Díganme que no es verdad

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TONY

Desde el incidente en Nueva York, Tony no era el mismo y él lo sabía. Nadie parecía entender realmente por lo que pasó, o más bien, el cómo se sintió. Todas las noches se despertaba a causa de esas terribles pesadillas con el agujero de gusano y la guerra Chitauri en Nueva York.

El filántropo se levantó de la cama y se dirigió a su ventanal que daba a una estupenda vista de la ciudad. También había un acceso para poder salir y contemplar mejor el lugar. A Tony le gustaba tanto ver las luces de la ciudad que instaló una mesita con sombrilla y dos sillas para descansar.
Ahora que se detenía a pensarlo no sabía exactamente por qué puso ahí dos sillas.

Se quedó un rato sentado sólo observando el panorama, hasta que el frío aire empezó a azotar contra su cuerpo, provocando en el moreno un escalofrío.

—¿Qué es lo que necesito para poder estar en paz?—se preguntó a si mismo.
La verdad ni él sabía esa respuesta.





...



—Señor, disculpe que lo despierte pero es tarde y el día de hoy tiene una cita con el director Fury.—la voz robótica de Jarvis se escuchó en toda la habitación del millonario.

Tony haciendo un leve puchero y frotándose los ojos se sentó en en un borde de la cama.

—Gracias Jarvis, podrías decirme la hora.

—Son las 9:30, Señor.

—¡Mierda! ¿Por qué no me despertaste más temprano?—reclamó exaltado.

—Temo que no quería interrumpir su siesta. Anoche no durmió muy bien.

Punto para Jarvis, pensó.

—Sí, sí, olvida eso y prepárame algo de desayunar ya que de todos modos llegaré tarde.

—Como ordene, Señor.—la IA se dispuso a acatar la orden de su creador.


Una vez que estuvo vestido y bien bañado corrió hacia el comedor y se devoró todo de un bocado.

—Te luciste Jarvis, gracias y nos vemos más tarde.—anunció, despidiéndose en lo que caminaba al elevador.

—Es un placer, que tenga buen día.—fue lo último que el castaño alcanzó a oír pues las puertas de ascensor se cerraron al instante.

¿Qué si Fury me matará? Posiblemente

¿Estarán todos los vengadores?

Pues a la mierda todos, desde cuando le presto más importancia a las demás personas que a mí.


Pasaron aproximadamente unos veinte minutos y él apenas estaba entrando en las instalaciones de SHIELD.

Caminó por muchos pasillos hasta que llegó a la sala central dónde como era obvio todos lo esperaban.

—¡Hola amigos!, ¿me extrañaron?—saludó llamando la atención de todos, como casi siempre.

Natasha viró los ojos con pereza, Clint sonrió ampliamente, el Dr. Banner permaneció cruzado de brazos, Thor seguía jugando con su martillo y el Cap sólo se giró a ver al morocho.

Fury, por otra parte, se veía bastante enojado.


—¡Se puede saber, ¿por qué llegas a esta hora?!—el del parche se acercó amenazantemente a Tony.

I Hate You, I Love You (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora