El Cuento del Sol Hundido

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Narrado en primera persona:
Me encontraba sentada junto a Will en el medio del jardín de violetas, mi cabello se perdía y confundía con el color se la flores. En ese momento apareció Ian el gemelo de Will, sonreía y se le veía juguetón aunque cuidadoso.
-Will, mamá contará el cuento, vengan o se lo perderán- Grito el chico con una sonrisa
-Ya vamos Ian, solo dile que espere- Hablo Will sin mirarlo
Ian volvió sobre sus pasos y nos dejó solos de nuevo, Will se levanto y se sacudió los pantalones, extendió su mano y espero que yo aceptará, pero en realidad no quería moverme, deseaba intensamente quedarme en ese sitio en única compañía de mi Will. Cuando el pelirrojo noto mi actitud vi que en sus ojos se asomaba algo de furia, pues el azul de ella ya comenzaba a aparecer.
-Pequeña estrella mía, vamos, prometo que te gustará- Dijo el mientras se ponía en cuclillas frente a mi
-No tengo ánimos de cuentos, mi sol- Fue mi única réplica
-Dahely, recuerdas el cuento del que te hable, el que mi madre nos contaba a Ian y a mi cuando pequeños en esta misma cabaña- Sus ojos eran más azules ahora
-¿El de aquella dimensión pérdida?- Pregunté con bastante curiosidad
-Ese mismo- Me respondió el, con los ojos cálidos
-Vayamos haya entonces- Acepte con una sonrisa
Se levantó de vuelta y extendió su mano, que esta vez acepte sin mas. Caminamos tomados de la mano, cuando llegamos ya todo estaba listo, el sol se escondía ya y quedaba oculto por la enorme cabaña, la madre de Will e Ian se encontraba parada en el medio de un semicírculo de jóvenes que también habían acudido a la casa. Will y yo ocupamos los únicos dos lugares que quedaban y en ese momento todos aplaudieron y supe que esa noche sería inolvidable.
-Justo en donde todas las dimensiones se juntan, ahí en donde estan las puertas a cada dimensión- Comenzó la madre de los jóvenes y de sus manos salían pequeños rayos de luz que dibujaban lo que ella narraba -Si, en esa vieja y olvidada primera dimensión el sol bajaba cada noche y se hundía en el mar, llegando hasta las profundidades. Un viajero ese lugar encontró y al observar lo que pasaba con el gran astro, decidió adentrarse en el mar y el trayecto observar. Se despojo de sus ropas y entro en el agua la cual se encontraba cálida y luminosa, comenzó su descenso a la par del sol y vaya sorpresa que se llevó al darse cuenta que bajo el agua podía respirar. Siguió el trayecto del sol y se detuvo al ver que se encontraba justo sobre otra dimensión. El viajero se acercó un poco mas, como si quisiera salir al otro lado y vaya sorpresa que se llevó cuando se dio cuenta que no la podía alcanzar, el sol comenzó de nuevo a subir rumbo a la superficie y el extrañado viajero lo siguió. El sol volvió a salir del mar y en el cielo se posó, el viajero salió del agua y se comenzaba ya a vestir cuando el sol ya volvía a estar en el mar. La curiosidad del viajero ganó y volvió a seguir al astro y de nuevo se encontraba sobre otra dimensión. El proceso se repitió una y otra vez y el viajero en el tiempo se perdió- Con esas últimas palabras el cuento término.
Otra vez los aplausos, pero no me les uní porque mi vista seguía fija en la última imagen que se hayaba flotando, un joven que entraba y salía del mar, siguiendo al sol.
Cuando la imagen se desvaneció me di cuenta que Will me hablaba
-¿Te gusto? Recuerdo que Ian y yo buscábamos ese lugar- Decía el en ese momento
-Fue un cuento hermoso, me encantó- Eso fue lo único que pude decir.
Me gire a ver sus hermosos ojos y me parecían como de un sueño, pero después al besarle me di cuenta que no era así y esa noche me prometi no olvidar el cuento que significaba tanto para mi Will...

La Chica del Cabello VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora