CAPÍTULO XXXIV

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Ese puto doctor, metido. ¿Acaso me conoce? Siempre me he portado bien, fue desde que me internaron es que yo soy así.

Mi madre entró, se sentó en frente mio.
—Ryan, ¿Qué haré contigo?
—Dejame vivir mi poca vida.
—Ryan, te estas volviendo un drogadicto, ¿Como quieres qué deje a mi hijo dañarse la vida? No.
—Mamá, por favor.
—Te daré la última oportunidad de cambiar, si fallas una vez mas, te interno.
—Ya, ya... Basta, me siento mal.

Me hicieron mas exámenes, ya no tenía alcohol en mi organismo, la droga había pasado, ya llevaba hospitalizado tres días, entonces, me dieron de alta, claro, tomando pastillas para la intoxicación y cosas que dejó eso.

Mi madre me llevó en su carro hasta la casa, me quitó las llaves de mi carro y dio la orden de cerrar las puertas con llaves y que la seguridad no me dejara salir, y como las rejas son de electricidad, me queda difícil. Prácticamente me internaron en mi propia casa.

Pero... Apenas llevaba cinco horas en mi casa y ya quería salir, fumar y meterme un pase de polvos mágicos. Pero, recordé que tenia tres bolsas de cocaína y cinco cajas con cigarrillos de marihuana.

Esperé a que mi madre se fuera, ella debía ir a la empresa. Se fue, entonces, cerré la puerta con llave y coloqué mi banda favorita. Prendí mi celular y llamé para saber si ya había llegado la tumba y la lápida de Danielle.

Efectivamente, la tumba esta aquí pero necesitan saber a donde llevarla, entonces di la dirección, ya mañana podré ir a visitarla de nuevo.

Coloqué la música a todo volumen, saqué mis cerillos y prendí un porro de marihuana. Seguido de el, tres líneas de cocaína, lo mejor para celebrar el acontecimiento de mi amada. Me enfieste yo solo y seguía.

...

Al otro día me desperté vuelvo una nada, olía a marihuana, el equipo a todo volumen y la pieza desarregala.

Apagué el equipo, acomodé mi cuarto, limpié y me bañé. Listo, no quedo rastro de haber pasado nada anoche.

Había llegado un mensaje. <<Hola, señor Wolf, era para informarle que la tumba de la señorita Danielle, ya se encuentra en el cementerio central de Virginia.>> ¡Por fin! Ahora si podre ir a verla todos los días. Me dieron la información de donde estaba.

Bajé al primer piso, busqué las llaves de mi carro, pero no las encontré. ¡Joder! Verdad que me quitaron las llaves. Ah, no importa. Tomé mi billetera y iba a ir en taxi. No podía abrir la puerta, estaba cerrada con llave.

Fui donde la ama de llaves.

—Hola, Señora. ¿Podría abrirme la puerta?
—Su madre me dijo que cerrara la puerta y no te dejara salir hasta que se levantara.
—¿Qué? No, ella no me puede hacer esto, menos hoy.
—Lo siento, Ryan.

Salí de la cocina, fui hasta la piscina, caminé hasta en enrejado. Para cerciorarme de que no éste prendida la corriente, lancé una piedra, y si, a todo voltaje.

La frustración me invadió en ese momento, solo quería golpear algo, o liberarme de este estrés. Ya saben que hice. Estaba en pleno jardín, con los audífonos puestos.

Sentí que alguien me toco la espalda.

—¿Mamá? — Me quité los audífonos. — ¿Qué haces aquí?
—¡Dame ese puto cigarrillo!
Se lo pasé. Ella lo tiró y lo pisó.
—Perdón.
—Ya, mejor ve a dentro.
—Mamá, necesito mi carro, debo irme.
—¿A donde? ¿A comprar cigarrillos? ¿Marihuana? ¿heroína?
—mamá, se trata de lo principal en mi vida, si quieres me acompañas.
—Hm, no se. Estas castigado, Ryan.
—Mamá, tú iras conmigo y té darás cuenta de lo qué haré.
—Ah esta bien, espera yo me arreglo.

Saqué mas plata y guarde un cigarrillo, no era ninguna droga, solo un cigarrillo.

Mi madre estaba lista, prendió su carro y me llevó, a la salida de Engly, estaba la banda de Samuel, pero... Eso no es importarte hoy. En el camino habían personas vendiendo flores, le pedí a mi madre que parara, compre, rosas rojas, blancas, tulipanes y jazmines. Mi madre no sabía a donde íbamos.

—Ma, vamos al cementerio central.
—¿Qué? ¿Por qué allá?
—Quiero visitar a alguien.
—Ahora entiendo todo...
—¿Cómo así, mamá?
—Olvidalo.

Me llevó hasta el cementerio, entró conmigo. Busqué el lugar dónde la habían enterrado, pedí que fuera bajo tierra, hasta que la encontré.

Ahí estaba. Mi mamá se quedó atrás. Me arrodillé y coloqué las flores en su tumba.

—Danni, perdón por no visitarte esta semana, se me hizo imposible. Querida, sabes, conseguí a tu hermano, siguen viviendo en la misma casa de toda la vida, con tu abuela. Conseguí una foto tuya y muchas cosas. — Saqué la foto y el collar qué llevé. Al ver la foto, me invadió de nuevo esa puta tristeza y la desilución de no tenerla a mi lado. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón, de sentimientos encontrados.
—Danni, té traje a alguien para que conozcas.
—Mamá, ven. — Ella se acercó.
—Danni, te presento a mi mamá.
—Hola. — Miró su tumba para ver el nombre. — Danielle, mucho gusto.
—Yo hubiera querido que la conocieras en persona, pero... No se puede hacer nada.
—Ryan, creo que esto te esta afectando, volvamos a casa.
—¡No! Vete tú y dejame aquí con ella.
—Ryan hazme caso.
—Vete mejor.

Mi madre me tomó del hombro para pararme, mi tristeza y coraje hicieron que golpeara a mi mamá.

—Ma, perdón, perdón, perdón.
—Ya Ryan, es mejor que me vaya. Haz lo qué quieras.
—¡Siempre arruinas todo! — Salí corriendo hacia unas bancas.

Me quedé ahí sentado, mi madre se acercó a mi caminando. Se sentó al lado mio.

—¡Por mas que quiero cambiar el destino, no puedo!
—¿A qué te refieres?
—Tú eres igual a tu padre, y vas por su mismo camino.
—¿Por qué dices eso? — Me dio coraje.
—El también se mantenía culpando de la muerte de su amigo... Los dos se culpan de muertes. Robert también mantenía en el cementerio, sus depresiones siempre lo llevaban a consumir drogas, y es lo mismo que te pasa a ti. No quiero que acabes igual que tu padre, por eso te controlo.
—Tu no sabes lo duro que es perder a quien amas.
—Lo se, porque tu padre murió también.
—Ya, mamá. No hagas que me sienta peor.
—Es que, me enoja saber que vas por su mismo camino, no quiero perderte y si es posible, haré lo que pueda para evitarlo.
—Sabes, mejor me voy.

Schizophrenia [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora