minutos en mi casa ¿si?
-Esta bien amor, voy para allá
Ahí va mi orgullo... Créanme que el tono de voz de Gonza me rompió el alma. Su voz se tornaba triste, preocupada.. Algo tenia mi niño y eso me producía malestar....
Recibí a Gonzalo en pijama y pantuflas. Cuando me miró no pudo evitar reír y decir "hasta así, eres la más linda de todas." Me lancé a sus brazos, besándolo y abrazándolo fuertemente. Gonzalo me abrazaba muy fuerte, escondía su cara en mi cuello y suspiraba profundamente. Algo de verdad estaba ocurriendo. Llevé a Gonzalo hasta mi habitación... Luego de un par de besos, nos acostamos el uno junto al otro y esperé que hablara.
-¿Sucede algo?- Mis manos acariciaban el cabello de Gonzalo
-No...-
-¿Entonces porque tanto apuro para "hablar"?
-Necesitaba verte, es todo...- su voz era un hilo, él quería llorar.
Abracé a Gonzalo con mucha fuerza. Besé su sien y me quedé a su lado hasta que él así lo necesitase. Pequeñas lagrimas caían por su rostro, mientras él se escondía en mi pecho. Parecía todo un niño pequeño. Comencé a preocuparme, él no era así. Por un instante me sentí culpable, yo había estado ignorándolo desde el día de San Valentín y tal vez desde ahí él estaba así de mal. Me había estado necesitando y yo no estuve para él.
-Es hora de irme...- dijo de pronto, secándose las lagrimas.
-Te acompañaré hasta la puerta...-
-¿Te puedo decir algo Agus?
-Si amor...
-Eres lo mejor que le pudo pasar a mi vida. Gracias por quererme tanto, nunca dejes de hacerlo. Te amo, mi amor..- Me besó. Literalmente no fue un beso, fue solo un roce en los labios.
Aquella noche Gonzalo detalló cada esquina de mi casa. Cada cuadro, cada mesa, cada alfombra... Observaba todo con mucho detenimiento. Antes de subir al auto me miró por ultima vez sonreír para él, me observó por minutos, apreciando cada detalle de mi. Sonrió vagamente. Aquel día fue el ultimo que Gonzalo piso mi casa. Aquel día fue el ultimo donde me dijo "Amor" seguido de un te amo... Ese día fue el ultimo que escuche un te amo de sus labios, que tuve una caricia de sus manos... Cuando lo vi salir de mi casa pensé que seria por unas hora o por unos día cuando mucho, pero en realidad se había ido para no volver nunca más.
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¿Puedo llamarte amor?
Romance¿Puedo llamarte amor? es la historia sobre un amor que fue y que ya no es. Muestra la otra perspectiva de las relaciones amorosas. La parte que tal vez, muchos no se atreven a revelar. La verdad es que, personalmente, tampoco suelo hablar muchisimo...