Infinito placer

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TONY

La sonrisa del moreno era algo que difícilmente alguien lograría quitar de su rostro. Pasó la mejor cena de su vida al lado de la persona que más amaba en el mundo, a su parecer, ningún chef de la alta cocina podría compararse con su Steve.

Lo ayudó a recoger y después, a petición del millonario, vieron una película.

—¿Entonces no le han dicho nada a Fury?—Tony preguntó en lo que se dejaba caer de un salto al sillón.

—Creo que Natasha y Clint se encargarán de eso mañana.

—No me gustaría estar ahí.

—Ni a mi, sólo imagina como se pondrá cuando vea a Loki.

—Coulson lo querrá asesinar.

—S.H.I.E.L.D lo querrá asesinar.—corrigió riendo.

—Yo opino que debieron esperar al regreso de Thor.

—Aún no lo hacen, y estoy de acuerdo contigo, hay que llamarles mañana antes de que sea tarde.

El playbloy asintió y se acomodó en el pecho de Steve.

Steve prestaba atención a la película hasta que el deseo por poseer a su novio lo invadió por completo. Miró de reojo a Tony, quien reía y sonreía a causa de los diálogos de la película.

Lenta y discretamente, rozó el miembro de Tony por encima del pantalón, haciendo que el moreno lo mirara expectante.

—Steve....—el rubio le colocó un dedo en los labios, indicándole que guardara silencio.

—Déjeme intentar algo.—susurró en su oído. Ahora estaba encima de él mientras su mano le desabrochaba el pantalón.

¡¿Dónde quedó mi inocente Steve?! —pensó asustado.

Como siguiente movimiento Steve metió su mano, acariciando el ya despierto miembro de Tony.

El menor reprimió algunos gemidos y sin quedarse atrás le fue quitando la camisa a el rubio que ya mordía y besaba su cuello.

Ambos se pusieron de pie, dispuestos a seguir con lo suyo en la recámara. De manera que el ojiazul tomó por los muslos a Tony y éste enrolló sus piernas en la caderas de su novio. No resistieron la cercanía del momento y se unieron en un beso lleno de pasión.

Sin dejar de besarse fueron subiendo las escaleras con cuidado de que no cayeran.

En cuanto llegaron, Steve lo dejó caer sobre la cama y empezó a quitarse el resto de la ropa.

¡Joder! ¡Esto es sumamente excitante!

Sus manos también optaron por ir desprendiendo su camisa y cuando estaba por quitar su pantalón Steve lo detuvo.

—Deja que yo me encargue.—habló seductoramente. Sin poder responder sólo asintió y el rubio sonrió complacido.

Le fue bajando cada vez más los vaqueros hasta que se los quitó por completo.

Tony, que tenía cerrados los ojos los abrió de golpe al sentir como Steve le retiraba los boxers con los dientes.

¡Oh Dios!

Esto esta matándome.

El sentir como los labios de Steve le rozaban su hombría provocó que se le erizaran todos los vellos del cuerpo.

I Hate You, I Love You (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora