Ese día que decidió ser noche.
Una noche que me regaló las palabras con el antídoto para inundar mi corazón.
Tus flores cayeron al piso.
Tu sonrisa se borró.
Y cuando decidí correr,
Tardaste en reaccionar.
Pero correspondiste a mi ósculo con la misma curiosidad. Yo estaba eufórica, tú estabas sediento.
Luna, nos vió como amantes de la noche.