CAPÍTULO XXXVI

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Mi madre estaba furiosa, ella solo me miraba mal y me hablaba poco. Me molesta que nunca tome mi opinión. Se le veía la rabia en el rostro.

-Ryan, estoy muy decepcionado de ti. - Dijo Christian.
-Él no va ha cambiar, Christian, no se qué hacer.
-Enserio... He decepcionado a tanta gente, que ya es normal escucharlo. - Respondí.
-¡Ryan! Deja tu grosería, vete a tu habitación.
-Mamá, soy mayor de edad, no voy a vivir aquí. Ustedes no me dejan divertir y yo solo quiero vivir.
-No te vas a ir, tú te vas a quedar aquí hasta que recapacites, hasta té tatuaste.
-Sabes, ma. Iré por mis cosas, porque si me voy.

Subí las gradas y entré a mi cuarto. Saqué las maletas y empecé a guardar. Después de empacar toda mi ropa, guardé toda, completamente toda la plata que tenía, también guarde mis cosas, relojes, joyas.

Mis maletas estaban echas. Las saqué de la habitación, las monté en el carro y subí a despedirme. La puerta de la habitación de mi madre estaba cerrada, pero estaban hablando y podía escuchar.

-No Christian. ¡No puedo dejar ir a Ryan! Es mi hijo.
-Calmate, no le pongamos reglas, eso es lo que el no quiere. Mejor dejemos que lo haga, pero eso si. No dejaré que gaste mi dinero en drogas. Si se va, tiene que sobrevivir con el dinero que tiene, que es suficiente para sobrevivir muy bien.
-No, Christian sueltame, necesito detener a Ryan.
-Demosle la última oportunidad, yo se que el es bueno y recapacitará.
-Ah. Está bien.

Cuando terminé de escuchar, solo bajé y me fui al apartamento. Tenía mas de cincuenta mil dolares, así que salí a recargar <<Droga>> Volví a salir, esta vez a la casa de Samuel, me traje dos de heroína, cinco de cocaína y tres cajas de marihuana.

Lo suficiente como para sobrevivir estos días. Compré también otro celular, uno no sabe cuando sea necesario. Hoy está haciendo un lindo día, encendí el carro y fui al cementerio, obviamente con flores, solo que esta vez le llevé rosas blancas.

En frente de ella me encontraba. Coloqué las rosas y me arrodillé frente a ella.

-¿Éstas enojada conmigo? Perdoname... Mi vida sin ti ha sido dura, con solo tan poco tiempo lograste cambiarme, pero... Pero ahora estoy solo, amor, te extraño. Tan solo quiero abrazarte, ni siquiera tuvimos un primer beso. Tú no sabes como me muero por ti y no te dejaría nunca. Amor Dame fuerzas para seguir viviendo, porque... Ya se me olvidó como vivir.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Me recosté en el pasto, agarré su lapida y empecé a desahogarme, nadie estaba cerca, así que podía hacerlo. Me sentía prisionero de mi propio cariño, no entiendo como seguir sin ella, es difícil.

Me senté, saqué mi billetera y observé la foto de Danielle. Tan linda, tan sonriente, tan diferente a como lo conocí, acabada, llena de quemaduras y cicatrices... Ahí estaba aun mas preciosa que siempre. Todavía conservaba su olor.

Sentí que alguien se acercaba a mi, miré hacia atrás y estaba parada Samantha.

-Ryan, ¿Ella es por quién sufres tanto?
-Si, ella es la única que me puede salvar de mi mundo.
-Ven, hermano.
Me paré y me senté con ella en una banca. Todo era pasivo, tranquilo... Con ella puedo desahogarme.

-Lo siento, hermano. Debió ser muy duro perderla.
-No te alcanzas a imaginar.
-Pero... ¿Por eso entraste al mundo de la droga?
-No, o bueno, en parte... La depresión te lleva a hacer muchas cosas.
-Lo se.
-¿También consumias drogas?
-Lo hice, estuve en centros de rehabilitación y aquí estoy, llevo dos años sin drogarme.
-Que valiente eres.
-No, es solo poner parte de uno, ¿Por qué no lo intentas?
-No volveré a recluirme, no dejaré sola a Danni, si me voy... No podre visitarla mas.
-Entiendo... Pero no puedes echarte a morir.
-Trataré.
-Te dejo, hermano. Iré a la universidad.
-Adiós.

Samantha se había ido, creo que mi madre la mando para que entrara en razón y volviera a la casa, porque Samanta no sabia donde estaba yo, pero supongo que mi madre si.

Después de una taza de café fui al apartamento, me cambié la ropa y me fui dónde Samuel. Todo estaba pasivo, él estaba dormido y ninguno de la banda estaba ahí, entonces me puse a hacer barras y ejercicio.

Saben, ser un chico malo, después de todo resultó siendo bueno, hago lo que quiero cuando quiero y no tengo reglas, no siento amor, por nadie aparte de Danielle, la diversión siempre está conmigo y no necesito de nadie, tengo mi propio dinero.

Fui de nuevo a Tattoo Shop y me hice otro tatuaje. Al principio me dijeron que no podían porque recién me acababa de hacer uno, pero después de todo me lo hicieron. Me hice un dragón rojo en las costillas y fuego en el antebrazo izquierdo. Me voy a tatuar todo lo posible.

El cuerpo me dolía, pero no importa. Se hizo de noche y me fui a la discoteca donde están todos, allá se pasa súper genial, todos se divierten y hacen lo que quieren, lo malo es por la mañana a matar resaca.

Ya llevaba mas de un mes con mis nuevos amigos, ejercitando mi cuerpo y cambiando de mente. Ya no soy el Ryan de hace unos años vulnerable a todo, ahora hago parte de los gansters de Virginia.

En la mañana decidí tenirme el cabello de rubio muy claro, casi blanco. Me abrí una perforación en la nariz y dos a cada lado del labio inferior. Por fin soy lo que siempre quise.

Me hizo falta mi madre, pero... Sabía que si iba, mi madre me mataría porque ahora soy un "Delincuente" como categorizan ellos a mis amigos. Me coloqué una camisa de tiras que dejaba ver mi tatuaje del dragón y todos en si.

Ah, no me importa si ella se enoja, así soy y tiene que quererme así. Encendí mi carro y me fui a Engly Paradise. Estacioné mi carro y me dejé las gafas de sol puestas y entré a la casa. Mi madre estaba sentada con una amiga en la sala y Christian se encontraba en el cuarto.

-Hola ma. ¿Qué haces?
Ella me miró muy sorprendida, me veía poco conocible.
-¿Ryan? ¿Eres tú?
-Oh, ¿Es tu hijo?
-¿Qué tal, señora?
-Oh, por Dios... Ryan, ¿Qué te hiciste?
-Mamá, soy una nueva persona... Un nuevo Ryan.

Schizophrenia [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora