Velth

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Era el el único que podía hacerla realmente feliz o al menos el único que podía después de Will.
La pequeña de cabellos violetas volvió a aparecer ante el en la puerta de la arcángel que ahora era la protectora de el y 2500 ángeles más. Cuando el la vio sintió un antiguo sentimiento surgir, pero pronto se dio cuenta que su pequeña traviesa no le recordaba.
-Sigues siendo muy pequeña- Fueron las palabras del ángel de cabellos blancos
Vio a la pequeña ladear la cabeza como un pájaro y su corazón se desvoco, lleno de cariño por ella y ternura y alegría por tenerla de frente.
-Hola soy Dassiel, amiga de Mizza- Fueron las palabras de la chica de cabellos violetas
El ángel sintió un nudo en el pecho de dolor, ya se había dado cuenta de la falta de memoria de su pequeña, pero no sabia que era tanta.
-Yo soy Velth, uno de los protegidos de Mizza- Dijo el extendiendo su mano
-Espero y no te quiera proteger tanto de mi- Respondió ella con un guiño mientras tomaba su mano
Al ángel, a Velth le sorprendió escuchar esas palabras salir de la inocente Dahely que ahora usaba el nombre de Dassiel. Y de pronto se sintió terrible e increíble al mismo tiempo porque esa pequeña al fin volteaba a verle con otros ojos que no fueran los de un gran amigo, pero sabía que ella recordaría y quizás esa oportunidad perdería.
-¿Me dejarás pasar?- Hablo ella, sacandolo de sus pensamientos
-Claro, adelante- Respondió el algo avergonzado
Ella le regaló una sonrisa y entro, sin preguntar a donde podía ir como si estuviera en su casa, camino por los pasillos y el ángel la siguió de cerca a la espera de que no se perdiera.
-Velth no necesitas seguirme por todos lados, soy buena con los caminos y tus pensamientos son muy fuentes- Le dijo Dahely/Dassiel sin girarse a verlo
-Me temo que con su historia se podría esconder donde sea Dassiel y no quiero emprender una búsqueda hoy- Dijo con una pequeña risa
-No entiendo pero da igual. No necesito guías se a donde voy- Se quejo ella
El la miro desde atrás y se dio cuenta que ya no era la pequeña bromista, ahora era una joven y vaya que que joven. Su piel seguía siendo blanca igual que el mármol, su cabello era solo más corto que la ultima vez que la había visto, tenia unas piernas largas y definidas para su corta estatura, una cintura estrecha y amplias caderas, brazos delgados y fuertes. Ella tenía el cuerpo más hermoso y era un cuerpo de guerrera.
Velth el ángel se dio cuenta por fin donde se hayaban y ahí fue cuando se dio cuenta que en efecto no necesitaba guía, en la enorme cocina de la mansión su pequeña Dahely/Dassiel, peleaba con la puerta de la enorme heladera y el la ayudó a abrirla
-Si te pierdes gritas, pequeña- Dijo el con una sonrisa burlona
-Gracias Velth, pero puedes volver a la piscina con los demás- Se despidió ella.
Y sin mas el ángel se levanto y se alejo. Sin saber que dentro en el mundo que era la heladera la pequeña no paraba de pensar en el, en lo atractivo y amable que era y en miles de cosas más...

La Chica del Cabello VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora