CAPÍTULO 50 "HABLANDO CON LA VERDAD"

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Anthony miraba de hito en hito a su padre. ¿Enamorado? ¿De su mama? Pero si la trató como si fuera basura. Esto era muy raro, pero estaba muy confundido.

El hombre que tenía delante no se parecía en nada al hombre que dejó a tras hace tres años. Ya no tenía ese aire de indiferencia que lo caracterizaba. Estaba mucho más delgado que hacía tres años, su pelo lucía algunas canas y en su mirada había una determinación que antes nunca estuvo ahí. ¿Quién era ese hombre? Él no lo conocía.

- Vine a buscarte Anthony. - Su padre se había puesto directamente en frente de él y lo miraba fijamente. - Sé que no tengo perdón por cómo me he comportado contigo durante toda tu vida. Lo sé. Sé que no merezco ser llamado tu padre. Pero no por ello me voy a marchar. Vengo a recuperarte, aunque solo sea para que podamos hablar de vez de en cuando.

Anthony no sabía que decir. Se esperaba una conversación con su padre, pero más del tono "soy tu padre y tienes que hacer lo que yo digo", no lo que él le decía ahora.

-¿Vas a decir algo o me vas a dejar hablando solo?

-¿Y qué quieres que diga? ¿Qué te doy una segunda oportunidad y ya está? ¿O que no quiero saber nada de ti?

Peeta se pasó las manos por su pelo de manera compulsiva y se sentó en el sofá que había en la sala. Alzó la mirada para fijarla en su hijo.

- Anthony, siéntate y hablemos. Creo que lo necesitamos.

Al igual que su padre, el hijo se pasa la mano por el pelo de manera compulsiva. Anthony se dirigió al sillón que se encontraba enfrente del sofá donde se encontraba su padre y se dejó caer en él.

- Anthony, las cosas están muy difíciles entre tú y yo. El tiempo que viviste conmigo fue muy difícil para ti, lo sé. No te di lo que necesitabas...

-¿Y qué era lo que realmente necesitaba?

- Me necesitabas a mí - La contestación de Peeta fue contundente, sorprendiendo a su hijo. Anthony lo miraba fijamente, pero se dio cuenta de que en su mirada ya no había ese deje condenatorio que tenía cada vez que lo miraba a él. Ahora simplemente estaba expectante. Esto iba a ser muy duro.

.

Al otro lado de la pared, Katniss se encontraba recostada en ella, con la boca tapada con su propia mano, para evitar que la escucharan. No estaba bien escuchar a escondidas, pero no podía moverse de allí. El hombre que amaba al fin estaba intentando, de verdad, recuperar a su hijo.

Sentía la tensión que se respiraba en esa sala, ya que no sabía quién de los dos ganaba a terco. Peeta no parecía que se dejara vencer a la hora de recuperar a su niño, pero Anthony, su niño, no estaba por la labor de dejarse convencer. Demasiado daño durante demasiado tiempo.

Ella tenía la esperanza, que después de esta charla, por lo menos se hablaran sin que Anthony resoplara o gruñera. Eso sería un gran avance.

Contuvo la respiración, intentando escuchar todo lo que en aquella sala se decía.

"-Creo que es tontería que hablemos de nuestra relación antes de que llegara Katniss a nuestras vidas. No tengo justificación a como me comporté contigo. Te eché la culpa de algo que tú no podías evitar, ni siquiera hacer nada. No di gracias al hecho de tenerte conmigo.

-¿Y cuándo llegó Katniss, papa? ¿Por qué hiciste lo que hiciste? ¿Por qué la echaste de mi lado? Se suponía que la amabas.

Se oyó un resoplido, como si Peeta estuviera respirando profundamente.

- Me cegué. Al fin había abierto los ojos y quería que fuéramos una familia, pero..."

Una risita sobresaltó a Katniss. Giró rápidamente la cabeza en dirección a ese sonido y abrió los ojos como platos. Su hija se tapaba la boca intentando contener la risa.

La Maestra De Mi Hijo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora