-¿Qué es lo que quieres entonces?- Preguntó Katniss de forma directa.
Peeta vio en sus ojos un dolor que le apretó el corazón ¿Tanto daño le había hecho? Sabía la respuesta a esa pregunta. Sí, la había lastimado, le había hecho demasiado daño y no sabía hasta qué punto el daño era reparable.
- Me gustaría poder hablar con mi hijo, Katniss. - Respondió firme y decidido.
Katniss sonrió, pero esa sonrisa no llego a sus ojos. Sabía que se estaba comportando de manera egoísta pero no podía evitarlo. Tenía que asegurarse que Peeta no lastimase a Anthony. Su pequeño Mozart ya no era un niño enamorado de la idea de una familia unida. No, eso se había acabado en el momento en el que ella le dijo adiós en aquel hospital y, aunque no era algo que ella hubiese querido hacer, lo hizo, lo que hizo, de manera indirecta, que Anthony viniera a Londres, lejos de Enobaria Klein, y aunque a ella le doliera lejos de su padre que en esos momentos estaba ciego por las mentiras de esa mujer
-Voy a dejarte claro una cosa. Si le haces daño a mi hijo voy a hacerte pagar cada lágrima que caiga de sus ojos- Dijo sin dejar de mirarlo fijamente. Luego agregó:
-Puede que en Los Ángeles el que tenga el poder y el respeto seas tú, pero aquí, en Londres, la que tiene el poder de hacerte pedazos soy yo y no voy a dudar a la hora de ver llorar a Anthony por tu culpa. Esta vez no voy a permitir que Anthony sufra las consecuencias de tus actos.
Peeta vio la dureza de cada palabra en sus ojos. Sabía que Katniss no estaba mintiendo. Cuadro sus hombros, molesto. Él jamás entendió, ni entendería, el vínculo tan fuerte que había unido a Anthony y esa mujer que tenía delante, la maestra de su hijo. La dueña de su corazón.
- ¿Qué te hace pensar que cruzaría medio planeta para hacer daño a mi hijo? - Sabía que se estaba poniendo a la defensiva, pero no sabía cómo reaccionar. La mujer que tenía delante no parecía la dulce mujer que había conocido. - ¿Tanto me odias que me amenazas?
Katniss se tensó. No sabía de dónde habían salido aquellas palabras, pero se sentía tan fuerte en ese momento que estaba segura de que iba a cumplir cada palabra dicha, si fuese necesario. Así que respondió rápidamente sin dudarlo.
- No te odio, pero te prometo que cumpliré con lo que te he dicho si no haces las cosas bien.
Peeta asintió. Ahora sabía y había comprobado que Katniss era lo que Anthony necesitaba. Era la fuerza, el amor. Era maravillosa, como lo habría sido Andrea de estar viva con su hijo. Aun así él podía exigir pues era el padre biológico de Anthony y sin pensarlo mucho pidió
-Quiero ver a mi hijo. No me lo puedes negar.
Katniss levantó el teléfono y Claire le respondió rápidamente
-Prepara el auto, me voy a casa.
La puerta se abrió y un hombre alto y musculoso entró. Peeta se asustó al ver a aquel hombre que parecía peligroso pero a la vez miraba a Katniss con respeto
-Señora- Dijo el gigante de forma educada. Katniss le dio su bolso, caminó hacia afuera a través del pasillo y dijo de espaldas
-Gloss el señor viene con nosotros, es el padre de Anthony.
Gloss le dirigió una mirada intensa a Peeta, quién comenzó a caminar tras Katniss, a través de los pasillos de Tv Talents.
La majestuosidad de aquella empresa le impresionó. Había despachos de todo tipo, en donde había personas trabajando con una sonrisa en sus rostros. Pudo ver a varios artistas grabando canciones mientras bebían café o lo que sea que pudiesen tener en una taza que estaba en una mesa a su lado. Había mesas de madera bastante ostentosas, flores naturales en floreros bastante brillantes y sofisticados, grandes paisajes decoraban las paredes. Había un toque delicado en cada esquina de la empresa que Peeta no había notado.
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La Maestra De Mi Hijo (Completa)
FanfictionKatniss Everdeen comienza un nuevo año en la academia de Bellas Artes y Talentos MC Coy, en donde descubre a un pequeño que le roba el corazón, Anthony Mellark. Katniss se da cuenta de lo maravilloso que es Anthony y en un intento para acercarlo a s...