CAPÍTULO XXXIII

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Lo que me esperaba en la casa...

—Ryan, no lo puedo creer. — Renegó Christian. — Saliste de allá para volverte peor.
—Estoy decepcionada de ti, Ryan. Pensé que cambiarías.
—Hermano, nunca pensé que fueras drogadicto.
—¿Ya terminaron? Quiero irme.
—¡Ryan! Deja la grosería. Me va tocar castigarte como nunca lo he hecho.
—No me importa... Mamá estoy feliz, Hahaha.
—Estas con la marihuana en la cabeza, joder. — Dijo mi madre.
—Lalala... No me importa.
—¿Qué fue lo qué paso?

Reaccioné, me di cuenta de lo jodido que estaba, se me caía la cara de la vergüenza. Solo me arrodillé en el piso.

—Perdón, mamá. ¡Esto es muy difícil!
—Ay, hijo mio. — Mi madre me abrazó. — ¿Qué fue lo que pasó?
—No la quería perder... Yo a ella la amaba en verdad.
—¿Hablas de Ammy?
—A ella la quería, pero si amé a alguien de verdad, pero se fue.
Empecé a llorar, la marihuana no me hacía efecto, solo quería abrazar a alguien que amara igual.

Christian solo me miraba con compasión, pero Samantha se fue, no soportaba verme así. No entiendo como fue que pasó todo, mi vida se acabó hace un año, solo estoy muerto en vida... Soy un alma que vaga sin rumbo, porque mi meta desapareció.

—Amor, ve a dormir, éstas un poco mal, yo té acompañaré.
—Danni... ¡Danielle!...
—Ya, tranquilo, Ryan.
Mi madre me subió hasta la habitación, hizo que me empijamara y me acostó.

Pasó mucho tiempo, yo no podía dormir... Le tocó a mi darme una pastilla tranquilizante, entonces caí como una piedra. En mis sueños no puedo ver nada... Solo una oscuridad vacía.

Para mi, dormir no es un placer, quisiera soñarla, verla aunque sea en mis sueños, pero no, siempre me siento solo y no me gusta... Solo la quiero a ella, se que aburro con mi tema de Danielle, pero no puedo controlarme, si te haz enamorado, creo que podrás comprenderme.

...

Desperté de nuevo, me sentía deprimido, pero ya no haré notar mis sentimientos, haré todo escondido. Me lavé la cara, me cepillé y bajé, puse mi cara mas radiante, como si nada hubiera pasado. Desayuné y todo normal.

—Mamá, iré donde Dylan, ya vengo.
—Está bien, pero que sea verdad, confío en ti.
—Ajá, si.

Encendí mi carro, llegué hasta la casa de Samuel y compré una caja de porros y seguí mi rumbo, en realidad si iba a ir donde Dylan, quería hablar con él, necesito saber que es lo que verdaderamente pasa.

Estacioné mi carro en frente de su casa, prendí un porro y me senté en un muro, solo miré su casa, no quería llamarlo, quiero pensar que le diré a Dylan.

Osea no quiero parecer celoso porque no lo estoy y es lo mas posible que pensaran, solo quiero saber en realidad porque antes se hacía pasar por gay o si en verdad lo era.

Yo solo fumaba en frente de su casa, sentado en un muro, pero de un momento a otro llegó Ammy a su casa, llevaba una bolsa, entonces fue cuando salió Dylan y me vio ahí sentado, le dijo a Ammy y se acercó a mi.

—Oh, Ryan, hueles a marihuana.
—¿Y?
—¿Te volviste así o qué? ¿Qué pasa contigo?
—No lo puedo creer, Ryan. — Dijo Ammy.

Me paré y me acerqué a Dylan. Él me miraba fijamente, un poco nervioso, yo no controlaba muy bien lo que hacía, entonces fue ahí donde le di un beso en la boca a Dylan. Quería que pareciera apasionado para saber que diría el o Ammy, pero solo se quedó quieto.

—Ahora si me voy, pequeños tórtolos.
—Ryan. — Ammy se acercó a mi y me pegó una cachetada. — Eres un puto, gay.
—Querida Ammy, todos sabemos que Dylan me tenía ganas, ahora que estoy "Loco" Haré lo que hace uno, bebé.

Caminé hasta mi carro y lo encendí.

—Ryan, no puedes manejar tan drogado. — Advirtió Dylan.
—Si muero no me importa, ¡Estoy loco! — Respondí.

Tomé el volante de mi carro y me fui a toda velocidad, me sentía un poco desilusionado de la forma en la que Dylan engaña a Ammy.

Saben, quiero volverme mas loco, quiero ser un drogadicto y me importara una mierda que pase conmigo, ¡¡ME VOLVERÉ LOCO!!

Conducí hasta el parque de Engly, pero no había nadie ahí, entonces fui a la casa de Samuel, había una fiesta.

—¿Qué, nadie me llamó?
—¡¡Ryan!! Ven amigo, estamos en el tren de la locura.
—¿Eh?
—¿Qué? pasale, ¿Le entras también a la cocaína?
—¿Qué tengo qué perder? Hagale.

Me enseñaron a aspirar las líneas, solo se necesita una tarjeta y acomodar una línea del polvo mágico y aspirarlo.

Creo que la mejor sensación hasta ahora es el de la cocaína, te vuelve loco, todo es mas genial... Por fin encontré mi felicidad en la vida, no me importa si es mala, si me mantiene feliz, lo es todo.

Pasé la mejor fiesta de todas, nunca me había divertido tanto. Tenía tanta tristeza acumulada, que mejor, desparecerla con magia, ¡La magia existe!

Llegué a mi casa, estaba un poco drogado pero podía caminar, no tenia sueño, solo me bañé y me vestí, me eché loción y bajé, había comprado tres bolsas de cocaína y cinco cajas de porros para los dos días que quedan.

—Ryan, ¿Donde estuviste ayer? Y quiero la verdad. — Dijo mi madre.
—Tranquila, ma. Solo fui donde Dylan.
—Ryan tienes los ojos rojos, ¿Te volviste a drogar?
—Ay, que no, no molestes.
—Hijo...
—Tengo hambre, ¿Donde está la comida?
—Ah, — Suspiró. — Ya vá.

Me senté a desayunar, todo estaba muy rico. Terminé, me cepillé y baje a la reserva de licores, me senté y empecé a tomar. Cómo nadie va allí, nadie me encontrara.

Tomé wiskey, vino, tequila, cerveza y agua ardiente. ¡La peor borrachera de todas! Es más, no me acuerdo de nada, solo se que quede dormido, porque desperté al otro día en mi cama, tenía un tufo jodido.

Tenía tanto dolor de cabeza, que solo me tomé una pastilla... La incorrecta, porque me dio mareo, nauseas, me brote mucho, me tocó ir al hospital.

Me hicieron exámenes médicos. El medico llegó con los resultados.

—Señora, ¿su hijo ha estado consumiendo drogas? — Preguntó el doctor a mi madre.
—Respondele. — Me dijo mi madre.
—Si.
—Con razón. Tienes mucha cocaína y alcohol en la sangre, además del medicamento, agradece que no moriste.
—Mierda, quería hacerlo.
—Señora, ¿Qué le pasa a su hijo?
—Es un esquizofrénico.
—¿Qué? ¿Por qué no lo ha internado?
—Acaba de salir de uno.
—Entonces debe de internarlo en otro, pero esta vez en uno de drogadictos.
—No, no lo sé.
—Le entregaré un folleto de uno muy bueno. Mientras que a él le toca dejarlo hospitalizado.

Schizophrenia [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora