La Carta perdida de la Perdida Elyde

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Narrado en primera persona:

Era temprano y el sol entraba por la ventana de mi habitacion, diría que me golpeo en el rostro pero lo cierto es que lo observe desde un rincón de la habitacion donde apenas y llegaban los tempranos rayos. La noche había sido mas atemorizante que otras en que las pesadillas apenas y me dejaban cerrar los ojos unos minutos. Durante la noche las voces de fantasmas pasados se habían unido en un solo coro susurrando una sola cosa "Busca la carta pequeña Innocence".

Aunque sin duda el coro de voces no era un hecho muy estremecedor, la frase y la falta de la voz a la que mi apodo "Innocence" se le atribuía era un verdadero hecho para temer lo peor, pues desde su ultimo mensaje cunado se fue en brazos de un demonio a un lugar que jamas menciono su voz llegaba a mis sueños dándome pequeñas noticias sobre como se encontraba ella. Incluido el hecho de que había quedado embarazada y que sería una niña a la cual llamaría "Marcie". Deje de ver fijamente los rayos de sol y me centre ahora en el techo del cuarto, este tenía un ligero tono azul que iba un poco desentonado con las paredes.

La frase seguía rondando mi cabeza, no podía sacarla de mis pensamientos y eso me tenía en un estado demasiado voluble, cuando alguien toco la puerta mi cuerpo salto del sillón en que había pasado la noche, camine hasta la puerta y la abrí en el marco de ella se encontraban unas sonrientes gemelas (Mizza y Raquel); me miraron y en sus ojos se asomo la preocupación, aunque no sentía que mi imagen fuera deplorable. Las mire y entendieron que no era momento de cosas felices, con un gesto les indique que entraran y volví a mi antigua posición lejos de la luz cálida del sol.

-Mala noche- aseguro la voz de Raquel

-Eso se queda corto- susurro

-¿Quieres hablarlo?- esta vez había sido la voz de Mizza

-No en realidad, solo quiero encontrar lo que me dará paz... O a ella- bajo la cabeza y veo la piel blanca de mis pies descalzos

-¿Qué estas diciendo Dahe?- ahora hablan a la par y suenan asustadas

-Elyde...- no termino la frase cuando las chicas ya me tienen abrazada

-Dinos que buscar y te ayudaremos- ofrecen

-Una carta, no se como sea el sobre, ni a que nombre la puso, pero ella tiene una caligrafía muy estilizada y le gustaba mucho usar sobres verdes, así que es todo lo que puedo decir- aun las tengo aferradas a mi cuerpo

-Pues levantate pequeña y vamos a comenzar la búsqueda- sugiere Mizza amable 

Hago lo que ella sugiere y me pongo en pie, ellas salen y dicen que buscaran en otras habitaciones y los jardines que yo me haga cargo de revisar el cuarto y el jardín privado que tengo, nos dividimos y después de que me abrazan salen de mi cuarto y se separan. Me dedico a hacer una meticulosa y exhaustiva revisión de mi cuarto pero sin obtener nada, suelto un largo suspiro y me pongo un par de zapatos que se encuentran arrumbados junto a la puerta de la habitacion y camino al jardín que hicimos entre Elyde y yo.

En cuanto llego a los arboles de granada que cierran el paso estos se apartan y forman un pequeño arco para dejar el paso libre, lo atravieso y comienzo a mirar todos los lugares que se me ocurren, pero la carta de Elyde jamas aparece; a la lejanía escucho las pisadas de Mizza y Raquel que revisan todo lo que resta de las grandes extensiones del jardín. Un grito agudo de emoción atraviesa el aire de inmediato se que viene del jardín del dinero y puedo reconocer que es la voz de Raquel quien a soltado el sonido agudo. La deducción me hace saber que encontró la carta, así que me siento en donde pega un poco el sol y espero la aparición de las gemelas.

No tardan mucho en encontrarme y cunado veo el delicado y cálido sobre de color verde hoja en manos de Raquel las voces que aun atormentaban mi cabeza desaparecen dejando un tranquilo silencio en mi interior de manera que puedo dejar salir un suspiro de alivio. Ellas toman asiento en los lugares libres y me pasan el sobre, en la parte delantera veo escrito mi nombre con las letras ligeras de Elyde, una sonrisa inevitable se dibuja en mi rostro mientras desgarro el sobre y extraigo de el una simple hoja de un color mas claro que el sobre.

Mi querida Innocence:

Si encuentras esta carta es por algo, quiero que sepas que el abandono que te hice pasar no era ni mucho menos lo que quería para ti. Ahora bien vayamos a lo importante porque se lo mucho que odias los rodeos.

Te dejo esta carta también para que sepas que e desaparecido, en la extencion de la palabra, me evapore en la vida y en el lugar en el que estoy; esto llevo mucho cientos de años y tu eres consciente de ello, pero cuando la encunares tendrás por seguro que e dejado de existir y quiero pedirte que no me llores, seguramente hace meses que dejaste de sentirme o de escuchar mi voz para saber un poco sobre mi.

Innocence, pequeña de corazón limpio, por favor no me llores y disculpa la manera en que te e hecho saber de que era momento de buscar la carta, se que fue perturbador y que deje un mal recuerdo, pero ya estoy perdida y esta carta lo estaba hasta hace unos pocos momentos.

Cuida de todo lo que haya de mi aun, guarda mi recuerdo en tu mente, el de las noches de fiesta y también el de mis mensajes ocultos, porque de eso mas que nada estaba hecha. Fuiste mi hermana, la pequeña que hablaba como adulto y sus coletas rozaban el suelo de la entrada, no puedo mas que despedirme de ti de la manera correcta y esta es la única que se me a ocurrido, siempre te quise y se que tu ya sentías que me había enamorado de algo que lentamente me mataría, perdona mi debilidad y el haberte abandonado tan pronto.

Cuida cada detalle de mi en tu memoria que yo te llevo hasta el momento en que dejare de ser.

                                                                                                                           ~Elyde 

Al terminar de leer las palabras de la chica que dejo mi vida hace tanto unas lagrimas caen por mis mejillas, las miradas de las gemelas están clavadas en mi y se que no preguntaran, así que les extiendo la carta y mientras ellas se ocupan de leer lo que me a dejado Elyde, yo me transfiguro y salgo volando como un pequeño colibrí en dirección del consuelo que ya no tengo quien me de...

La Chica del Cabello VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora