Kasper se quedó perplejo después de que confesara lo más reciente. Yo no podía evitar sentirme culpable por todo lo que había sucedido, por la verdad que había escondido Natasha y que justificaba así por qué había decidido aliarse con Rebecca; sin embargo, la confesión de Natasha iba a seguir siendo algo entre ella y yo, ya que no me veía con ganas de explicarle a Kasper mucho más de la historia.
Necesitaba desesperadamente olvidarme por unos instantes de todo lo que había sucedido, pero Kasper me miraba intensamente a la espera de que continuara explicándole cómo iban a cambiar las cosas.
-¿Señor de Willard? –repitió Kasper, estupefacto.
Vi la segunda pregunta que no se atrevió a formularla en voz alta.
-Rebecca estaba colaborando con Natasha –desvelé-. Y me ha dicho cosas muy interesantes.
El rostro de Kasper se puso pálido cuando mencioné a mi hermana. Pese a ello, no tuvo tiempo de decir palabra porque Gillespie apareció en el despacho con aspecto de estar bastante agitado; los ojos del hombrecillo estuvieron a punto de salírsele de las órbitas cuando vio que estaba acompañado.
-Señor Harlow –graznó.
-Gillespie –saludé con precaución-. ¿Has hecho lo que te pedí?
El hombre tragó saliva y asintió con rapidez.
-Me gustaría hablar con usted a solas –añadió intencionadamente.
Mi mirada fue de Kasper a Gillespie y viceversa; no entendía el secretismo que estaba siguiendo Gillespie, pero la agitación que tenía no podía significar nada bueno. Con un amargo sabor en la boca le pedí a Kasper que saliera del despacho y que volviera al hospital, prometiéndole que me reuniría con él en cuanto pudiera.
Mi amigo me miró con un extraño brillo en sus ojos castaños, pero no hizo ningún comentario al respecto; le seguí con la mirada hasta que cerró la puerta, dejándonos a Gillespie y a mí en el despacho a solas.
Invité con un gesto a que Gillespie se sentara, pero el hombrecillo rechazó mi ofrecimiento y se quedó de pie.
-¿A qué ha venido eso? –inquirí.
Gillespie bajó la mirada, avergonzado.
-Ese hombre que le acompañaba, no es la primera vez que está aquí –comentó.
Arqueé ambas cejas.
-Kasper me ha acompañado en muchas ocasiones –respondí-. Tú mismo lo has visto aquí cuando vinimos a conocer a la nueva Señora de Willard.
-No me está entendiendo, señor Harlow –me contradijo-. He hecho lo que me ha pedido y en las grabaciones de seguridad he visto a ese mismo hombre en días alternos. He ido a comprobarlo a los registros y siempre firmaba como «K. Roth».
Sus palabras me golpearon como una maza. Miré con desconfianza al hombrecillo, tratando de evaluar si estaba diciéndome la verdad o no; Gillespie estaba nervioso y su olor a miedo impregnaba toda la habitación.
-¿Dónde están las pruebas? –troné y Gillespie dio un brinco.
El hombrecillo no tardó en ponerse en marcha, acercándose hacia mi escritorio y encendiendo el ordenador; sus dedos golpeaban casi frenéticamente las teclas y la pantalla mostraban los registros de grabaciones de los últimos diez años que Gillespie se había encargado de filtrar. Fruncí el ceño cuando Gillespie me mostró en primer lugar un documento escaneado donde constaban todas las visitas que habían recibido algunos presos, eran de pocos días después de que mi padre decidiera encerrar a Rebecca en Willard.
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Alpha (Saga Wolf #3.5)
Manusia SerigalaDiez años. La vida sigue y un servidor intenta pasar página. Estar dándolo todo para que luego elijan al otro es la putada más grande del mundo, pero la Tierra sigue girando y tú debes continuar. Y eso es lo que intento hacer... hasta que reci...