CORRER POR MI VIDA

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Después de un largo día y agotador como todas las noches,finalmente termino mi horario, entro al vestuario para agarrar mis pertenencias respirando con cansancio, cuando las tardes son como las de hoy donde hay mucho movimiento y parece que todos se hayan puesto de acuerdo con el día, horario y lugar termino rendida, colocándome la campera sacudo mi cabeza para dejar de pensar en ese chico guapo de cabello castaño que me miraba todo el tiempo como si me quisiera preguntar algo pero no se animaba, nose pero me ponia muy nerviosa y era algo nuevo para mi estoy acostumbrada a pasar desapercibida.

Tenia una miraba tan intensa que estuve toda la noche nerviosa y se me erizaba la piel al pasar por su lado, hasta me iso confundir en algunos pedidos y tuve que regalar el trago en forma de disculpa bajo la mirada reprobatoria de Máximo mi jefe, dejo mis pensamientos a un lado y salgo después de agarrar el resto de mis cosas, me despido de las chicas que me saludan gritando para que las pueda oír por encima de la música y camino en dirección a la puerta para finalmente irme a casa.

Necesito una ducha urgente...-pienso mientras camino a la salida.

Una ves fuera, disfruto del aire puro que choca contra mi cuerpo, me imagino el agua caliente caer sobre mi cuerpo puedo sentirlo relajándose, abro los ojos con una sonrisa al recordar que a mi madre le encantaban las noches así, con el viento cálido, en un negro intenso y las estrellas con su brillo máximo, también recuerdo que cuando sucedían momentos como ese podía permanecer toda una noche despierta contemplándola, amábamos las noches perfectas como solía decirnos, cuando saco mi celular de la cartera un escalofrió me recorre toda la espina dorsal, aun sabiendo que siempre que me pasa eso es señal de que algo malo va a pasar, lo ignoro, me dispongo a irme y mi sonrisa se borra al darme cuenta de que aun me falta caminar las tres malditas cuadras que me separan de la parada de colectivo.

Gruño.

Comienzo a caminar disfrutando del silencio de la calle, mientras me despido de Andreu con la mano como siempre hago, despues de dar un par de pasos algo o en este caso alguien llama mi atención, comienzo a sentir un sumbido en mi cabeza como si tuviera una alarma que me dice que tengo que mirar a mi costado y eso hago, al dirigir mi vista hacia donde mi cabeza me indica, veo de la vereda de enfrente que hay dos hombres que nunca vi y no me dan buena espina, a este lugar suelen frecuentarlo siempre las mismas personas que salen del trabajo y vienen a tomar un trago para relajarse antes de ir a casa o simplemente para olvidarse del mal día que tuvieron, en este caso estoy muy segura de que a estos sujetos nunca los vi en mis cinco años trabajando aquí, cuando nuestras miradas se cruzaron tiraron sus cigarrillos caminando en mi dirección, disimuladamente y a paso acelerado comienzo a caminar hacia la parada.

Me maldigo por no haber caminado en sentido contrario y haber entrado al Bar con cualquier pretexto pero ahora ya es tarde, porque estamos sobre mi mismo lado de la calle y no me dejarían llegar obviamente, según mis cálculos en unos diez minutos tendría que estar llegando el colectivo, tal ves ahí pueda escaparme, camino lo mas rápido que puedo porque me da miedo correr, sin decir que las piernas no me dan mas por estar de aquí para haya todo el día con estos malditos tacos, ahora me arrepiento de no haber vuelto por mis zapatillas, comienzo a sentir dolor en las pantorrillas y en el pecho por mi respiración agitada, por el asusto que tengo.

Se que puede ser mi imaginación, tal ves solo sean dos hombres caminando detrás de mi, pero no quiero averiguarlo, sus apariencias y su forma de mirarme no me gustaron ni un poquito, para quedarme mas tranquila trato de llamar a mi amigo Alan para que me venga a buscar pero no contesta como puedo, como me dan las manos ya que no paran de temblarme del miedo, pruebo llamar a Leandro a su casa, porque no usa celular cosa que e tratado de explicarle un millón de veces que para un caso de urgencia es indispensable como ahora pero no entiende.

Inesperadamente... Tu? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora