CAPÍTULO XX: Empieza la larga travesía de un pequeño joven que se enfrenta a un gran mundo.
Una semana después, es hora de ir a Holanda. Fue una linda semana con mi madre, creo que la mejor de todas. Ammy, me iba a visitar y me llevaba cosas, todo fue realmente genial, pero... Hoy es mi último día.
—Cariño, hoy te... Te vas, no... — Dijo mi madre.
—Tranquila, te prometo, que cuando salga de allí, tu seras a la primera que buscaré, llegaré hasta el fin del mundo, pero te encontraré. — Respondí.
—Ehm, ¿Y yo qué? — Preguntó Ammy.
—Obviamente a ti también, pero eso si... Si me esperan. — Recalqué.
Ammy se sentó en la camilla, bajó la cabeza, dejando que su hermoso cabello rojizo, cubriera su rostro.
—Yo te esperaré. — Dijo Ammy.Yo estaba empacando mis cosas, la ropa que tenía, él cepillo de dientes, mi celular y otras cosas. Mi madre me dijo que sobornaría a ese instituto para que me dejaran tener algunas cosas conmigo, se lo agradezco, necesito él celular y se que me lo quitaran si me lo descubren.
—Señora, es hora de llevarnos a su hijo. — Dijo él psiquiatra, entrando a la habitación.
Usualmente mi cuarto esta bajo llave, saben que si se descuidan me puedo escapar.
—¿Ya? No... No, mas tiempo, por favor. — Insistió mi madre.
—Lo siento señora, el vuelo del chico, sale en una hora y debemos estar lo mas temprano posible, así que es hora. — Dijo él psiquiatra.
—Ma, no puedo hacer nada... Te Extrañaré. — Intenté persuadir.
—No puedo hacer nada... Llegó él momento. — Dijo mi madre.
Unas enfermeras sacaron mis maletas, mi madre me tomó de la mano, como un niño pequeño, vestía la ropa que me había traído mi madre. Una camisa negra, de mi banda favorita <<Nirvana>> un jean azul turquí y unas zapatillas negras.
—Señora, debemos hacer algo, por seguridad. — Informó él psiquiatra,
—¿Qué cosa? — Preguntó mi madre.
Una enfermera traía una camisa de fuerza, y una silla de ruedas.
—Debemos asegurarnos de que no escapará. — Respondió él psiquiatra.La enfermera me inyectó algo, me quedé quieto, relajado... Ví que mi madre lloraba, pero no desesperada, solo de tristeza, Ammy había salido, no quería ver lo que me hacían. Me colocaron la camisa de fuerza, en realidad muy apretada, era inútil hacer algo, simplemente no podía. Amarraron mis pies y me sentaron en la silla de ruedas, prácticamente quedé inmóvil. Si que saben como controlar a alguien.
—Mi hijo no es un delincuente, ¿Por qué lo amarran así? — Se quejaba mi madre.
—Ya le dijimos, evitamos una fuga. — Dijo él psiquiatra.
—Pero... Ah, comprendan soy su madre, me duele verlo así. — Dijo mi madre.
—Esta bien, pero no hay nada que hacer, agradezca que la hemos dejado quedarse con él. — Respondió él psiquiatra.Después de un largo tiempo en ese hospital, me sacaron de mi habitación. Mientras me llevaban, toda la gente me miraba muy extraño, como si fuera una alimaña, gracias a que también llevaba puesta una mascara, para que no pudiera hablar, gritar o pedir ayuda.
Me transportaban al estacionamiento, llevado por una enfermera y a mi lado, mi madre, y Ammy. Prácticamente era un animal transportado, me sentí súper mal, me daban ganas de pararme de esa silla y acabar con toda esa gente. Se burlaban de mi y comentaban a mis espaldas, podía escuchar.
Por fin, estaba en el estacionamiento, una camioneta grande, blanca, me esperaba para llevarme a el aeropuerto.
Me metieron a la camioneta, mi madre entró y Ammy también. Despertó un sentimiento encontrado. Quería aferrarme a algo, simplemente quería morirme en ese momento, aunque mi vida acabe después de montarme a ese avión.
Mientras íbamos en el camino, no dejaba de mirar a Ammy, se que son mis últimos momentos, no se cuanto dure en Holanda. Tenía ganas de saltar de ese carro pero era imposible.
En el camino observa muchos carros, la mayoría con familias felices, no saben la tristeza tan grande que sentí en ese momento, tan solo no me hubiera gustado narrar este pedazo de mi vida.
Esta bien, un largo camino, lamento por todos lados, llegó la hora de la verdad.
Llegamos al aeropuerto, me bajaron de esa camioneta, humillado, porque así me sentí. Todos me miran como si estuvieran transportando mierda. Si pasaba al lado de alguien, este se corría, me miraban con miedo y algunos se reían, sinceramente, no se lo deseo a nadie, en verdad.
—Ryan, tu vuelo sale en veinte minutos, debes esperar. — Dijo él psiquiatra, me acompañó.
Como no podía hablar, solo subí los hombros en señal de que no me importaba.
—Cariño, me da un coraje verte así, cuanto quisiera llevarte de aquí. — Dijo mi madre.
Bajé la cabeza, luego la moví varias veces, quería que me diera un abrazo.
—Ryan, ¿Qué pasa? — Preguntó mi madre.
Subía y bajaba la cabeza, como llamándola.
—¿Me acerco? — Preguntó mi madre.
Le dije que si con la cabeza. Ella se acercó a mi. Coloqué mi cabeza en sus pies, ella se encontraba sentada al lado mio.
—¿Quieres que te de un abrazo? — Preguntó mi madre.
Le dije que si, de nuevo con la cabeza.
Ella se acercó aún mas a mi, y me abrazó. Mi corazón se aceleró, sentí como una corriente recorrió mi cuerpo, sacando lágrimas de mis ojos. Fue en ese momento donde caí en cuenta de todo, no quiero irme, no lo quiero.
Empecé a hacer sonidos con mi voz, trataba de hacerlo duro para que me escucharan. No me detenía.—Cariño, Calmate. — Dijo mi madre.
Pero yo no me detenía, no quería irme.
—Si no calma a su hijo, le inyectáremos un calmante mas fuerte. — Dijo él psiquiatra.
—Esta bien. Ryan, Calmate, no hagas que te inyecten de nuevo. — Me dijo mi madre.
Yo seguía insistiendo, mis ganas de quedarme, eran mas poderosas que el miedo de un calmante.
—Ammy, llevatelo y calmalo. — Dijo mi madre.
Ammy tomó la silla y la manejó, sacandome de la sala de espera, obviamente al lado de psiquiatra.Llegamos al segundo piso, estaba un poco vacío.
—Señor, no me lo llevare, dejenos solos. — Dijo Ammy.
—Esta bien, pero lo estaré vigilando. — Respondió él psiquiatra.Ammy se sentó en una silla y me acercó.
—Ryan, no puedo creer que te vayas, no quiero estar sola. — Dijo Ammy.
Yo con la cabeza, dije que no. Ella no estará sola.
—Haré mi última locura a tu lado. — Dijo Ammy.
Yo abrí mis ojos, sorprendido.
—Te quitaré él cierre de la cosa esa que no te deja hablar. — Dijo Ammy. Acercó su mano a la mascara y bajó él cierre. Menos mal él psiquiatra no estaba mirando.—¿Estas loca, Ammy? — Le pregunté sorprendido. Ella me miro con cara de confundida.
—¿Hice algo malo? — Preguntó, Ammy.
—Claro que no, me ayudaste. — Respondí.
—Ah, que... — Me acerqué a ella y le robe un beso, no perderé mi ultima oportunidad de darle un beso a la mujer que mas amé.Era tan dulce, prácticamente me sentí súper genial, no imaginan cuanto... Ah, Ammy.
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Schizophrenia [Español]
Misterio / Suspenso¿Qué pasa? ¡No estoy loco!... ¿Lo ves? Se ríe de ti, su risa es muy... Hahaha... ¡Muy contagiosa!... ¡HAHAHAHAHA! -¡Otra vez! ¡Deben sedarlo! ¡Rápido! - Aquellas palabras de esas personas que creen que estoy loco. En verdad puedo verlos. Ellos me ay...