Capítulo 3

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Mi respiración es irregular, y la mandíbula me duele. Por la noche debí apretar la mandíbula para no gritar, justo como lo hice en mi sueño.

Era raro el que pudiera solar algo que no había vivido. Mi mente era muy mala conmigo y me perturbaba cada que podía recreando miles de escenarios en los que pudo haber muerto Axel.

Entro al baño y me veo al espejo, mi cara esta brillosa y mis ojos grises en mugar de brillar como suelen hacerlo lucen apagados, tratando de ocultar la pena y el dolor.

Es... como si cargaran la tormenta y se llevaran lo mas feo de ella.

Me limpio la cara y salgo de mi habitación tratando de no hacer ruido. Bajo las escaleras y tomo mi chaqueta junto con un pequeño gorro.

Salgo silenciosamente de la casa, cerrando ma puerta con cuidado y cuando me cersioro de que pase desapercibida  empiezo a correr. Por aquí el toque de queda no es seguido por todos y me incluyo.

Me dejo caer en el suelo cuando estoy lo suficientemente lejos de mi casa. Tenía que admitir que apartir de la muerte o desaparición de Axel me habia vuelto adicta a la depresión, suena a estupidez pero me sentía incompleta cuando no me sentia terriblemente mal conmigo misma. Quiza estaba demasiado rota, pero ya no importaba.

Me paré con cuidado y corro devuelta a mi casa.

Cuando llego a casa me quito el abrigo y me dejo caer en el sillón. No puedo entrar en depresión, no ahora que puedo entrar en la selección y conocer mas chicas como yo, no puedo.

Las noches mas largas son en las que las lagrimas brotan sin parar, anoche fue una, me sentía miserable y tonta.

-¡Aeryn! ¿Me estas escuchando?- dice mi madre exasperada.

-Si, claro- contesto mirándola.

-¿Has estado llorando?-pregunta con sospecha.

-Emm... no, solo que la emoción de la selección es mucha y no pude dejar de soñar despierta con la comida- lo cierto es que soy excelente mintiendo.

-Debes descansar si quieres que ponga los ojos en ti, te ves pálida y... enferma.

-Ya te expliqué por que- contesté firme.

-¿Estas segura?- pregunta tomando mis manos.

-Si, tú sígueme diciendo.

-Bueno, te decía que mañana dan los resultados de las 35 seleccionadas.- dice entusiasmada

-¡Que bien!- digo tratando de sonar como ella- Por fin sabremos quienes serán las 35 chicas. Mamá voy afuera, ¿Ya alimentaste a los animales?.

-No, haré el desayuno.- asiento y salgo rápido.

Mañana se darán los resultados, es probable que yo no salga entre las 35 chicas, mi seriedad pudo causar mala o buena impresión, no lo se, lo que pasará estaba bien.

-¡Aeryn! ¡Cuanto tiempo sin verte!- volteo y me encuentro con mi tía.

-Muchísimo tiempo, Tía Monica, ¿como te ha ido?- le pregunto.

-Muy bien, ahora trabajo para el gobierno, pagan mejor, así que ya te imaginaras, de echo venía a hablar con tu madre de eso.

-¿Cual es tu trabajo?- pregunto con curiosidad

-Algunas veces el palacio recibe visitas y se necesitan lugares para recibirlos, así que nosotros los preparamos con las ordenes de la Reina, es aún mas preciosa en persona que en televisión.

-¿Es amable?- cuestiono nerviosa.

-Conserva sus raíces- suspiro con alivio.-Oh... ya comprendo tanta cuestión pregunta. Entraras a la selección ¿no?.

-Bueno aun no anuncian a las 35 chicas, pero si, llene el formulario.-dije un poco desanimada.

-Vas a entrar ya veras- me dice- eres muy bonita y extrovertida, le encantaras a Maxon.

-Yo solo espero quiero sentirme un rato como una uno, ah, y comer.- confieso.

Mi tía se ríe y me abraza.

-Tienes un ángel que el Príncipe no podrá ignorar.

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