Alerta, este capitulo puede contener descripiones sexuales graficas. No recomendada para menores de 14 años, ni para personas a las que les resulte de mal gusto. Leer bajo tu responsabilidad. Gracias.
Narrado en primera persona:
Camine con cuidado entre las flores puesto que no deseaba maltratar ninguna, llevaba el cabello recogido en un ligero moño que Elyde me habia hecho especiealmente par hoy.
A lo lejos vi a mi pelirrojo, parado justo en el centro del valle, me acerque a el y me di cuenta que habia limpiado ese terreno y lo habia dejado solo con el cesped y sobre de el una de esas mantas de cuadros para pinic. El valle de las flores se encontraba entre la recidencia Cheirson (la casa de mi Will) y la residencia Hosfer, un poco al este de la primera y al oeste de la segunda. El lugar era tierra de nadie y estaba rodeado por un espeso bosque de abedules y pinos, lo habiamos encontrado juntos unos cientos de años atras mientras el me perseguia rumbo a mi hogar.
Me sente ante el y sonrio, era esa sonrisa hermosa que le caracterizaba, mostrando sus blancos dientes y marcando sus oyuelos.
-Mi estrella, te vez mas que radiante- Dijo el y quito los pazadores del moño dejando libre una larga trenza
-Basta Will, Elyde tardo en hacer eso- Respondi entre risas
-Elyde me perdonara por haberlo hecho a cambio de un par de moras del jardin de mi casa- Se burlo el
-Pero era lindo- Me queje
-Asi tambien se ve lindo- Me beso una mejilla
Puse los ojos en blanco y despues le regale una sonrisa, el llevo su mano a mi cabello y jugueteo con los mechones sueltos de la trenza, y yo me quede ahi sintiendo su mano y su calor que tanto amaba.
-Vamos, saca la comida- Exiji despues de un momento
-Esa es mi chica- Rio un poco
-Pues tu chica tiene hambre- Le mire con "odio"
De la canasta extrajo una botella de jugo de fresas con espuma de las ninfas del rio Tork, una caja de dulces de hadas, dos emparedados y dos copas. Me extendio una de las copas y abrio el jugo, nos sirvio a ambos y le di un sorbo, sabia increible, el sabor era muy puro y las burbujas ligeras. Nos bebimos el jugo y nos comimos los emparedados que resultaron ser de carne marinada y queso gratinado. Y cuando iba por los dulces el me detuvo y los alejo de mi
-Tranquila fieresilla de dulces. Estos son para un juego- Me dijo con su sonrisa picara que amaba tanto
-Vamos Will, dame un poco- Pedi con un puchero
-Si te dare, solo espera Daly y juega conmigo- En sus ojos vi ese sol resplandecer
-A de acuerdo- Bufe
-Me encanta cuando tus ojos brillan en amarillo, me encanta tu curiosidad- Dijo el y yo baje la cabeza
Ese simple movimiento lo hizo reir de manera hermosa.
-Vamos, dame dulces- Fue lo que dije
En lugar de hablar me sento en su regazo y coloco la caja abierta sobre mis piernas, tomo un dulce y lo metio en su boca, justo cuando iba a tomar uno me detuvo y me hizo girar mi cara en direccion a la de el. Y me beso, senti el dulce en sus labios, aunque ya no estaba, ahi quedaba el sabor, moras, eran dulces de moras, mis favoritos. Volvio a repetir el proceso, un dulce a su boca y luego un beso, esa era la manera mas rica de comer dulces. Cuando ibamos por el 6 dulce con mi lengua recorri sus labios y lo sorprendio, pero reacciono al instante y profundizo el beso, me acomode a horcajadas sobre el y rodee su cuello con mis manos, y las de el me rodearon la cintura, acercando mas nuestros cuerpos. Paso de besar mis labios a mi barbilla y despues a mi cuello, haciendo que moviera mi cabeza y dejara mas espacio para que siguiera con eso, me quito la trenza del costado del cuello y sigue besando, son besos humedos y me erizan la piel. Se detiene con los besos en el cuello y me mira, sus ojos reflejan algo que jamas habian reflado, su cabello se ve aun mas brillante y nuestras respiraciones son pesadas.
-Dahely, amo ese morado que pinta tus ojos ahora- Su voz esta ronca.
Morado= pasion y deseo, peculiar, lo vuelvo a besar, porque quiero sentir una vez mas esas sensaciones, esta vez Will me recuesta en la manta y pasa sus manos desde mi cintura hasta mis muslos cubiertos por la tela del vestido rosa que llevo, mis manos estan en su espalda y hacen un recorrido por sus hombros y su abdomen. Llego al borde de su playera y jugueteo con el, las manos de Will estan en el dobladillo del vestido y acariciando la piel desnuda de mis piernas, lo que envia como pequeñas corrientes electricas por todo mi cuerpo y que se concentran en un lugar debajo de mi cadera.
-¿Quieres que nos detengamos? Despues podria ser tarde- Sus ojos me miran fijamente y tienen duda y esperanza
Agarro su mano mas cercana y la llevo a mi pecho en donde puede sentir mi corazon.
-Esto es lo que causas, esto es una pequeña parte de lo bien que me haces sentir- Le susurro.
Y despues en un impulso de algo extraño, le sonrio de manera coqueta y llevo su mano a mi entrepierna, al centro de mi cuerpo
-Y esto tambien lo causas tu, no quiero que pares Will, quiero entregarme a ti por primera vez no solo en el alma, en el cuerpo tambien- Concluyo
Sus ojos denotan algo extraño, pero increible, es como ver el mismisimo sol estallar en llamas, sonrie y traga saliva, mueve un poco la mano que yo misma deje en mi entrepierna y eso me hace soltar un ruido que jamas habia hecho, un ruido causado por el placer que expermiente en ese momento
-Mi estrella, me sorprendes a cada instante, con cada cosa que haces, y en este momento con lo que me muestras que causo en tu cuerpo- Es lo unico que dice
A partir de eso siento todo en camara lenta, los besos, las caricias, como desaparecen las prendas, primero su camisa y luego mi vestido, despues los zapatos de ambos y sus pantalones y por ultimo las unicas prendas que separaban lo que restaba de nuestras pieles. Y por primera vez nos miramos, ese momento marcaba el fin de una etapa de nuestra relacion y de nuestra vida, ya no eramos mas unos niños jugando a ser novios, ahora estabamos en plena juventud, siendo novios como nunca antes. El miro mi todo y lo hizo de una manera que jamas olvidare, con tanta intensidad, paso sus manos por mi cuerpo y senti por primera vez su calor en muchos lugares que jamas lo habian tenido. Con cuidado se puso entre mis piernas y me tomo una mano, me miro a los ojos de manera indescriptible
-¿Preparada mi princesa? Quizas te duela y si lo hace mucho debes decirme para detenerme- Me pidio el
-Lo estoy mi sol, lo estoy para cualquier cosa a lado tuyo- Le sonrei como nunca
Y lo hizo, entro a mi cuerpo, lo sentia, y vaya que estaba doliendo, Will se quedo quieto unos segundos al ver mi cara y el dolor se intensifico hasta estallar en algo desconocido, placer. Cerre mis ojos y deje salir ese suspiro, y Will lo tomo como un sigamos y lo hizo, se movio, y lo hizo muchas veces hasta que ambos llegamos a ese punto que ahora se como se llama, los dos llegamos juntos al climax de nuestro placer y deseo, senti sus musculos tensarse a mi alrededor y se que el sintio los mios debajo de los suyos y despues de esa tension, se relajaron como nunca. El salio de dentro de mi pero no se movio de estar encima mio, tapando el sol con su cuerpo, abri los ojos, y lo mire, su piel brillaba y estaba un poco sudado, y era guapisimo, siempre lo habia sido, pero ahora mas. Me dio un beso, uno diferente y nuevo, mejor que cualquier otro que sus labios me habian regalado. Nos miramos a los ojos
-Te amo- Salio de la boca de ambos al mismo tiempo
Reimos, risas tranquilas, amorosas, perfectas. Se recosto a mi lado y me abrazo, con fuerza, una suave brisa sacudio las flores y el aire no nos inmuto, el estaba calido y yo entre sus brazos me sentia bien. Miramos el cielo, un rato largo, no hacian falta las palabras, en el aire flotaban nuestros sentimientos mas fuertes ahora. Despues de ver el cielo Will tomo la ropa de ambos y me ayudo a vestirme, me puso los zapatos y subio el cierre del vestido y despues yo lo ayude, le puse la camisa y la abotone para el.
Acabamos con eso y nos volvimos a abrazar y a besar, besos delicados y tiernos.
-Ya te pertenezco- Susurro Will en mi oido
-Yo siempre e sido tuya- Respondi de igual forma
Recogimos todo y salimos del campo de flores, Will me dejo en mi casa y se despidio con el beso mas calido en la historia de los besos. Lo vi irse aun brillando, el era mi sol, me habia entregado a el de todas las formas imaginables y el conmigo, ahora solo eramos del otro...
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La Chica del Cabello Violeta
Science-FictionQuizás un diario, quizás no, los relatos no tienen orden alguno, son solo eso relatos, y aunque todos son de la misma persona, no tienen un orden y no intenten encontrarlos. A quien lo lea, en realidad no busques que sea algo en orden.