Dulce Agonia

Confucion

POV ARLET

Llegada la noche Edward y yo nos dispusimos a dormir, a diferencia de la anterior, en esta si dormimos juntos.

En eso de las 3 de la mañana me desperté y tenia mucha sed así que baje hacia la cocina y llene un baso con leche, cuando estaba tomándolo unas manos abordaron mi cintura y di un pequeño respingo del susto provocado volteo y digo

-Edward me has asustado, que haces levantado?- Le digo respirando muy fuerte por el susto causado.

-Unnnn es que me desperté y no te vi, y baje a ver donde estabas- Me dice acariciando mi mentón.

-Sii, es que tenia sed y baje a tomar algo- Le digo dándole unos pequeños besos en los labios y agarrando con fuerza su trasero, que uffff esta tan duro, tiene lo que yo no tengo jejeje.

Esto parece que lo exsito bastante y empezamos a bersarnos apasionadamente, me daba unas pequeñas lamidas en el cuello que me ponían a mil x horas.

Bajo mis pantalentas en lo que yo desabrochaba el sierre de su pantalón, una vez esto ya no no nos interrumpían, me enganche en su cuerpo enrrocando mis piernas en su cintura, el mientras tanto con una mano sujetaba mi trasero y con otra en mi espalda.

La pasión era tan fuerte que me pego de una de las paredes de la cocina y empezó a darme unas grandes embestida que hacían a mi cuerpo vibrara con su contacto.

Luego me agarro fuerte y me acostó en la meseta de la cocina, hay seguimos el mismo proceso anterior, mientras el me enbestia con fuerza yo gemía y gritaba de placer en sus brazos. Una vez acabamos callo encima de mi, ambos con la respiración agitada de aquel acto de dioses que habíamos cometido.

Al amanecer me levante y Edward seguía a mi lado durmiendo muy plácido, seguía hacia el baño a ducharme para luego cambiarme,
Me coloque unos short, una blusa blanca junto con un suéter azul y unas vans. Tome mi mochila y baje a hacer algo de desayuno.

Puse la cafetera y prepare algo de café, desayune con un plato de cereales mas el café, a la media hora de haberlo preparado , apareció Edward en la cocina.

-Hola amor buenos días, como has amanecido?- Me dice dándome un beso en los labios.

- Bien y mucho mejor después de anoche-. Le digo insinuando lo ocurrido la noche anterior.

El solo se limita a darme pequeñas caricia. Le di una tasa de café y le dije que había cereal si quería para su desayuno.

-A donde vas tan arreglada-Me pregunta Edward mirándome de arriba a bajo.
-Unnnn iré a ver a Ryan- Le digo muy calmada para que no se enoje.

-Okay, que te vaya bien y conduce con cuidado por favor- Me dice como que no le interesa.

-Gracias- le doy un beso, y me dirijo hacia layla.

Entro a mi coche y empiezo a manejar como toda una loca, jajaja solo pensaba que si Edward me viera en esas, no le hiba a gustar nada, mas porque le prometí manejar con con cuidado.

Llego a la cafetería en la que nos vamos a encontrar Ryan y yo, y hay lo veo a el, sentado muy ansioso esperándome. Lo saludo con un beso un beso y un abrazo muy emocionada de verlo.

-Y ese coche en el que has llegado? Esta muy hermoso-.Me Dice señalando el coche por la ventana.

-Ahh ese me lo ha regalado Edward mi novio- Le digo sobando mis dedos.

-Si ya el me había dicho- Me dice Ryan mirándome a la cara.

-Eso fue cuando hablaron ayer-.Le pregunto confundida.

-Si, también me pidió que me alejara de ti, que no nos quería ver juntos-. Me dice.

-Pero porque el ha hecho eso, aparte de que le pregunte y no me dijo nada- Digo muy furiosa.

-Pues no se, tu sabrás que tipo de hombre es tu novio. Ya te dije Arlet que estoy enamorado de ti, siempre lo eh estado y daría lo que fuera por que estuviéramos juntos- Me dice Rye agarrando mis manos.

-Es que no es tan fácil Rye, tu me gustabas pero como no me dijiste nada, y como te empataste con esa chica pensé que no sentías lo mismo.- Le digo mirándolo a los ojos.

-Es que pensaba que no sentías nada por mi, poreso nunca hable, estoy dispuesto a hacer lo que quieras con tal de que me des una oportunidad para demostrarte lo que siento por ti-. Me dice mirándome con sus ojos tan tiernos.

-Rye ahora estoy con Edward y no le haré eso, yo lo amo o eso creo. Soy muy feliz cuando estoy a su lado.- Le digo mientras acaricio su mejilla.

-Esta bien Ary pero quiero que sepas que cuando el te falle yo estaré aquí para lo que tu necesites, pase lo que pase siempre estaré para ti.- Me dice resignado a su derrota.

Estoy algo conmocionada con todo esto que me ha dicho Rye yo lo quiero pero es que no se, también quiero a Edward, lo quiero mucho, el es todo para mi, la única persona que me ha hecho vivir de verdad, aunque no puedo entender todas esas cosas que le dijo a Rye, me mintió cuando le pregunte que le había dicho.

Rye me baja de mis pensamientos enseñándome un volante de una carrera que se ejecutara el fin de semana, estaba emocionada quería correr en ella, pues tenia mas de dos meses que no corría en las calles.

-Piensas correr?- Me dice señalando el volante.

-Si claro, sabes que llevo meses alejada de esto, quiero correr, "necesito correr". Le digo muy emocionada.

-Correrás con tu nuevo coche?- Me dice.

-Sii!, este regalo ha venido justo a tiempo, para yo darle un buen uso.

-Se nota que ha sido muy caro, al parecer ese novio tuyo tiene mucho dinero.-Me dice irónico.

-Sii, es verdad, el tiene lo de el-.Le digo sorojada y bajando la cabeza.

Después de unas horas de conversación me despido de Ryan para dirijirme hacia mi casa, pues la casa de edward ahora era mi casa. Antes de eso compre un pollo con papas fritas para llevar a Edward, así comemos sin que el tenga que cocinar.

Al llegar note que Edward no estaba hay. Así que tome unas piezas de pollo, papa y un poco de zumo de naranja. Veo que Maya me saluda con su patita y le hecho algo de comer. La pobre debe de tener mucha hambre.

Cuando acabo de comer me dirijo a mi habitación, me quito los vans y suelto la mochila en un sofá que hay en el cuarto. Reviso el volante que me ha dado Rye y lo dejo en la mesita de noche, tomo mi Ipod y me dedico a escuchar esas melodías que tanto me relajan.

Escucho que Edward entra por la puerta, me saluda y se acerca a la mesita a poner unas llaves. En eso ve el volante de la carrera y me mira y me dice con autoridad.

-Ni pienses que vas a ir-