Narrado en Primera Persona:
Llegue a donde Will, el estaba parado justo en el centro del lago, me fije bien y llevaba puestos unos patines para hielo aunque a mi me daba el suficiente miedo como para mantenerme en la orilla, el me miro y patino con gracia hasta mi.
-Estrella, tienes que patinar sobre esto si quieres ver tu sorpresa de navidad- Me dio una hermosa sonrisa
-Will, sol mio, sabes que me mata de miedo patinar sobre algo tan inestable como eso- Torci el gesto
-Anda, nada malo te pasara si estas conmigo, además volar no te ayudara, es necesario que patines hasta el citio donde tengo nuestra navidad- Me sonríe y sus ojos se ven calidos, como todo el
-De acuerdo joven Cheirson, ire contigo- Acepto sonriendole
-Gracias estrella mia-
Sale del lago y se sienta en la nieve, donde de inmediato comienza a derretirla, extrañamente sus pantalones no se mojan, derrite la suficiente como para que me pueda sentar si mojarme y me tiene unos lindos patines del color de mi cabello, de esa forma me hace sentir extraña, pues eso quiere decir que aun recuerda mi obsesion por tener cosas del color de mi cabello. Me los pongo y con ayuda de Will me pongo en pie en el hielo, que ni siquiera truena ante mi peso, comenzamos a patinar de manera lenta, calmada y brillante.
Justo después de patinar cerca de 10 minutos veo a lo lejos una cabaña justo en el medio del lago, casi podría decir que esta flotando, aunque en realidad no es asi, al parecer esta sobre una plataforma, nos acercamos y siento que pasamos una pequeña pared trasnsparente.
-Es un campo de fuerza, solo puedes entrar a la cabaña patinando en invierno, si intentas acerlo volando, ese campo te proyecta a una dimensión mas haya de esta- Me explica mi Will
-Eres tan lindo, como eres listo- Me detengo y lo beso brevemente
-Mi estrella, sabia que buscarías la forma de hacerlo volando, pero quiero que esta vez sea mas especial- Me explica
Seguimos patinando, y llegamos a las escaleras para subir a la cabaña, Will hace que me siente en ellas y me quita los patines, para después ponerme las botas de nieve que traía. El se sienta a mi lado y hace lo propio con sus botas. Nos levantamos y antes de entrar me venda los ojos. Siento el calor que sale de la cabaña, Will me guía dentro y siento la emoción, se que será la mejor navidad y mas porque ambos escapamos de nuestras familias, esta es una navida especial, pero cualquier momento lo es si han pasado cerca de 1000 años desde que viste a quien amas mas que a tu propia vida.
Camínanos dentro del citio, la madera ni siquiera suena con nuestras pisadas, Will me hace sentarme en un comodo sofá, me quita el abrigo, siento la piel un poco fría, gracias al delgado vestido que uso. Le escucho caminar, pero no me atrevo a quitarme la venda, aun deseo que todo quede en una sorpresa. Me acomodo el cabello, que se a despeinado un poco del elaborado moño que me hizo Miel, aunque siento que el peinado no durara demasiado, al menos no esta noche, no después de tanto sin estar entre sus brazos.
Lo escucho regesar, y siento la piel erizarse, sin que siquiera este cerca, sus manos entran en contacto con mis hombros semi desnudos. Me concentro el las miles de descargas eléctricas que su simple roce me causa. Sus manos van a donde el nudo de la pañoleta, me la quita de los ojos y frente a mi me encuentro con una hermosa imagen, un fuego increíblemente brillante y calido, flota en la chimenea se que eso solo lo puede hacer mi Will, en el suelo, sobre una alfombra de alguna piel suave, se encuentran muchos cojines, una botella del mejor vino de hadas que pudieses probar y una cena, no es mucho, tan solo dos platos con verduras cocidas y un pequeño trozo de carne, pero eso para mi ya es suficiente, en otro plato aparte se encuentra muchas trufas de chocolate blanco y arandano. Me hace sentarme en el suelo y abre el vino, nos sirve dos copas y nos las bebemos, mientras comemos y hablamos de todo, cuando terminamos con la cena pasamos al postre, pero Will aleja de mi el plato de trufas, esa acción me hace volver a un momento diferente, lejano a este.
Me siento sobre el regazo de mi Will y pongo mis piernas en dirección a la chimenea y Will pasa su brazo por mi cintura, dejando el plato de trufas sobre mis piernas, me giro y le sonrio, mientras el toma una de las pequeñas bolitas del plato y comienza a llevarla en dirección a su boca, me hago al frente y la como, Will suelta una de sus hermosas risas, deja que trague la trufa y me besa, es un beso dulce, mucho mas que el postre, es el mejor beso desde que volvió y este momento se quedara para siempre en mi. Dejo el plato a un lado y me acomodo a horcajadas sobre el, comienza con un beso, un tranquilo y dulce beso, nos quedamos así, juntos uno con el otro y con la flama de la chimenea que dejo flotando mi Sol. Las manos de Will viajan de mis cabellos sueltos y después me acaricio los hombros, dejo una mano sobre mi cuello causando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo y su otra mano va por mi espalda y se acomoda en mi cintura, como si encajara a la perfeccion, como si ese fuera el sitio correcto de su brazo. Mis manos se encuentran en su pecho, acariciándolo desde los hombros, es un momento tan intimo, tan nuestro. El beso se llena de pasión, de deseo, de esas cosas que hemos suprimido desde su vuelta. Baja ambas de sus manos al dobladillo de mi vestido y me lo saca por la cabeza, yo literalemente arranco su camisa de su cuerpo, me deja sobre la alfombra y se saca las botas de nieve, los calcetines y los pantalones, lo tengo ante mi, de nuevo, y ahora es muy real, mucho mas real que cuando lo bese la primera vez que volvió. Me ve, mi cuerpo solo tiene la ropa interior, unas medias blancas y las botas de nieve, se agacha y me quita las ultimas, pero me deja con el resto de la ropa que me queda puesta.
Se vuelve a poner e el suelo y esta vez obliga a que mi cuerpo se recueste contra la alfombra caliente, quedando el sobre mi, sus manos recorren desde mis hombros hasta mis piernas y los labios de Will dejan besos cálidos por mis labios y mejillas, cuando se acerca a mi barbilla siento mis músculos comenzaron a tensarse, pero era el, era mi Will y mi cuerpo lo reconocía, lo tenia guardado, cada sensación, cada caricia, cada beso. Comenzó a besar mi cuello, sus besos eran delicados, cálidos y un poco húmedos gracias a que dejaba que su lengua tocara algo de mi piel. Los besos y las caricias siguieron y poco a poco nuestras prendas desaparecieron, lo ultimo en irse fueron mis medias. Juntamos nuestros cuerpos en un acto lleno de amor, lleno de pasión, lleno de entrega; cuando terminamos, nuestros cuerpos estaban calientes, llenos de sudor de ambos. Will me envolvió en sus brazos y el conocido calor recorrió mi cuerpo, nos recostamos de forma que pudiésemos ver el fuego flotante, ninguno hablo, no era necesario. Me acomode mejor contra el cuerpo de mi Sol y el me abrazo mucho mas fuerte, estaba agotada pero no quería cerrar los ojos, no quería dormir. Me gire en dirección a mi amado y tenia los ojos cerrados, aunque al sentir mi mirada los abrió despacio y me miro, el brillo en sus ojos, aquel que parecían tres montañas, era intenso, parecía que estaban llenas de vida, con un sol abrazador calentándolas, su mirada hizo que m interior se calentara, o al menos eso sentí.
-William Cheirson, eres el único hombre a quien le entregado hasta el alma, te amo tanto, que daría mi vida por ti- Susurre, pues no era necesario hablar tan fuerte dada nuestra cercanía
-Dahely Hosfer, todos estos años que no estuve, mi único sueño, mi único anhelo y mi fuerza fuiste tu, no me perdí en el tiempo gracias a tus recuerdos, no eres la dueña de mi corazón, eres la dueña de todo lo que soy, te amo mas que a nada en este y en todos los mundos, siempre será así- Respondio el y beso mi frente.
Después de esas palabras, me quede dormida entre sus brazos.
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La Chica del Cabello Violeta
Science FictionQuizás un diario, quizás no, los relatos no tienen orden alguno, son solo eso relatos, y aunque todos son de la misma persona, no tienen un orden y no intenten encontrarlos. A quien lo lea, en realidad no busques que sea algo en orden.