Los juegos de la fama {R5}

Capítulo 43 - De hermanos y aviones.

*Bel P.O.V's*
Los hombres de negro habían vuelto por mí, habían descubierto lo de la operación de pezón del otro hombre de negro.
Iba a morir de espanto, lo aseguro.

Tomé a Puki de sobresalto, y lo metí en el bolsillo interior de mi chaqueta.

- ¿N-N-Nuestros... - Comencé, intentando asimilar todo. Intenté tomarlo como una broma al azar, eran solo hombres de negro, si, jaja. Estaban buscando pingüinos acosadores, y descubrieron que Lucas y Azul los trafican ¿Verdad?.

Mi mente quería preocuparse, al parecer, ya que solo podían venirme a la mente los momentos de esos dos días. "Es sobre sus hermanos, Adrián y Azul Fres", o "Son sus padres...". Sacudí la cabeza: Estoy con Ryland Lynch, viviendo un sueño, nada malo puede pasar ¿No?.

- Vamos. - Sonrió el pelirrojizo, aunque un brillo de preocupación se veía en sus ojos.

Asentí de forma exagerada, Puki me mordió el mentón.

Seguimos a los hombres de negro hasta la planta baja del hotel, entonces noté que Alan también estaba allí.
Me miró, con su pierna rota, tenía dos muletas.
Era única la forma en la que el chico podía lastimarse de la forma mas estúpida, y estar meses para recuperarse.
Corrí hacia el rubio cenizas, abrazándole la cintura (El era un gigante de 2 metros, que conste).

- ¡Bel! - Masculló, y me lamió la mejilla.

Puaj, odiaba tener un perro humano.

- Ay, wacala. - Me limpie con los puños de la chaqueta. - Alan malo, eso no se hace, es antihigiénico.

El chico se rió.

- ¿Sabes que pasa? me dijeron que le paso algo a Lucí. - Frunció apenas el ceño. - ¿Se la habrá comido un tiburón?.

Negué.

- Dijeron lo mismo de Az y Luqui... - ¿Acababa de llamar a ambos de mis hermanos por nombres kawaii? Realmente estaba afectada.

Uno de los hombres de negro carraspeo.

- Un auto los espera afuera, las fans se fueron por completo.

Respire y salí del hotel.

(...)
Ir en un auto con Alan era tedioso, en el estéreo sonaba una canción de Las Ketchup y el gigante no dejaba de cantar.

- MIRA LO QUE SE AVECINA A LA VUELTA DE LA ESQUINA...

Ryland le metió su pandereta en la boca. ¿Qué de donde la saco? Ni idea.

- ¿Cómo lo aguantas? Siquiera mis 4 hermanos juntos hacen tanto ruido.

- No sé. - Admití. - Azul me gritó que era una perezosa con un megáfono en el oído cuando tenía 3 semanas de vida, puedo soportar cualquier ruido.

No sabía si el pelirrojizo estaba confundido o prefería no preguntar.

Puki se retorció en mi chaqueta, lo deje en el suelo del coche y me entrometí en la conversación que Alan estaba teniendo con el chofer.

- Si,si. A mi también me gustan las pantuflas de conejitos. - Dije de pronto, estirandome hacia adelante para quedar entre uno de los hombres de negro y el chofer, con los que Alan conversaba.

- Bel.. - Susurró Ryland.

- Y también los sombreros de boas que se comieron un elefante. - Asentí indiferente con la cabeza.

- Bel...- Ripitió el Lynch.

- Y, Alan, como te decía: Los gorros de pandas son taaaaaaan geniales.