Luces y visitas

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Narrado en primera persona:

Era la primera vez que Will y yo pasábamos navidad sin la familia de ninguno, en la cabaña que teníamos al pie de esa montaña, en ese pequeño y mágico pueblo, ese había sido nuestro mutuo obsequio y aunque a nadie le había agradado que nos fuésemos para esa navidad, a el y a mi no nos importuno.

Will se hallaba en el tejado de la casa decorando con pequeñas luces de sol, que habíamos embotellado el día anterior, además de esa hermosa luz que el lograba capturar, según el salía de mi, cuando me encontraba hecha una furia, o cuando me hallaba muy feliz. Era como ver el día y la noche al mismo tiempo en un solo lugar. Ambos escuchamos el batir de unas alas y nos giramos a buscar en el cielo, yo algo molesta, y Will con su siempre hermosa sonrisa, busque en el cielo el rubio cabello de Mizza, y en su lugar encontré solo un punto, pero no se le veía mas que eso. Y entonces el sonido seso, alguien había aterrizado en la parte trasera de la casa. Corrí a buscar al visitante y sonreí al ver a mi gran amigo Velth, su cabello blanco ahora era mas corto que la ultima vez, pero seguía siendo el atractivo y guapo Velth.

Will apareció segundos después y nos vio, se mantuvo al margen y esa simple acción fue como un botón accionado en mi, corrí a los brazos de mi amigo y el me levanto en el aire, girando los dos sobre la nieve, el único listón de cabello que usaba se desamarro y dejo mi cabello largo y violeta flotar, dejándonos en un torbellino del ese mismo color. Cuando por fin nos detuvimos, el me dejo en el suelo y se giro a ver a mi sol. Ambos se saludaron como viejos camaradas, y supongo que de cierta forma así es, se han vuelto tan amigos que casi es difícil de describir. Busque en el suelo el largo listón que usaba hacia segundos en mi cabello, camine a en dirección a los chicos y vi que Will lo tenia en su mano, corri y lo quite de su posesión y me lo volví a colocar, bajo la mirada de ambos chicos, Will sonreía simplemente, como quien desconoce los secretos, mientras que Velth, tenia esa sonrisa cómplice al ver el listón, hacia un tiempo le había pertenecido y había mantenido sus cabellos blancos en su lugar, mientras me perseguía en ese vuelo.

-¿A que se debe la vista?- Pregunto amable mi amado, y me coloque a su lado abrazándole

-En realidad estaba huyendo de un persecutor y recordé que tenían una cabaña en este lugar, guardaba la esperanza que me dieran alojo esta noche, porque no creo poder volver a casa sin incidentes- Nos explico Velth, con la mirada esperanzada

-Claro, nos haría muy felices tenerte aquí, para la cena de navidad- Respondió rápido mi Will

-Por supuesto que si, el día que lo necesites aquí esta también un lugar al que puedes venir a pensar- le sonreí yo

Velth asintió y me pidió un cambio de ropa y algo con que cubrir su cabello, así que entramos los tres, y en ese momento otro batir de alas se escucho, pero no era un batir angelical, era uno perturbador, Velth se hallaba cambiándose en la habitación de invitados, y Will y yo habíamos vuelto a la decoración, el ser que al parecer seguía a nuestro amigo descendió sobre la calle y nos miro, era un demonio, pero no se le veía con ansias de matar a nadie que no fuera su objetivo, Will ya estaba preparado con una pequeña bola de luz solar y yo había generado una ráfaga de vientos fríos en mi mano, era una advertencia, mas que una incitación. El demonio volvió al vuelo y se alejo, mientras Will concluía de colgar las luces en la fachada de nuestro pequeño lugar.

Una vez terminado, ambos nos tiramos en la nieve que no habíamos limpiado del día anterior y observamos la casa, llena de esas luces casi infinitas, y en la ventana de la habitación de invitados, hallábase nuestra inesperada visita, mirando nuestra alegría.

La Chica del Cabello VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora