CAPÍTULO XIV

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No es por ser sensible, es coraje. Te pondré un ejemplo, o bueno, mi realidad. Imagínate que nunca conociste a tu padre, y de un momento a otro te das cuenta de todo lo que hizo, que no fue nada bueno... Ahora dime ¿Cómo te sientes?

Cuando salí de casa, no quise hacer nada, solo quería responder todas las preguntas que surgieron de mi mente, que solo mi padre podrá responder, lastimosamente por ahora no podré hacer nada, solo ocurrirá en otra vida.

Caminaba por las lujosas calles de Engly Paradise mientras pensaba en la vida de mi madre, caí en cuenta de cual era su problema. Pensé: Debe haber otra parte de la historia, y solo mi madre puede contármela, curiosamente, mi madre nunca habla de mi padre, siempre me evita el tema o simplemente no responde.

Después de un largo rato caminando, encontré un lugar solo, en el cual podría reflexionar mejor, se que no me pasara nada.

Habían bancas, parecía un lugar abandonado. Me senté en una de ellas. Mire hacia la fuente sucia y vieja, que quedaba en frente mio. Mis manos se erizaron y sentí escalofríos.

-Hola, pequeño huérfano.
-Oh, la madre quiso suicidarse para no tener que soportar a este bastardo.
-Oye, ¿Creés qué algún día deje de molestar a las personas que lo rodean?
-La historia se repetirá...
-¿¡La historia se repetirá!? ¿¡Cuáles son sus malditos problemas!? - Grité, preguntándome que pasaba. Mientras hablan, mi cabeza me duele.
-Din don, ¿Dónde esta el bebé?
-Din Don, Din Don... Pequeño niño.
-Hahaha, <<Risa de bebé>> Ma, ma...
-¡¡BASTA!! Debo... Irme. - Repliqué. Intenté salir del lugar, pero fue imposible, el sonido de las voces que escucho, me ensordece, haciendo que me debilite.

Sinceramente, no le deseo a nadie, la esquizofrenia. Mientras sufres una de esas crisis, puedes ver tus mayores miedos, mientras esas voces te hablan, tu cabeza es una bomba, duele demasiado, al mismo tiempo que te "Debilitas" y no puedes moverte mucho... No puedes dejar de verlos, así cierres los ojos.

Perdí el conocimiento, creo que me golpeé con una roca en la cabeza. Pero aún inconsciente, escuché un ligero cántico del Ángelus.

...

-Ay, m... Me duele, duele demasiado. - Comenté, al despertarme. Mis manos se sentían pesadas, me ardían. La cabeza peor, levanté mi mano y la mire, me asusté, mis manos chorreaban sangre, me toqué la cabeza, y volví a mirar mi mano, también había sangre.

Intenté pararme, me prendí del muro y me levante. Salí del parque, por así decirle. Seguí caminando por la calle, mis piernas dolían. Por fin llegué a una zona poblada, seguí caminando, pero no pude tener mas equilibrio. Caí al piso.

-¡Ay, por Dios! - Dijo una señora.
-Oh... No puede ser. - Otra señora.
-¡Esta herido! - Un señor.
-Habrá venido de una riña. - Comentó un adolescente.
-Wow, esas heridas son... Conozco el caso. - Otra señora.
Todos estaban socorriéndome. Luego de unos minutos escuché una ambulancia.

Me trasladaron a un hospital, me inyectaron calmantes para el dolor, me vendaron las heridas y me sanaron, lo malo es que me dejaron hospitalizado.

Quería moverme, pero me dolía mucho... Solo se que agarré mi pantalón. Busqué mi celular pero no lo encontré.

-Genial, lo deje en el parque. - Comenté. Me sentía aburrido. Canté mi canción favorita en mi mente.

-Hahaha... Hahaha...
-Nos favorece... Este niño es lo máximo.
-¿Quiénes son? - Pregunté.
-¿Crees que te diremos?
-No somos tus amigos...
-¿Quieres que te haga cosquillas?
-No le preguntes, hazlo.

Sentí como unas afiladas uñas, se enterraban en lo abdomen... Gemía de dolor, pero a la vez me reía. Podía escuchar como mi corazón se aceleraba gracias al pulso que tenia conectado.

Cinco bultos, sin rostro... Vestidos de telas negras y blancas, daban vueltas en la habitación, mientras se escuchaba "The devil in i" de Slipknot. Mi banda favorita.

-¡Doctor! ¡Venga rápido! - Entró la enfermera, interrumpiendo.
-Venga, celebre con nosotros. - Le invité. El doctor entró corriendo. Sacó algo del bolsillo y se acercó a mi.

De repente el entorno se tornó agradable, sentía paz... Me sentía tan liviano como una pluma, ¿Estoy en el paraíso? Si es así, no quiero despertar. Todos mis dolores no los sentía.

_______

De nuevo regresaron mis dolores, pero esta vez sentía mis manos prisioneras... Abrí los ojos y ví que mis manos estaban atadas a la camilla. No podía liberarlas. Me sentí sofocado.

Estaba en una habitación diferente a la de ahora. Las puertas se veían de metal.

-¡Ayuda! ¡Por favor! - Exclamé. - Ayuda... ¡Estoy atrapado!
Intenté pedir ayuda, pero nadie venia.
-¡Quiero ver a mi mamá!

Rato después... Entró mi madre, llevaba un vestido negro, muy lindo. Un sombrero que le cubría la cara.

-Hijo... Pero, ¿Qué esta pasando? - Dijo mi madre, con voz débil.
-Perdoname, te lo pido. ¡No quiero ser igual a el! - Respondí.
-¿A quién? ¿De qué estas hablando? - Preguntó mi madre.
-A Robert... Mi papá. - Respondí, con lágrimas en los ojos.
-No mi amor. - Dijo mi madre, acercándose a mi. - ¿Cómo dices eso? ¿Quién te hablo de el?
Preguntó mi madre.
-No te preocupes por eso, solo quiero irme. - Comenté.
-Esta bien, veré como puedo sacarte de aquí. - Respondió mi madre.

Mi madre salió de la habitación. Después de un largó tiempo me dieron salida.

Cuando íbamos por la recepción, el doctor la paró.

-Señora, espere. - Dijo el doctor. Mi madre se detuvo. - Creo que debes llevarte esto.
-¿Qué es? - Preguntó mi madre.
-Vea eso sola y examine el caso. Dentro ahí unos números telefónicos, llame cuando necesario. - Dijo el doctor.
-Ehm, esta bien. - Respondió mi madre.
-Hasta muy pronto. - Comentó el doctor. Salimos del hospital y hizo que entrara. Al carro.

Me senté en el asiento del copiloto. Mi madre se veía preocupada. Me miraba de reojo en todo el camino.

-Debo ir por mis maletas. - Comenté.
-¿En la casa de Dylan? - Preguntó.
-Si, donde siempre. - Respondí.

Llegamos a la casa de Dylan, me recibió su madre.

-Hola, señora. Vengo por mis cosas. - Informé.
-Esta bien. Entra. - Respondió. Mi madre me ayudó bajando las maletas, estaba muy delicado. La señora se mostró indiferente ante mi aspecto.
-Listo, entonces... Nos iremos. - Dije. Cerró la puerta y nosotros caminamos hacia la camioneta.

-¿¡Ryan!? - La voz de Ammy. Volteé mi cabeza y la ví parada detrás de mi, con la boca tapada.
-Ammy... -

Schizophrenia [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora