Schizophrenia [Español]

CAPÍTULO XVI

-¿A qué te refieres? ¿Éstas loca? Tarada.
Pregunté, enojado.
-Mas te vale tratarme bien.
Respondió.
-Primero vete al infierno y luego aceptaré.
Concluí. Seguí caminando hacia la salida. Tomé un taxi y volví a casa.

Me sentía enojado, quería ahorcar a Thalia.

-Ryan, ¿Quieres ir a la primera comunión de tu prima?
Preguntó mi madre, tomándome por sorpresa.
-Ehm... - Lo pensé. - ¿A qué hora es?
-Ya casi, tienes tiempo de ir a arreglarte. - Coloqué cara de no estar interesado. -Hazlo hoy, solo por mi, por favor.
Insistió mi madre.
-Esta bien, iré.
Respondí.

Rápidamente me cambié, me peine y traté de quedar bien.

Bajé a la cocina, me tomé las pastas para no sufrir eso de nuevo. Ya terminé todo, entramos en uno de los carros y emprendimos viaje. Al parecer un recorrido muy largo, porque tardábamos mucho. Por fin, por fin, llegamos a una zona campestre, muy decorada y con musica, tristemente reggaeton.

Todos se repartieron por la fiesta, Mi madre con Christian y Samantha con sus amigas, como no conozco a nadie, a mi me tocó sentarme solo en la mesa nuestra.

Estaba tan aburrido, saqué mi nuevo celular para probarlo. Instalé mis redes sociales, ingresé y revisé que Ammy estuviera conectada, pero fue imposible, no se conecta desde ayer en la tarde.

Me aburrí de mi celular, lo pagué. Pensé: Si estoy en una fiesta y no tengo amigos, tocará hacer amigos. Así que me decidí a hablar con personas.

Me paré de la mesa, me acercaba a las mesas, para ver quien me llamaba. Si que soy bien iluso. Paseaba por las mesas hasta que di a parar en una parte de la casa en la que había asientos, ahí estaban sentadas tres chicas, mientras pasaba, una de ellas me llamó.

-Oye, chico. - Anunció una. - Ven.
Me acerqué a ella y me paré en frente.
-¿Pasa algo?
Pregunté.
-Sientate - Respondió la chica. - Queremos hablar contigo.
-Ni creas, nosotras nos vamos.
Comentó una chica, llevándose a su otra amiga. Se pararon y se fueron.
-Bueno, quedamos los dos.
Dijo la chica.
-Disculpa, ¿Cuál es tu nombre?
Pregunté, curioso.
-Soy Andrea.
Respondió.
-Mucho gusto, Andrea. Soy Ryan Wolf.
-Te ves agradable, pues... ¿Cómo te va? ¿Que me cuentas?
Preguntó Andrea.
-Pues, que podría contarte. - Añadí. - Soy una persona común.
-No creo, algo me dice que tienes un pasado oscuro.
-Ryan, Ammy te esta... - Llegó mi madre. - ¿Quién es ella?
Preguntó mi madre.
-Ah, hola, madre. Ella es Andrea, una chica que acabo de conocer.
Respondí. Mi madre me pasó mi celular.
-Tienes una llamada perdida.
-Disculpa, debo hacer una llamada.
Informé.
-Descuida.
Me paré del asiento, marqué.

Nadie me contestaba, insistí muchas veces, pero ninguna era respondida. Guarde de nuevo el celular y volví a sentarme.

-Perdona.
Dije.
-¿Quién es Ammy?
Preguntó, Andrea.
-Ah, es mi novia.
Respondí.
-¿Ammy Park?
-Si, ¿De dónde la conoces?
Pregunté, asombrado.
-Era mi mejor amiga cuando iba en mi misma escuela. - Respondió. - Sabia que tenías alguna relación con ella.
-Wow, interesante - Comenté. - ¿Volverás a hablarle? ¿Te doy su número?
-Si, vale.
Le di el número de Ammy, hablé otro rato con Andrea y después nos fuimos.
Llegamos a casa. Me encerré en mi cuarto, estaba muy cansado, me cambie de ropa y me acosté a dormir.

Admitió que fue un día genial, aunque se hubiera arruinado en la tarde, gracias a la hermana de Ammy.

No es un capitulo muy interesante de mi vida, pero si me piden hablar sobre ella, debo incluir, todo... ¿No creés?

Bueno continuo... Me desperté a la madrugada, como es costumbre normalmente, baje a la cocina a tomar algo, es una jodida costumbre que tengo. Me senté en la barra que hay en la cocina. <<Llanto>> ¿Qué sucede?

-¿Hay alguien ahí? - Pregunté preocupado. Seguí escuchando el llanto.
-Responda... - Insistí.
-¡Vete! No quiero ver a nadie. - La voz de Samantha.
-¿Samantha? - Extrañado, pregunté. Caminé hasta el estudio.
-¡Vete! Ya te dije. - Respondió.
-¿Qué tienes? Sabes que puedes hablar conmigo. - Comenté. Ella se paró del piso, se sentó en una silla del estudio y se secó las lágrimas.
-Soy una puta loca. - Dijo, Samantha, volviendo a llorar.
-¿Eh? ¿Por qué lo dices? - Pregunté.
-Ya mi papá me ha regañado por tratarlo así, está tarde me enfurecí con él y ahora, no se porqué lo abracé y le dije cosas bonitas, ya me ha tratado mucho de loca. Me acosté súper feliz, porque el chico que me gusta me pidió una cita, pero recordé todo lo que soy y volví a deprimirme, admito que soy una loca. - Samantha se desahogo en medio de lágrimas, me acerqué a ella y la abracé.
-Sabes, no estas loca... Creo que ya se que te sucede. - La consolé.
-¿Qué? - Preguntó.
-Bipolaridad. - Respondí.
-¿Cómo sabes? ¿Acaso eres psicólogo o psiquiatra? - Preguntó.
-Una amiga en el manicomio, me habló de lo que sufría en casa y como había llegado hasta allí. Me contó que sufría de emociones fuertes, cambiaba mucho de estado de animo, hasta que un día, atacó a su hermano y lo hirió. En las primeras conversaciones, me contó que sufría lo mismo que sufres tú.
-¿Manicomio? - Preguntó.
-Si, ¿Mi madre no te contó? - Pregunté, osea, me extraño, se ve que las son muy cercanas.
-No, ahora cuentame tu. - Respondió.
-Pues sí, estuve internado por atacar a mi primo, hasta casi matarlo. Ahí dentro, descubrí que sufro de esquizofrenia paranoide. - Dije.
-¿¡Qué!? Entonces... Por eso era qué ella quería que vivieras con ella. No puede dejarte solo. - Comentó.
-Puedo vivir solo... Ella me insistió. - Respondí.
-Sabes, creo que no sufro de nada, comparado contigo... Lo siento y gracias por animarme. - Dijo Samantha.
-No te preocupes, ahora, ve a dormir. - Respondí.
-Espera, ¿Ahora que hago? - Preguntó.
-Busca a un psicólogo para que te recete la medicina para controlar lo que tienes. _ Respondí.
-Gracias, Ryan. - Se paró de la silla y se fue a dormir.

Yo me paré y también subí a mi habitación.

Saqué mi celular, para revisar mi red social. Busqué el perfil de Ammy, noté algo extraño. tenía una foto con un chico donde lo besaba en la mejilla, y en la descripción, decía: <<Él, lo quiero mucho>> En mi reacción, apagué mi calcular, la irá que sentía hizo que me quisiera hacer daño. Me golpeé la cabeza y me mordí las mano.

El tiempo pasó y fue amaneciendo... En la mañana, entro mi madre y vio la habitación desordenada y las sabanas untadas de sangre, mientras me hacía el dormido, para que no me hiciera preguntas.