Una madrugada sedienta de pensamientos que nos unen,
como dos eones en su casa.
Estamos en el mismo lugar, pero la distancia se convirtió en la única nos une,
eso, ha sido nuestra única unión. Con la certeza de que ese lazo tan largo con sentimientos de nieve, no podrán derretirse con el estuoso destino.
Soy alarife de tus deseos, porque me salvaste, no quisiste huir cuando notaste mis sombras. En cambio, mostraste las tuyas. Los dos creamos una pequeña luz que podía reflejar nuestro brillo.
Toda nuestra orbe se formó contigo, madrugada, tus pensamientos se han enredado con los míos creando palabras que no pueden leerse. Solo expresarse.
Eres mucho más que serlo.
La vida te amó, yo a ti, y decidiste quererme.
Ahora no te olvides de sonreír, porque esa curva, esa luz, esa montaña. Tiene la magia de hacerme feliz. De explotar neuronas por procesar tu hermosura. Y de un anhelo excesivo por hacerte feliz de nuevo.
Mi amor, eso eres, mi amor.
