Schizophrenia [Español]

CAPÍTULO XXIII

Me sorprendió la actitud de Amanda, pero me dio igual, la hora de descanso acabó de todos modos. Amanda volvió a llevarme a mi cuarto, pero esta vez se le olvido inyectarme la droga del loco así que me sentí mejor quedándome encerrado.

Por primera vez pude analizar mi habitación, para ver si puedo escaparme, pero debo ser sigiloso, y misterioso a la vez. Entré al baño, revise cada grieta de las paredes, pero ninguna servía. En las paredes de la habitación no habían grietas, las ventanas estaban cerradas con candado... Era imposible encontrar una salida aquí.

Me senté en el suelo y empecé a pensar con cabeza fría, detallando este lugar y creando nuevos planes.

Escuché pasos en el baño, no me asusté, me dio curiosidad de ver que pasaba. Me acerqué a la puerta del baño, colocando mi oído en ella. Escuché un susurro anormal. Simplemente se que es algo de mi mente, así que entré al baño, ante mi se presento un universo paralelo y muy raro... Las paredes cambiaron de ángulo, el color original desapareció, ahora son negras con blanco... Las sombrillas que de alguna manera aparecieron en ese baño, estaban en el aire, la gravedad no existía, pero podía respirar.

Caricaturas de mi infancia bailaban frente a mi, tocando las canciones que mas me gustaba escuchar, me sentí feliz y nostálgico, empecé a bailar con ellos y a cantar... Fotos de mi familia aparecieron, era un universo muy genial, por primera vez no me hago daño a mi mismo, hasta que todo tomó el giro malo. Hologramas de mis malos recuerdos y crisis psicológicas se atravesaron en mi lugar, todas haciéndome sentir mal, mis sentimientos se revolvieron y volví a entrar en otra crisis. De las paredes surgieron manos, todas señalándome... Empecé a pedir ayuda a gritos, pensé que ese lugar podrían ayudarme.

... ¿Qué pasa... ?

-Ya esta despertándose, vengan, vengan. - Una señora... Mis ojos se abrían lentamente, mi cuerpo estaba pesado, me costaba controlarlo.
-Oh, Ryan... - La voz de Amanda. Ví luces encima mio, no me encontraba en mi cuarto, estaba en... En... ¿Un consultorio?.

-¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy? - Pregunté al despertar completamente.
-Ryan, estas en mi consultorio. - Respondió la señora.
-¿Quién es usted? - Pregunté de nuevo.
-Mucho gusto, mi nombre es Dalet Kalem, soy una psicóloga, atenderé tu caso. - Dijo la psicóloga. Ahora que la veo bien, es de cabello oscuro, parecía de la india, tenia esos rasgos atractivos de los indios, sus ojos eran color miel, en realidad es una señora muy elegante y bella.
-Esta bien, ahora explicame que pasa aquí. - Exigí.
-La señorita Amanda te encontró en tu habitación, eso es todo. - Respondió la psicóloga.
-Pero...
-No sabrás lo demás, eso hace parte de la terapia. - Me interrumpió la psicóloga.

Dalet me tomo un examen de sangre, me revisó, creo que también es doctora.

-Empezaremos la primera terapia psicológica para observar tu estado mental. - Dijo Dalet.
-Esta bien. - Respondí.
-Entonces, vamos a conocernos, empieza tú. Presentate. - Dijo Dalet.
-Ehm, pues... Soy Ryan, tengo 17 años, se supone que tengo una novia, vivía en Virginia occidental, junto a mi madre, estuve en un manicomio de Virginia tras casi asesinar a mi estúpido primo... Y ya... Creo que es todo. - Respondí.
-Entonces... Quiero profundizar en ciertos temas, me iras conociendo poco a poco. - Comentó Dalet.

Ese día tuve mi primer terapia, haré todo lo necesario para que cuando cumpla mi mayoría de edad me dejen salir de aquí, no desaprovecharé esta oportunidad.

Después de una larga sesión de tres horas, llegó la hora de la cena, es a las 9 de la noche. Como es habitual desde que llegué, Amanda fue a mi habitación y llevó hasta la mesa, cuando llegamos ella quiso ubicarme en cualquier lugar, pero en el comedor, me esperaba Danielle.

-Amanda, quiero sentarme junto a ella. - Señalé a Danielle.
-No, come con ellos. - Dijo Amanda.
-No, yo quiero hacerme junto a ella. - Insistí.
-No, ve allí, te esperan. - Insistió aún mas, Amanda.
-¡Qué me quiero sentar allá, dije! - La grité. Ella me miró sorprendida, y agachó la cabeza.
-Pues, ve tu mismo, con ese sedante puedes manejarte solo. - Dijo Amanda.
-Lo hubieras dicho antes. Ah, y a mi no me gusta que me estén mandando, ¿Ok? - Respondí. Caminé hacia Danielle, y me senté a su lado.

-Hola. - Saludé primero.
-Oh, hola... - Respondió.
-¿Te gusta la comida del lugar? - Pregunté irónicamente.
-Oh, si... Mucho. - Respondió sarcásticamente.
-Oye, ¿cuántos años tienes? - Pregunté.
-Hm, tengo 17 años. - Respondió.
-Genial, por cierto, lindo tatuaje. - Comenté.
-Oh, gracias... - Respondió.
-Oye... ¿Y por qué entraste aquí? - Pregunté.
-Hm, larga historia, te la contaré mañana en el descanso después de desayuno. - Dijo Danielle.
-Esta bien. - Continúe hablando con ella, de cosas normales, una charla casual, claro, siendo observado por Amanda, parece como si le tuviera celos a Danielle.

Las diez de la noche y Amanda no había esperado que acabara Danielle y se la llevó a su habitación.

Aveces Amanda no me agrada, pero es mi primera amiga, después de todo. Me llevaron a mi habitación y me inyectaron una droga muy fuerte, tanto que ni supe a que hora me quede dormido... Saben, algo me esta pasando con Danielle, no se si es porque se parece un poco a Ammy o que... Pero siento algo raro cuando la veo, es extraño, ¿No creen?