CAPÍTULO 41 "A DONDE LLEGAN LOS MALOS. PARTE 1"

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Los Ángeles

-Tenemos rodeado el edificio. Cambio - Boggs asintió y apretó el botón de la radio.

-¿Están listos los francotiradores?

-Listos- Respondieron al otro lado varias frecuencias a la vez

-Brutus.

.

.

Brutus caminó con naturalidad hasta llegar a la puerta de la oficina de Peeta en la empresa. Sam asintió, en forma de saludo, siguiendo con su trabajo, observando los pasillos del edificio y la entrada principal, a través de varios televisores que lo mantenían ocupado y de espaldas a Brutus. Este sacó un arma extraña, apuntó al cuello de Sam y apretó el gatillo, noqueando inmediatamente a Sam, quién cayó con un golpe sordo. Brutus le puso dos dedos en su cuello y suspiró pesadamente. Le hubiera gustado matarlo, pero los de fuera no se lo permitían. Qué pena, tendría que buscar alguna otra ocasión. Con ese pensamiento sonrió y habló a través de su micrófono

-Listo.

Un escuadrón de policías comenzó a entrar. Todos armados, evacuando por completo el edificio. Woof se abrió paso entre el caos, rodeado por diez de sus mejores hombres. Boggs, Plutarch Heavensbee y Marvel caminaron junto a él y todos iban hacia el elevador que los llevaría al vestíbulo. Brutus apuntó con el sedante hacia el elevador y cuando este se abrió se relajó instantáneamente, viendo quienes eran los que entraban. Boggs movilizó a todo su equipo hasta que toda la zona estuvo cubierta.

Woof caminó hacia la puerta. Él sería quien diera el primer golpe. Tocó y Eleonora abrió diciendo

-Sam ¿Cuántas veces te...?- Eleonora se detuvo y frunció el ceño cuando un arma le apunto entre las cejas directamente.

-¿Cómo estas, niña?- Woof sonrió al igual que Eleonora, quién únicamente dijo:

-Viejo

-¿Por qué no me dejas pasar?- Preguntó Woof. Eleonora se hizo a un lado calculadoramente y Peeta se levantó con dificultad al ver a su ex-suegro allí, asustado de ser el objeto de burla de ellos. Odiaba ser el bufón, pero sabía que se lo había ganado. Cada golpe, cada humillación era porque estaba pagando todo el daño que hizo

-¿Qué es lo que quieres Woof?

Woof miró a Peeta y el estómago se le revolvió. Sabía que, quien antiguamente fuera su yerno, lo había estado pasando mal, pero no hasta este punto. Tenía la cara margullada, pero lo que le daba escalofríos eran sus ojos. Era una mirada vacía, como si estuviera cerca de un punto sin retorno. Aun así, mantuvo su rostro de piedra y respondió la pregunta de Eleonora. Pronto se solucionarían las cosas.

-Eleonora Dinkley. Una muy buena fachada debo decir. Usar otro nombre es fácil, pero tú actuaste como una buena mujer durante casi diecisiete años. Deberían darte un Oscar.

Eleonora saco su arma y apuntó a Woof en la cabeza, pero este sonrió abiertamente y sacó una carpeta, pasándosela a Eleonora. Esta la tomó con su mano libre y levantó una ceja. Woof suspiró teatralmente y dijo

-¿Sabes? El odio puede ser cegador y la mayoría de veces, si no miras o eres cuidadosa, terminas hundiéndote tú misma.

-¿Estas intentando darme clases viejo?- Se burló Eleonora. Woof se rio abiertamente, carcajeándose sin humor. Luego se detuvo y dijo de manera fría y gélida

-No te equivoques niña, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo. He vivido demasiado como para saber que intentar darle clases a alguien que se cree que lo sabe todo es imposible y más cuando este no ve lo que tiene alrededor.

La Maestra De Mi Hijo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora